viernes, septiembre 19, 2025

El gato como hilo conductor de la política, la biología, la física cuántica y la literatura.




 

El gato como hilo conductor de la política, la biología, la física cuántica y la literatura.


                                             Gato variopinto                                          

 

Deng Xiaoping  decía: “No importa el color del gato, siempre que cace ratones”. La frase, metáfora de sus reformas económicas, se volvió casi un proverbio político. Pero la naturaleza del gato va más allá de la política: está hecho para cazar ratones. Lo curioso es que, con el tiempo, los ratones parecen acostumbrarse a vivir bajo sus zarpazos, como si la violencia diaria se volviera parte del paisaje.

 

La biología explica un aspecto inesperado de esta relación. Los gatos producen felinina, un compuesto químico presente en su orina que altera el comportamiento de los ratones. Investigadores rusos mostraron que los roedores, expuestos desde pequeños a esta sustancia, reaccionan con menos miedo al olor del gato. Es decir: lo reconocen, lo sufren, pero no huyen. Como si estuvieran biológicamente predispuestos a convivir con su depredador. Los seres humanos también la producimos felinina, es  un precursor de la feromona, aunque por supuesto en dosis menos importante, tal vez eso justifique algunos comportamientos…

La investigadora Vera Voznessenskaya explicó la intimidad del proceso: Las neuronas de los ratones son sensibles a la felinina, la cual  les genera una reacción que incluye un aumento en los niveles de las hormonas del estrés, pero el estudio revelo además que los ratones bebés expuestos a este compuesto durante un "período crítico", tienden a mostrar menos señales de miedo y son más reacios a huir cuando perciben este aroma. La felinina comienza a degradarse rápidamente y emite un fuerte olor característico que proviene de la presencia de azufre.  Esta es su arma secreta. ¿La oliste?

Este proceso vendría ocurriendo desde milenios, la paradoja central de la felinina es que, a mayor reacción, menor es la respuesta, daría la impresión de que sufren pero que les gusta que los coman.  Esta manera de proceder es ¨útil¨ para el ratón, ya que huir no es siempre la mejor opción, debido a que necesitan conseguir alimentos a costa del riesgo del tener cerca los gatos. Pero los beneficios siempre son más importantes para los gatos, ya que "logran mantener a su alrededor  la cantidad de ratones que necesitan". Hum…

El gato de Schrödinger

Descripción: http://k14.kn3.net/E09E488EA.jpg

Es un experimento mental que consiste en un gato dentro de una caja en estado zombi, ni vivo ni muerto, al abrir la caja la observación produce el ¨colapso de onda¨ definiendo la situación y así podemos tener un gato vivo o un gato muerto, según se modifica el espín del electrón, que hasta ese momento era neutro,  no es tan sencillo de entender,  pero merece ser tenido en cuenta porque es un desafío de la mecánica cuántica, que asegura que el observador modifica el experimento. A Einstein nunca estuvo de acuerdo, con esta intervención del observador en el experimento. Pero el gato cuántico sigue ahí, recordándonos que la lógica cotidiana no alcanza para entender el mundo microscópico.

 

El gato de Cheshire

Lewis Carroll nos regaló al, capaz de desvanecerse hasta quedar reducido a su sonrisa flotante. “He visto a menudo un gato sin sonrisa —dice Alicia—, pero nunca una sonrisa sin gato”. Aquí la paradoja es otra: lo que permanece no es el cuerpo, sino lo intangible, la huella, lo que escapa al control de la razón.

Descripción: https://gatices.files.wordpress.com/2010/09/gato_cheshire_4.jpg

Conclusión

Lo que me mandaste es muy bueno te agrego algo de, Los gatos —político, biológico, cuántico y literario— muestran distintas caras de un mismo enigma: la paradoja del poder y de la percepción.

  • El gato variopinto: gobierna sin importar su color, habituando a los ratones al zarpazo.
  • La felinina el poder invisible: metáfora de los discursos que neutralizan el miedo y normalizan la sumisión.
  • El gato cuántico: encarna la ambigüedad del poder, vivo y muerto, abierto y cerrado, liberal y autoritario al mismo tiempo.
  • El gato de Cheshire: revela que lo más duradero no es el poder mismo, sino la sonrisa cultural que deja en la conciencia colectiva.

Lo político, como lo cuántico o lo literario, no puede reducirse a una lógica lineal. La realidad está hecha de paradojas químicas, sociales y simbólicas que nos condicionan sin que lo notemos, que lo real nunca se deja atrapar del todo Y mientras tanto, el gato —con o sin sonrisa, visible o invisible— nunca deja de cazar. La enseñanza es incómoda: vivimos rodeados de gatos, visibles o invisibles, y lo más peligroso no es que cacen, sino que aprendamos a convivir con su olor hasta olvidarnos de que estamos siendo cazados. En todos ellos late la misma lección:

*La realidad —sea política, biológica, física o literaria— no es lineal ni transparente,  desafían nuestra lógica y nos obligan a pensar más allá de lo evidente* .

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