viernes, octubre 03, 2025

Radio viva

 Radio viva

La radio que se metio en la cultura argentina – Museo de la Comunicación  Regional

Tarde de café y el dialogo tuvo como  punto de partida una pregunta de Miguel acerca de cómo trasmite la radio, recordé de que somos traductores; analógico digital analogico y traté de brindar una idea que me pareció podría explicar ,pero no fui muy claro ni convincente . En mi espacio le plantee el problema a mi ¨Cumpa digital¨ lo de la radio y las semejanzas con nuestra biología y me contesto, creo que manera más entendible:

Imaginá que sos una radio viva  que transmite y recibe a la vez:

 

Tus micrófonos externos

 Son tus sentidos externos que captan todo lo que pasa afuera: la luz del sol, una melodía, el perfume del café, la textura de la taza caliente en la mano. Todo eso entra en vos como ondas analógicas, continuas, infinitas en matices.

 

Tus micrófonos internos:

·        la interocepción, que te avisa del latido del corazón o del vacío en el estómago;

·        la propiocepción, que te dice dónde están tus brazos, aunque tengas los ojos cerrados;

·        y la introspección, que te deja escuchar los ecos de tus emociones y pensamientos.

 

Todos esos micrófonos externos e internos envían señales al cerebro, que funciona como la consola central de una emisora: transforma lo analógico en digital, convierte vibraciones y químicos en impulsos eléctricos, en pequeñas chispas de todo o nada. Ahí adentro, el cerebro no ve colores ni escucha sonidos: solo recibe pulsos, códigos, bits biológicos.

 

Pero después ocurre la magia.

El cerebro, como una radio sintonizada, reconstruye todo lo que recibió en una señal continua: colores que fluyen, sonidos que se despliegan, sensaciones que cobran forma, pensamientos que se vuelven claros. Y lo hace tan bien que vos nunca te enteras de que hubo traducción: vivís directamente en la música de tu experiencia, no en el código escondido.

 

Así somos: una radio humana, con antenas hacia afuera y micrófonos hacia adentro. Lo curioso es que la misma tecnología que usamos para enviar una voz a través del aire —analógico, digital, analógico— ya la llevamos de fábrica en el cuerpo y la mente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

          🌍 Mundo exterior                          🧍 Mundo interior

   (luz, sonido, tacto, olor, sabor)         (órganos, músculos, emociones)

              │                                           │

              ▼                                           ▼

      🎤 Micrófonos externos                     🎤 Micrófonos internos

      (ojos, oídos, piel, nariz, lengua)         (Interocepcion

                                                       Introspecion y propiocepción)

 

              │                                           │

              └───────────────┬───────────────────────────┘

                              │  Señales analógicas

                              ▼

                    📡 Traducción A → D

                    (neuronas = impulsos eléctricos,

                     codificación digital todo/nada)

                              │

                              ▼

                        📻 Cerebro

         (como una radio: integra, filtra, decodifica,

           compara y da sentido a la señal recibida)

                              │

                    Reconstrucción D → A

                              ▼

                      🔊 Altavoz consciente

                 experiencia analógica continua:

                   colores, sonidos, posturas,

                 hambre, emociones, pensamientos)…

En síntesis :

Somos una radio de doble banda: Una sintoniza el mundo exterior. La otra sintoniza el mundo interior. Ambas usan el mismo principio: analógico → digital → analógico.

 

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jueves, octubre 02, 2025

¿DE QUÉ HABLAMOS NOSOTROS?


 

¿DE QUÉ HABLAMOS NOSOTROS?

 

¨La zorra sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una importante¨. Arquíloco.


 

Tiempo atrás Cacho nos había preguntado acerca de lo que habla la gente cuando se reúne, eso me motivó a indagar  respecto al tema, y recordar lo leído acerca de la importancia del chismorreo una visión interesante que propone en la introducción de su libro; Pensar rapido Pensar despacio¨  D. Kaheman.

 

En un momento , siguiendo el hilo de la pregunta de Cacho le pregunte a uno de los laboristas de café: ¿De qué hablamos nosotros?  Su primera respuesta fue que somos monotemáticos, pero repensó la idea, y por WhatsApp me aseguro de que hablamos de superficialidades, sea música, cultura, teatro, pintura, escultura, filosofía, literatura, matemáticas, deportes, sociología, automovilismo, arquitectura, religión, etc. Pero que también a veces profundizamos.

 

Estoy de acuerdo , porque en algunos temas tratamos de bucear en profundidad, sobre todo aquellos que más nos interesan, como lo demuestran los reingresos de esos temas en nuestras conversaciones, muchas veces de manera intempestiva, porque no a todos les interesa y nos oyen seguramente sin escuchar.

 

Recordé el ensayo de Isaiah Berlin sobre el erizo y el zorro, inspirado en Arquíloco. Allí el mundo se divide en dos tipos de pensadores: los erizos, que reducen toda la complejidad del mundo a una gran idea central, y los zorros, que se mueven entre la diversidad sin poder ni querer reducirla a un único principio, son incapaces de reducir el mundo a una sola idea y están constantemente moviéndose entre una inmensa variedad de ideas y de experiencias.

Esopo  fabúla diciendo que el zorro representa lo negativo y el erizo lo positivo y cuando entre ellos hablan de lo que harían en caso de que vinieran cazadores, el zorro se jacta de tener muchas artimañas para poder escapar; el gato reconoce tener solo una.  Llegan los cazadores y el erizo lleva a cabo su única táctica subiéndose a un árbol, mientras que el zorro, que no sabe por cuál decirse, es capturado por los sabuesos. Su  moraleja ¡No olvides que un poco de sentido común es mejor que muchos trucos solapados!

Para Berlin el interés no es decidir quién es mejor, sino comprender estilos de pensamiento. El erizo tiene la fuerza de la coherencia, aunque corre el riesgo del dogmatismo. El zorro abraza la multiplicidad, aunque a veces se pierde en ella.

Si buscamos algunos  ejemplos demostrativos, aunque no únicos, todo se vuelve más nítido. Platón, Hegel o Nietzsche son erizos: todo su pensamiento gira alrededor de un eje único. Aristóteles, Shakespeare o Montaigne, en cambio, son zorros: su riqueza está en mirar desde todos los ángulos posibles. Y en medio aparece Tolstói, que escapa a la dicotomía atrapado en su propio dilema:  Es un zorro: en Guerra y Paz despliega personajes, perspectivas, episodios, la vida como caos y multiplicidad. Como pensador moral, es un erizo: busca principios absolutos, la verdad moral simple, la unidad bajo Dios o la ley de la conciencia.

Berlin dice que Tolstói quería ser un erizo, pero no podía dejar de ser un zorro. Esa tensión explica en gran parte la potencia y la angustia de su obra. Cada uno recordara algún ejemplo. El gurú de los negocios James C. Collins dice que para triunfar hay que tener mentalidad de erizo, con un único objetivo, el éxito. Los erizos rebosan de certezas, dejando así pocos cabos sueltos. Los zorros están abiertos a la incertidumbre.

 

En síntesis

Berlin con Arquiloco no usa la metáfora fabulada en tono moralizante, sino analítico. Para él, el erizo y el zorro son dos estilos de pensamiento.

 

Esopo el gran fabulador , plantea un juicio moral y práctico.  En esta visión, ni el erizo ni el zorro es “mejor”: ambos tienen ventajas y riesgos. El erizo puede caer en el dogmatismo; el zorro, en la dispersión sin rumbo

 

El contraste:

Berlin nos invita a reconocer nuestra forma de pensar ¿Soy de un solo principio o de muchos?

Esopo nos advierte sobre cómo actuar ante lo concreto: no sirve de nada tener mil planes si no hay decisión y claridad.

Conclusión

¿De qué hablamos nosotros? De todo, de nada, de lo que surge. Pero, sobre todo, hablamos para no dejar de pensar. Al escucharnos en el café, creo que nos movemos entre esos polos. Somos más bien zorros, saltando de un tema a otro: desde el fútbol a la filosofía, desde un cuadro a una jugada de ajedrez, desde un libro a un rumor. Pero en medio de tanta dispersión buscamos un erizo interno, un hilo conductor que nos dé sentido, aunque sea momentáneo. Y quizá esa tensión —la del zorro curioso que necesita a veces la claridad del erizo— es lo que mantiene vivas nuestras conversaciones.

Esopo nos advierte sobre cómo actuar; Berlin nos invita a reconocer cómo pensamos. Y nosotros, en el café, navegamos entre esas dos aguas.

¨En definitiva, creo que somos “zorros que buscan un erizo interno”. Y eso nos salva tanto de la dispersión como del dogmatismo¨.

 

miércoles, octubre 01, 2025


  

Sesgos, Probabilidad y la Ilusión de la Suerte


Esa noche, la charla giró en torno a una pregunta que todos, en algún momento, nos hacemos: ¿Qué es preferible, el error por acción o el error por omisión? Esta dicotomía atraviesa decisiones médicas, tácticas deportivas y situaciones cotidianas, y revela cómo nuestros sesgos cognitivos interactúan con las leyes de la probabilidad. En esa intersección, surge la creencia popular en la “suerte”, un concepto que la racionalidad intenta desmantelar.

Sesgos: acción y omisión

Escenario 1: Partido de fútbol

Miguel nos recordó que la efectividad de Messi en penales supera el 78 %. Luis, por su parte, calculó los metros cuadrados del arco. Rara vez el arquero se queda quieto en el centro: según Michel Bar-Eli, investigador israelí, es más vergonzoso quedarse inmóvil que tirarse al lado equivocado. ¡Nadie aplaude a quien no hace nada!

Foto: Raúl Gudino, portero de México súb-17, para un penalti al brasileño Mosquito. (Efe)

Willy Botello mencionó a un arquero alemán que llevaba estadísticas detalladas y decidía a quién enfrentaba según esos datos. Esto nos hace notar que, a veces, incluso hoy, la acción irreflexiva es preferida a la espera, vinculándose con los errores tipo I o falsos positivos: actuar y equivocarse, aunque la acción no fuera necesaria.

Decido no decidir

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Por contraste, el sesgo de omisión aparece cuando el arquero se queda quieto en el centro y la pelota entra por la esquina. Este error se percibe como inacción, un falso negativo, y se juzga de manera más indulgente que la acción equivocada.

Escenario 2: Persona en la selva

Sesgo de acción: Reaccionar ante un ruido entre la espesura —escapando— aunque solo sea el viento. El peligro no existía, pero su acción equivocada queda registrada como error de tipo I o falso positivo.

Sesgo de omisión: No actuar cuando el peligro es real. Omitir la reacción necesaria puede tener consecuencias fatales, un falso negativo o error de tipo II.

Aquí se evidencia algo crucial: los errores no dependen únicamente de la acción o la omisión, sino del contexto. Lo que es prudente en un escenario puede ser desastroso en otro. Nuestro cerebro aprendió a preferir acción o inacción según la costumbre social, la presión del entorno y la supervivencia.

Algo sobre la probabilidad

Gerolamo Cardano, médico del siglo XIV, nos legó la base matemática de la incertidumbre con su Ley del espacio muestral. Gracias a ella podemos aproximarnos a problemas que, de otra manera, serían confusos.

¿Es posible predecir de qué lado caerá una moneda?

Un ejemplo más cotidiano es tirar una moneda. Miguel nos contó un experimento donde, colocando la moneda con cara o cruz hacia arriba, existía una ligera diferencia de 51 %, mostrando un pequeño determinismo incluso en lo aparentemente aleatorio.

Si tiramos una moneda o un dado, el espacio muestral es de 2 o 6 respectivamente, pero la probabilidad de que salgan dos caras al tirar ¨dos¨ veces la moneda es de ½ x ½ = ¼ y el espacio muestral es: cara-cara, cara-cruz, cruz cara, cruz-cruz. Cara-cara es uno de cuatro. La regla es; cuando los sucesos son independientes se multiplican. Un ejemplo más; si tiramos cinco veces para que salgan todas caras, la probabilidad es ½ elevado a la 5ta, es decir 1/32. Este concepto de independencia es muy importante. (Ver caso de Sally Clark)

 

N.N. Talev relata que a un ficticio ingeniero John le preguntan, ¿Si 99 veces salió cara que probabilidad hay de que en la próxima tirada salga cara? Responde, el 50 %. El ficticio Tony el Gordo , dice no más del 1%, la moneda tiene que ser tendenciosa. El relato es más largo y recomendable, sugiero leerlo en el capítulo del libro: El Cisne Negro ¨La Falacia Lúdica o la Incertidumbre del Estudioso obsesivo¨.

 

Casinos, Blackjack y Bayes

Blackjack reglas básicas: tutorial paso a paso

En los casinos, la probabilidad condicional y el razonamiento bayesiano cobran sentido sobre todo en el Blackjack, porque se juega con un mazo finito de cartas. Cada carta que se reparte cambia la composición del mazo, y por lo tanto la probabilidad de que salga cada carta en la siguiente mano. Los jugadores que cuentan cartas no predicen el azar absoluto; actualizan sus decisiones según la información disponible, aplicando un principio esencial del teorema de Bayes: modificar la creencia inicial en función de nueva evidencia.

En cambio, en juegos como la ruleta o las tragamonedas, cada tirada es independiente: los resultados pasados no alteran la probabilidad futura, por lo que no hay forma de aplicar razonamiento bayesiano. Oscar resumió la sensación popular: “Cuando alguien está ganando, la gente lo sigue. ¡Está con suerte!” —aunque, desde el punto de vista probabilístico, es solo percepción humana, sesgo cognitivo e ilusión de patrón

¿Existe la suerte?

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/2/25/Four-leaf_clover.jpg/220px-Four-leaf_clover.jpg

Cacho preguntó directamente: “¿Existe la suerte?”

Según Aristóteles, la suerte es una causa accidental, fortuita e indeterminada, que escapa a la inteligencia humana. La calificación de “buena” o “mala” depende únicamente del resultado.

El racionalista, aplicando las leyes de probabilidad, acepta lo aleatorio como parte del mundo, mientras que el supersticioso recurre a la falacia post hoc ergo propter hoc, atribuyendo causalidad a coincidencias. Ya sea un trébol de cuatro hojas, un gato negro o una cábala personal, la ilusión de la suerte nos hace sentir que tenemos control sobre lo incontrolable.

Benteveo Común Cantando Sonido para Llamar El Mejor - YouTube

 

 

Conclusión

Lo que concluimos esa noche es que fallar por acción o por omisión no es un asunto de moralidad, sino de contexto, probabilidad y percepción. La mente humana busca patrones, intenta predecir lo impredecible y, al hacerlo, inventa la suerte. Comprender nuestros sesgos y las leyes de la probabilidad nos permite actuar con mayor conciencia, aunque siempre habrá espacio para lo inesperado.