martes, agosto 26, 2025

¿Superhijitus se volvió realidad?

¿Superhijitus se volvió realidad?

                                 

En la historieta Superhijitus aparecía como un héroe, siempre dispuesto a usar sus poderes para el bien. Pero si la imaginación infantil podía crear héroes y villanos, hoy la neurociencia parece ofrecernos algo parecido: SuperHijitus y la posibilidad de un “SuperNeurus”. La pregunta ya no es de fantasía: ¿qué pasa cuando un casco de estimulación cerebral nos promete silencio interior, lucidez y aprendizaje acelerado?

La periodista científica Sally Adee que escribió acerca del conectoma en su libro : ¨Somos electricidad¨ y, relató su experiencia con un casco de estimulación transcraneal de corriente continua (tDCS). Su testimonio es sorprendente: por primera vez en su vida, las voces internas que la atormentaban desaparecieron. Todo se volvió claro, silencioso, enfocado.  Lo que normalmente le hubiera llevado horas de práctica, lo aprendió en minutos. Adee lo describió como unas vacaciones de su propia cabeza.

Lo inquietante es que ese estado de calma y confianza no provenía de años de meditación, ni de un proceso gradual de autoconocimiento, sino de un casco y unos electrodos. La duda, el miedo y la voz interior quedaron suspendidos. La pregunta inevitable es: ¿qué papel cumplen esas voces en la vida cotidiana?

La duda como freno y motor

En yoga se dice que “hay que aprender a salir de tu propio camino”. Adee lo logró gracias a la neurotecnología. Pero ¿es siempre deseable salir del propio camino? La duda, lo sabía muy bien Renato , por molesta que resulte, también cumple una función: frena impulsos, nos obliga a revisar nuestras decisiones, incluso actúa como guía moral. Sin ella, quizás resolvemos problemas más rápido, pero ¿decidimos con mayor responsabilidad?

La promesa de un “silencio perfecto” puede ser tan atractiva como peligrosa. ¿Queremos realmente vivir en un mundo donde la gente actúe sin miedo ni incertidumbre? ¿O perderíamos con ello parte de nuestra humanidad más íntima que reside precisamente en nuestras vacilaciones, en la tensión entre lo que queremos y lo que tememos?

La historia de Adee es reveladora. Muestra el poder real de la estimulación cerebral, pero también el doble filo de la tecnología. Lo que empieza como un recurso terapéutico o de entrenamiento puede transformarse en herramienta militar, comercial o de control social.

 

¨La línea de investigación, paso de la rana de Galvani a la pila de Volta y de allí al cráneo de los pacientes de Aldini, se proyecta ahora hacia aplicaciones insospechadas. En la primera década del siglo XXI, la DARPA —la agencia de investigación del Pentágono— financió proyectos para probar si la estimulación eléctrica podía mejorar la puntería, la atención o la rapidez de aprendizaje de soldados en simuladores. Así nació el casco de estimulación transcraneal, un dispositivo que parecía salido de una historieta de ciencia ficción pero que se apoyaba en más de dos siglos de experimentación científica¨.

La separación Superhijitus y SuperNeurus es cada vez más difusa.

Epílogo: ¿Un mundo sin voces?

Lo que Adee vivió no es solo un experimento con un casco: es un espejo sobre la condición humana. Todos convivimos con un “ruido interno” que, en muchos casos, limita la acción, la concentración y la confianza. La tecnología mostró un atajo, un modo de silenciar temporalmente esa tormenta interior, y en ese silencio apareció la eficiencia, la calma y el aprendizaje acelerado. La pregunta de fondo es ética y existencial: ¿Queremos acceder a un yo “sin dudas”, más rápido, más eficaz, pero quizá menos humano? ¿O aceptamos que nuestra fragilidad, nuestras vacilaciones, son parte de lo que nos hace auténticos y creativos? Lo que Adee describe no es un superpoder, sino algo más íntimo: la posibilidad de vivir, por unas horas, sin el peso de su propia mente.

 

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