Considero importante hablar
con mis y los nietos de secundaria y acercarles algo extracurricular que podría
serles muy útil. Para ello, quiero comenzar con una metáfora: imaginen llenar
una alcancía cerebral con monedas cognitivas. Aunque estas monedas son diferentes
entre sí, su valor radica en su unificación. Estas monedas son los conceptos
clave de la cognición: generalizar, conceptualizar, abstraer y pensar. Cada una
de ellas merece ser explicada.
Nuestros depósitos
cognitivos son siempre limitados, algunos pueden tener un poco más y otros un
poco menos, pero siempre tienen un límite. Para que las monedas puedan ser
depositadas, deben ser codificadas y guardadas en la memoria. Según la
necesidad, estas serán recuperadas. Estamos hablando, en términos simples, de
la memoria. Existen tres formas básicas en las que estas "monedas
cognitivas" se almacenan y se recuperan:
1.-Los
presupuestos cognitivos son estructuras de
referencia previamente formadas, fundamentales para abordar el mundo de manera
significativa. Estos presupuestos facilitan la comprensión, y dependen de
nuestra historia personal, el contexto social y cultural. Con ellos nos
relacionamos con la realidad que vivimos. No son simplemente creencias o
conocimientos previos, sino estructuras interpretativas imprescindibles. Es
importante ser conscientes de su existencia, ya que influyen en cómo entendemos
y juzgamos lo que ocurre.
2.-Los
supuestos cognitivos son creencias, ideas y expectativas que
formamos a partir de los presupuestos cognitivos. A menudo, ni siquiera somos
plenamente conscientes de ellos, aunque condicionan nuestra percepción y
comprensión de los hechos. Son necesarios, pero también problemáticos, porque
nuestra interpretación siempre está influenciada por estos supuestos. Cuando
dialogamos, a menudo fusionamos lo que conocemos con lo que nos aportan estos
supuestos, y este proceso se denomina "fusión de horizontes". A
través de él, "negociamos" nuestros conocimientos previos con los
nuevos y alcanzamos una comprensión más profunda.
3.-El
prejuicio, en este contexto, no se toma como un juicio
negativo, sino como un juicio previo necesario para la comprensión. Sin
prejuicios, no sería posible interpretar nada. Sin embargo, cuando estos
prejuicios son rígidos, pueden distorsionar nuestra comprensión o incluso
impedirla. El prejuicio, entonces, se redefine no como algo necesariamente
negativo, sino como un punto de partida que debe ser cuestionado para lograr
una comprensión más abierta.
Para sintetizar la relación
entre estos tres conceptos: los presupuestos cognitivos son estructuras
de interpretación más generales que abarcan todo lo que poseemos: nuestra
capital cognitiva, que se construye a partir de la cultura, el lenguaje, la
historia y la experiencia. Los supuestos cognitivos son creencias e
ideas más específicas que forman una estructura previa de interpretación sobre
un tema particular. Y los prejuicios son una forma
"particular" de supuesto cognitivo, que puede ser un punto de partida
útil para la interpretación, pero que, cuando se mantiene sin cuestionamiento,
puede impedir una comprensión abierta y flexible. ¡invitación a la búsqueda de
ejemplos simples!.
El valor cognitivo de la
pregunta es muy importante, pero considero que el momento no es el adecuado, el
desgaste de energía cognitiva podría ser contraproducente. Por eso dejar ¨la
pregunta¨ para una etapa
posterior ,como una invitación, en la que, conforme se apropien cognitivamente, la
metáfora de la "alcancía cerebral" se vuelva más útil.
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