Macaca
nemestrina.
Los hallazgos
resultantes de la ``sagacidad y el azar¨,
se denominan serendipias, así se descubrieron las ¨células espejo¨. En Parma, Giacomo Rizzolatti
con su grupo en la década del 90,
trabajaban con monos macacus midiendo la actividad de las neuronas que
codifican el comportamiento motor específico,
estas son neuronas ubicadas en el
área f 5 premotora, que se activan cuando el
mono ¨agarra¨ o manipula objetos. El área f5 es un sitio clave para nuestra actividad motora.
Lo serendipitoso fue, que cuando
uno de los investigadores, Vittorio
Gallese, al tomar algo en su mano, oyó una descarga, lo cual indicaba actividad
en el mono. Eran las mismas neuronas que se activaban cuando el mono iba a
hacer el movimiento. Al repetirse el fenómeno se evidencio que no era ¨ruido¨, y que además las neuronas motoras ahora se ¨habían
activado solo con ver¨ lo que hacía el investigador.
Algo extraño, pero se comprobaba ,
que neuronas motoras también tenían función perceptiva. Esto iba
a contra lo establecido. Dichas neuronas se activaban con solo percibir lo que
hacía el mono sin mediar ningún movimiento,
¨espejaban¨ lo que veían, la conexión establecida era mono-persona, el descubrimiento es válido interespecie; los actos de otro se
convierten en míos y los míos en suyos, los demás no están afuera, pero por suerte disponemos de un ¨llavero¨ para bloquear si
así lo queremos.
Lo paradójico es que no siempre nos comunicamos con
otras personas, pero parece que si con monos. El hallazgo de las neuronas espejo por parte de Giacomo Rizzolatti y su
equipo no solo desafió nuestra comprensión de la percepción y la acción, sino
que también abrió una puerta a la investigación sobre la empatía, entendida
como la capacidad de "ponerse en los zapatos" de otro ser.
Se iniciaba una línea de investigación con la ¨colaboración¨ no voluntaria de nuestros
parientes cercanos. Junto a estas neuronas se descubrieron además otros tipos
de neuronas en esa misma área, las cuales tenían como característica distintiva
la de activarse durante el acto prensil
o con solo ver objetos que ¨puedan
ser asidos¨, a estas células las
denominaron ¨neuronas canónicas¨, ambas
se activan tanto al realizar como al observar una acción. Sin embargo, mientras
que las neuronas espejo están más involucradas en la imitación y la emulación
de acciones observadas, las neuronas canónicas tienen una función más
centrada en la manipulación de objetos y la acción motora.
Estos
descubrimientos nos afirman que empatía y acción no son simplemente una
construcción psicológica o emocional abstracta, sino que están profundamente
arraigada en nuestra biología, nuestra anatomía neuronal y nuestra capacidad de
interactuar con el mundo social de manera recursiva e interconectada, permitiéndonos
entender y experimentar el mundo desde la perspectiva de los otros, y de alguna
manera, integrar sus experiencias como propias.
La percepción y acción son las dos caras de una
misma moneda y en el canto de estas funciones neuronales, una que no podía
faltar, la de las emociones, que nos hace
comprender por qué a veces podemos entender y compartir el dolor o la alegría.
Esto es la base de muchas de nuestras interacciones sociales dando
sentido sistémico-ecológico-cibernético a los fenómenos que nos ocurren en
todos los momentos de nuestra convivencia como seres sociales, que somos o
tratamos de ser. La cibernética tiene
una relación directa con la forma en que entendemos la comunicación y el
control de la información en nuestras interacciones sociales. Las neuronas
espejo y la empatía pueden verse como parte de un sistema cibernético complejo
que regula cómo compartimos información, emociones y comportamientos,
facilitando nuestra supervivencia y desarrollo social.
G. Bateson
lo expresa con énfasis al decir:
¨La cibernética se encarga de los
problemas de control, recursividad e información. Es el más grande
mordisco a la fruta del árbol del
Conocimiento que la humanidad
haya dado en los últimos 2000 años".
Los
memes, en el contexto de la teoría de la evolución cultural, son unidades de
información que se transmiten y sobreviven en la medida en que son replicados,
adaptados y compartidos. Las ideas, comportamientos y emociones compartidas pueden
verse como un tipo de meme que, al ser transmitido de un cerebro a otro,
perpetúa nuestra capacidad de conexión y colaboración social. Sin la empatía y
la capacidad de "espejear" las experiencias de los demás, muchos de
estos memes no podrán propagarse ni evolucionar dentro de una cultura. Ellos, nuestros memes, dan continuidad social a las potencialidades
individuales, pero aquellos que no se
sociabilizan se extinguen, como todos,
para poder sobrevivir además de nacer,
deberán tener la capacidad de permanecer y desarrollarse, posibilitando además
su diáspora ecuménica. No es posible imaginar cuántos memes se habrán perdido,
sea para bien y o para mal, cada uno de nosotros tendrá ejemplos de cada caso.
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