miércoles, marzo 19, 2025

SERENDIP


 

 *En el campo de la investigación el azar no favorece más que a los espíritus preparados*.

Louis Pasteur

 

Que la educación es la base de todo, lo entendió claramente el rey de Serendip, y pensó que la de sus tres hijos no estaría completa sin recorrer el mundo y conocieran gentes. Les hizo emprender un viaje y en el camino hallaron huellas de un camello, dedujeron que el animal estaba cojo, ciego de un ojo, le faltaba un diente, llevaba a cuestas una mujer embarazada y, además, acarreaba miel en un lado y mantequilla en el otro. Poco después, un mercader que había perdido el camello les preguntó por el camello, ante la respuesta tan meticulosa de los príncipes, los acusó de habérselo robado.

Los príncipes fueron llevados a presencia del emperador Beramo, quien les preguntó cómo pudieron saber con exactitud tantas cosas sobre el camello sin haberlo visto nunca, y ellos le refirieron sus abducciones y deducciones: El camello había comido hierba del lado del camino en que esta era menos verde, así que debía haber sido ciego de un ojo. Había a lo largo del recorrido montoncitos de hierba masticada, del tamaño del diente de un camello, que debieron caer por el hueco del diente que le faltaba a éste. Las huellas mostraban que arrastraba una pata, así que debía de ser cojo. Había hormigas en un lado del camino, atraídas por la mantequilla derretida, y moscas en el otro, comiendo la miel derramada. Junto a las huellas del lugar en que el camello se había arrodillado, estaban las de unos pies y, junto a ellos, orina de una mujer. Había también huellas de manos, por lo que supusieron que la mujer estaba embarazada y tuvo que apoyarse en sus manos al orinar.

El juicio se vio interrumpido por el anuncio de que el camello había sido encontrado. El emperador Beramo, encantado por la sabiduría de los tres hermanos, los despidió colmándolos de regalos y ellos siguieron sus aventuras. Esto tiene  que ver con los problemas inversos, del efecto a la causa, que tan bien describe M. Bunge y se incluyen en el capítulo de los hechos serendipitosos, es decir aquellos que son una combinación de azar y sagacidad inferencial. En medicina este tipo de razonamiento es frecuente.

En la ciencia las serendipias son muy numerosas; Arquímedes salió corriendo desnudo, Newton no se comió la manzana, Kekule ideo el benceno, Fleming no tiro la probeta sucia y olvidada, el abrojo es tan molesto pero el velcro es tan útil, el post it, el láser como  un ejemplo de solución antes de encontrar el problema.

Un hallazgo muy importante fue que en 1965 se descubrió la radiación cósmica de fondo de microondas, rastros del nacimiento del universo que se pensó inicialmente que era ruido provocado por caca de pájaros en la antena. Los ejemplos son muy numerosos, pero hay uno al que Cañete le rinde su homenaje diariamente diciendo: Pfizer simplemente gracias , cuando la empresa pidió que le devolvieran el sindenafil porque no era el efecto deseado, nadie le hizo caso.

Osamu Shimomura  cristalizo la enzima luciferasa al usar ácido clorhídrico accidentalmente porque estaba cansado. ​Tiempo después mientras estaba reflexionando en un bote en Friday Harbor recordó ese momento y logró aislar el compuesto bioluminiscente de Aequorea victoria lo que lo llevó al descubrimiento y desarrollo de la proteína verde fluorescente GFP, por lo que recibió el premio Nobel en 2008.

Adenda : serendipia deriva del inglés serendipity,  acuñado por Horace Walpole en 1754 a partir de «Los tres príncipes de Serendip», Serendip —antiguo nombre persa de la isla de Ceilán, la actual Sri Lanka

 

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