Al
visitar Toledo es imperativo ir a ver la pintura del Greco ¨El entierro del Conde de Orgaz¨. Peter Medawar, Nobel de Medicina 1963 por
sus descubrimientos acerca de la histocompatibilidad, fue más allá y nos propone la siguiente prueba de
inteligencia:
Algunos piensan que el Greco padecería astigmatismo, una alteración de la córnea que deforma lo que uno ve. Sin embargo no resiste un análisis lógico ni la experimentación científica. Además, que el alargamiento de las figuras no era un hecho inusual en los pintores, el Greco no pintaba exclusivamente con ese estilo, y si esto fuera poco, el astigmatismo produce deformaciones en un eje fijo y las pinturas del Greco podían alargar las figuras tanto en sentido vertical como horizontal.
Pero si se viera figuras
alargadas esto no se traduciría en la pintura, ya que si la distorsión se
produjera al ver a sus modelos también se hubiera dado al ver las figuras de
sus cuadros, quedando por tanto anulada dicha deformación. Un ejemplo que puede
ser más demostrativo: Si una persona posee un “defecto” que le provoca
visualizar los círculos como cuadrados, y
deseara dibujar la luna como un
fiel reflejo de lo que percibe:¿Cómo la dibujaría? En una oportunidad con un pintor amigo íbamos
caminando , había luna llena y le hice
la pregunta, y seguimos caminado... Existen
otros ejemplos con la misma
problemática, pero creo que con esto es suficiente, por lo menos para pensar. ¨Lo que se sabe comanda la acción y la ejecuta¨,
minimizando o corrigiendo la influencia de la percepción, el cerebro prioriza
la información conceptual sobre la sensorial en el acto de la
representación, un fenómeno que puede
observarse en diversas situaciones donde el conocimiento previo moldea nuestra
interpretación y acción.
¨ cualquiera que pudiera entender instantáneamente que el
astigmatismo como explicación es un absurdo más filosófica que estéticamente, seria indudablemente brillante y que aquel
que no entendiera la explicación la cual
es de índole epistemológica ,y no pictórica ni clínica ,ni si quiera después de que se le explicara, haría bien en no dedicarse a la
investigación¨.
P. Medawar
Que el cerebro prioriza la información conceptual sobre la sensorial en
el acto de la representación, fenómeno que puede observarse en diversas
situaciones donde el conocimiento previo moldea nuestra interpretación y
acción. Si bien la percepción siempre está presente, su influencia es anulada
por el peso del conocimiento. En el caso de la pintura no se pinta lo que se
ve de forma deformada, sino lo que se sabe que es la forma, a pesar de la
posible distorsión perceptiva.
La primacía del conocimiento sobre la percepción no es exclusiva
del arte, sino un fenómeno cognitivo más amplio. Existen muchos ejemplos donde
el conocimiento prima sobre la percepción:
Lectura: A pesar de que las letras individuales pueden estar ligeramente
borrosas o incompletas, nuestro conocimiento nos permite leer y comprender el
texto. Reconocimiento de rostros familiares: Incluso si vemos a un amigo de
lejos o con una iluminación tenue que distorsiona sus rasgos, nuestro
conocimiento previo de su rostro nos permite reconocerlo. Conducción: En
condiciones de poca visibilidad
confiamos en nuestro conocimiento a pesar de que nuestra percepción
visual sea limitada. Interpretación del lenguaje ambiguo la percepción auditiva
por sí sola podría ser insuficiente para determinar la intención del hablante.
Nuestro cerebro no es un receptor pasivo de información sensorial, sino un
intérprete activo que utiliza el conocimiento almacenado para dar sentido a lo
que percibimos.
La
pintura ¨El entierro del Conde de Orgaz¨
es un hito
de la primacía del conocimiento sobre la percepción. El ejemplo de la luna
cuadrada que se dibuja redonda ilustra de manera concisa y memorable cómo el
conocimiento puede anular una percepción distorsionada en el acto de la
representación. Lo que plantea Medawar
toca tanto aspectos que lo que lo convierte en un punto de encuentro
interdisciplinario que nos enseña a cuestionar las explicaciones superficiales
y a buscar una comprensión más profunda de los fenómenos.
En síntesis, la pintura de el
Greco, gracias al análisis de Medawar, se erige como un modelo ejemplar para
comprender cómo nuestros cerebros procesan la información sensorial y cómo el
conocimiento preexistente puede moldear nuestra percepción y nuestras acciones,
incluso de manera inconsciente. Nos recuerda que la realidad que experimentamos
no es simplemente un reflejo directo de nuestros sentidos, sino una
construcción activa influenciada por lo que ya sabemos.
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