DE UN MISMO ÁRBOL DIFERENTES FRUTOS
El "árbol de 40 frutas" por Van Aken
Algunos
pensadores expanden con tanta fuerza su producción intelectual que ella dará
origen a líneas de pensamiento cuyas diferencias solo pueden ser explicadas por
la libertad que lleva implícita la misma, George Hegel es uno de estos
personajes, su influencia se hizo sentir en el pensamiento de muchas
generaciones.
Fue un típico intelectual, racional y lógico, siendo joven sus compañeros lo
llamaban "el viejo", no creo necesario explicar la metáfora, su
filosofía es un idealismo absoluto. Con
Kant se nos había demarcado límites a la razón, Hegel sin embargo le confería
una infinitud integradora, consideraba a la misma como algo absolutamente
dinámico, para él los seres son un "momento del proceso que está viviendo
la totalidad " y cada "ser" está comprometido dentro del devenir
del todo. Esta forma de pensamiento es muy afín con la filosofía oriental, en
ella encontramos muchas respuestas a cuestiones difíciles de entender de otra
manera.
Hegel como tantos otros que lo precedieron consideraba
a su trabajo como la superación del pensamiento pasado, Kant había sostenido
que nuestro pensamiento es fenoménico, es decir que se conoce solo lo que
aparece (fenómeno), no lo absoluto. Hegel niega esta posición ya que relativiza
el conocimiento pensando a la "realidad
como el conjunto de relaciones", son estas las únicas que presentan un
carácter absoluto. Solo podemos entender las particularidades en el todo y solo
se es en relación con los demás. Su modelo de ser es el "ser en relación", su pensar acerca del "yo "
como se puede inferir es además totalmente diferente al cartesiano y lo expresa
sin dejar dudas al decirnos, "el yo es lo que es, en relación con lo que
no es", expresión de una dialéctica en permanente cambio.
L.Vigotsky sostiene que el aprendizaje es un proceso que siempre incluye
relaciones entre individuos, las
relaciones para el pensamiento hegeliano conforman un sistema que da
sentido a la realidad. La actualidad nos
ratifica, que la realidad es absolutamente dinámica, vemos como cada cosa
concreta nos remite irremediablemente a la totalidad, no es posible pensar
seriamente si lo hacemos en forma particularizada o lineal, aun cuando casi
siempre actuamos de esta manera. La globalización en su forma bastarda
hoy ha invadido todos nuestros espacios y la hemos aceptado sin resistencia.
Para Hegel
la forma de evidenciar el comportamiento propio de la razón es cuando la misma
se hace dialéctica, se parte del todo, y la estructura de la realidad comienza
con una afirmación a la que denomina ¨tesis¨, que debe ser contradicha, ¨ la
antítesis ,para posteriormente existir una conciliación entre opuestos, ¨la
síntesis ( sin, del griego significa composición).
Estos serían
los tres momentos fundamentales, enlazados entre sí con tal grado de
compromiso, que la síntesis de un proceso será la tesis del siguiente, lo cual
impide la dispersión al infinito hasta alcanzar la síntesis suprema.
Hegel define
a tesis como una "afirmación cualquiera", recordando que todos
los conceptos llevan dentro de sí un conflicto, es este conflicto el que le
dará "movimiento" y se denomina antítesis, como una negación
de la afirmación que será la encargada de dinamizar
la realidad, donde la síntesis
aparece como un movimiento de conciliación que será la encargada de la
superación del conflicto, negación de la negación anterior, pero
diferenciándose claramente porque conserva lo positivo de los dos momentos
anteriores, es en ese detalle donde radica el germen de la perpetua creación.
Su
método, la dialéctica: toda afirmación lleva dentro su propia
contradicción, y de ese conflicto surge una conciliación que no borra, sino que
conserva lo valioso de ambos extremos. La síntesis no es un punto final: es una
nueva tesis, un paso más en la escalera infinita que va desde la materia hasta
la conciencia, y de la conciencia hasta lo divino.
Hegel nos
expresó maravillosamente bien la realidad, describiéndola como un proceso en
permanente ascenso, donde "el espacio quiere ser cosa, la cosa ser
viviente, lo viviente ser hombre y el hombre ser Dios".
Su filosofía escapo a su intencionalidad original y
será con el correr de los años el origen de ideologismos dispares, los cuales
por su parte darán nacimiento a movimientos extremos.
Así
como el árbol de Van Aken no eligió qué injertos recibe ni los frutos que dará ,
Hegel no pudo controlar qué hicieron de
su tronco: Marx y Engels convirtieron su dialéctica en motor de
revolución material. La derecha hegeliana la transformó en sostén de un Estado
fuerte y casi sagrado. Teólogos y existencialistas la usaron para meditar sobre
la libertad, la fe y la angustia humana.
Es
una enseñanza profunda que las grandes ideas, una vez lanzadas al mundo, dejan
de ser propiedad de su autor y no en todos los casos se aplica de forma
literal, porque la idea central es que la realidad avanza mediante contradicciones,
tensiones y procesos dinámicos y, cada disciplina adapte la dialéctica a
sus propios lenguajes y métodos, por eso su espíritu de pensar en la
dinámica de opuestos y transformaciones está en el corazón de gran parte del
pensamiento.
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