HAZ LO
QUE DIGO NO LO QUE HAGO
La doble moral de Rousseau.
Los problemas educativos históricamente fueron preocupación de la casi
totalidad de los filósofos, pero un pensador, Juan Jacobo Rousseau del que se
dice que "no tuvo el castigo de sufrir lo que predicaba", fue el
inspirador directo de la mayoría de los educadores occidentales.
Fue un viajero intelectual, su vida parece ser un
ejemplo del desorden tanto, que, si no hubiese tenido la llama sagrada de la
escritura, su vida hubiese sido del todo miserable. El pensamiento de Rousseau
en cuanto a sus ideas políticas y pedagógicas son expuestas en dos obras el
Contrato Social que inspiro muchas ideas de la revolución francesa y el Emilio
que inspiro e inspira a pedagogos.
Decía acerca de Voltaire, que, aunque parecía siempre
creer en Dios nunca creyó de verdad sino en el diablo, este le devolvía el
obsequio diciendo que debido a su naturalismo Rousseau pretendía que el hombre
anduviese en cuatro patas. En el siglo XVIII llamado por ¨algunos¨ el siglo
pedagógico, las dos figuras en más importantes en este sentido fueron Rousseau
y Pestalozzi, pero la influencia del primero fue muy importante y permanente,
en esa época se da nacimiento a la educación estatal y nacional.
Acerca de la esclavitud, la cual puede revestir muchas formas, Rousseau pensaba
lo siguiente "un hombre que se hace esclavo de otro no se da, sino que se
vende por su subsistencia " y se preguntaba, además, ¿un pueblo porque se
vende? La profundidad de su pensamiento se evidenciaba de muchas maneras a
veces no del todo saludables para la época, es válido como una muestra recordar
aquello que decía en cuanto al poder :
No hay que pensar que un rey proporcione a sus súbditos la subsistencia ,puesto
que es el quien saca de ellos la suya. Dan los súbditos su persona a condición
de que se les tome también sus bienes.
Cuestionando que era lo que conservan realmente
entonces los súbditos y, se contestaba diciendo: Se dirá que el déspota les
asegura tranquilidad civil .pero que ganan si esta tranquilidad misma es una de
sus miserias, los griegos encerrados en el antro del Cíclope vivían tranquilos
esperando que le llegase el turno de ser devorados. Estás líneas extraídas del
contrato social hacen presumir por qué sus ideas inspiraron a la revolución
francesa, para Rousseau renunciar a la "libertad", era renunciar a la
cualidad de seres humanos, a los derechos de la humanidad y también a nuestros
deberes.
El Emilio o de la educación, es fuente de inspiración de los educadores,
a Rousseau le cabria perfectamente el dicho popular has lo que digo no lo que
hago, su vida no fue un ejemplo a seguir, pero si sus escritos, pero es digno
reconocer la autocrítica que él nos hace conocer a través de Las Confesiones,
en ellas se expresa diciendo:
“He aquí lo que hice, lo que pensé y lo que fui. Con
igual franqueza dije lo bueno y lo malo. Nada malo me callé, no me atribuí nada
bueno; si me ha sucedido emplear algún adorno insignificante, lo hice solo para
llenar un vacío de mi memoria. Pude haber supuesto cierto lo que pudo haber
sido, más nunca lo que sabía que era falso. Me he mostrado como fui,
despreciable y vil, o bueno, generoso y sublime cuando lo he sido. He
descubierto mi alma como Tú la has visto. Oh ser Supremo
Reúne en torno mío la innumerable multitud de mis semejantes para que escuchen
mis confesiones, lamenten mis flaquezas, se avergüencen de mis miserias .Que
cada cual luego descubra su corazón a los pies de tu trono con la misma
sinceridad y después que alguno se atreva a decir en tu presencia ;Yo fui mejor
que ese hombre¨.
Es para reflexionar profunda y largamente si alguien
podrá decir, aunque sea en voz baja estas últimas líneas.
Rousseau decía que la educación es el efecto de la
naturaleza, de los hombres o de las cosas y que cada uno de nosotros recibe
lecciones de estos tres grandes maestros, cuando un padre engendra y
mantiene a sus hijos no hace más que un tercio de sus funciones. Debe a la
especie hombres, a la sociedad hombres sociables y , ciudadanos al estado.
Todo hombre que puede satisfacer esta triple deuda y
no lo hace es culpable y más culpable cuando la paga a medias. Con referencia a
nuestra profesión, la medicina, pensaba y decía que la higiene era la parte
útil y que esta es más virtud que ciencia, las eficiencias del hombre son la
templanza y el trabajo , este aguza el hambre y aquella impide los hartazgos.
Sus conceptos acerca de la educación conservan valor y actualidad; ella comienza decía, desde que el hombre nace,
antes de hablar y antes de oír ya se instruye, precede la experiencia a las
lecciones y cuando conoce a su nodriza ya tiene mucho adquirido .Los
conocimientos del hombre más rústico nos admirarían si siguiéramos sus
progresos desde que nació hasta el punto en que se halla. Si partiéramos el
saber humano en dos, una común de todos los hombres y otra peculiar de los
sabios sería la última muy pequeña con relación a la primera.
El único habito que se debe dejar al niño es que no
tenga ninguno, citando que los primeros llantos de los niños son ruegos, si nos
descuidamos luego se convierten en ordenes, empiezan haciéndose asistir y
acaban haciendo que los sirvan, no deja ninguna duda la claridad con la que
veía las cosas que frecuentemente nos ocurren aún en nuestros días.
Hoy los educadores modernos piensan que el aforismo
"no se nace sabiendo" no es cierto es muy importante el bagaje de
conocimientos que tenemos al nacer. Sostenía que toda perversidad procede de la
debilidad, si el niño es malo es porque es débil; denle fuerzas y será bueno,
el que lo pudiese todo nunca haría mal. Los niños lloran menos si empiezan a
hablar y es lo que es lógico cambian un idioma por otro, nada se debe dar al
niño porque lo pide sino porque lo necesita. Han pasado muchos años y muchas de
sus verdades conservan su valor como cuando las formulo.
CONCLUSION
El reconocimiento no borra el daño: La confesión no anula el daño que causó,
especialmente a sus hijos. La distinción entre el hombre y el pensador: Se
puede argumentar que la importancia de sus ideas (sobre la libertad, la
educación y la política) es independiente de la vida moral del autor. Las ideas
de Rousseau deben ser valoradas por su mérito intrínseco, no por su conducta personal.
La contradicción como defecto filosófico: Algunos sostienen que la
inconsistencia entre su vida y sus ideas revela un defecto en su propia
filosofía. Si sus ideales fueran realmente sólidos, deberían haber sido
aplicables a su propia vida.
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