sábado, agosto 16, 2025

Juicios por jurado y la importancia de la probabilidad previa

 

Juicios por jurado y la importancia de la probabilidad previa

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En nuestro laboratorio de café en lo de Marta , Miguel nos preguntó cuál era nuestra opinión sobre los juicios por jurado, considerando la forma en que se eligen los miembros del mismo. Al recordarlo, me vienen a la mente dos casos de la década de 1990 que causaron gran impacto y que pueden ser un intento de respuesta o un nuevo interrogante: el de O. Simpson y el de Sally Clark. Aunque sus resultados fueron distintos, en ambos se aplicaron estrategias estadísticas, lo que nos permite reflexionar sobre dos falacias fundamentales: la del fiscal y la narrativa.

La falacia del fiscal se comete al sobreestimar la importancia de una evidencia sin considerar la probabilidad previa . Para evitar esta trampa, se recurre al Teorema de Bayes, que combina evidencia y probabilidad previa para calcular la probabilidad real de culpabilidad o inocencia.

En términos sencillos, la probabilidad previa actúa como base: sin ella, cualquier evidencia puede ser engañosa. Incluso la evidencia más impactante no puede condenar a alguien si la probabilidad de que estuviera involucrado es prácticamente nula. Bayes nos recuerda que la probabilidad de culpabilidad depende tanto de la evidencia como de la base sobre la que se evalúa esa evidencia.

La falacia narrativa, consiste en construir historias coherentes a partir de evidencia incompleta para hacer que los hechos “tengan sentido” de manera convincente, aunque la interpretación sea errónea. Los jurados, naturalmente, buscan explicaciones claras y coherentes; esta búsqueda puede hacer que acepten como verdadero un relato atractivo, aunque la evidencia real sea insuficiente o mal interpretada.

En el caso de Sally Clark, la acusación cometió la falacia del fiscal. ¨Ignoraron la probabilidad previa¨ de que una madre asesinara a sus hijos es extremadamente baja. En su lugar, se centraron exclusivamente en la probabilidad frecuencial de que dos muertes por SMSL ocurrieran por casualidad (1 en 73 millones), presentando ese número. Esto fue un error fundamental que ignoró por completo el contexto y la probabilidad previa.

En el caso de O. J. Simpson, la fiscalía presentó evidencia (ADN, sangre) con probabilidades frecuenciales muy bajas de coincidencia por azar. Sin embargo, la defensa utilizó una poderosa falacia narrativa para anular esa evidencia. Aunque no lo mencionaron explícitamente, su argumento de la "duda razonable" se basó en la supuesta probabilidad previa, pero de la policía de Los Ángeles, la cual por  corrupta haber manipulado la evidencia, incluso el factor racial. Al construir una historia tan convincente sobre una conspiración, lograron que el jurado ¨ignorara la probabilidad previa de  Simpson*

En el caso de Clark, la probabilidad previa fue ignorada por completo, mientras que en el de Simpson, fue manipulada estratégicamente para crear una narrativa de duda razonable. Esto revela un problema estructural: cuando el razonamiento probabilístico no se entiende o no se aplica, la narrativa domina… y la justicia se vuelve una cuestión de persuasión, no de verdad. Simpson no culpable . Sally culpable.

El teorema de Bayes nos ofrece una guía, recordándonos que la evidencia solo adquiere verdadero valor cuando se interpreta en relación con la probabilidad inicial y no por historias atractivas pero engañosas.

En síntesis

La justicia no puede descansar únicamente en la fuerza de un relato ni en la impresión momentánea de un jurado. La verdadera garantía de equidad exige que quienes juzgan  —sean profesionales o ciudadanos— comprendan y apliquen, aunque sea de forma básica, el principio de la probabilidad previa y el razonamiento bayesiano. No se trata de convertir cada juicio en una clase de estadística, sino de dotar a la ciudadanía de herramientas para resistir la seducción de las narrativas convincentes y evaluar la evidencia con rigor. Este modo de pensar no es ajeno a nuestra vida diaria o nuestras disciplinas,  lo usamos de forma intuitiva cada vez que actualizamos creencias ante nueva información. Reconocerlo y aplicarlo conscientemente en el ámbito judicial y disciplinario es una obligación ética.

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