jueves, agosto 07, 2025

Lo que fuimos, lo que somos, lo que nos hackearon

 

Lo que fuimos, lo que somos, lo que nos hackearon

Konrad Z. Lorenz, padre de la etología (y padre de gansos)

Una imagen famosa muestra a Lorentz caminando y los gansos siguiéndolo en fila como si fuera su madre — símbolo perfecto del fenómeno de la impronta.

En 1973, el Premio Nobel de Medicina fue otorgado a tres pioneros de la etología: Konrad Lorentz: descubrió la impronta en aves y el papel de los instintos. Niko Tinbergen: propuso los cuatro niveles de análisis de la conducta (causa, desarrollo, función, evolución). Karl von Frisch: descifró el lenguaje de las abejas y sus capacidades perceptivas.

La etología; ¨ es el estudio del comportamiento animal en su contexto natural¨. Esta ciencia, nacida del cruce entre la biología, la psicología y la observación inteligente, fue impulsada además de Konrad Lorenz por  Niko Tinbergen nos ayuda a entender por qué hacemos lo que hacemos, no solo en términos psicológicos o sociales, sino también evolutivos reales.

Konrad Lorenz medico devenido etólogo considera que  la etología no solo estudia animales, sino que ofrece claves profundas para entender la naturaleza humana y el vínculo entre instinto, razón y cultura. Sostiene que venimos al mundo con cierta información incorporada, adquirida filogenéticamente, que permite el aprendizaje y la adaptación al entorno.

Esta información surge  de la historia evolutiva de la especie, lo que Kant consideraba estructuras apriorísticas del conocimiento, hoy puede entenderse como productos de la evolución, es decir, como a posteriori desde la perspectiva de la especie, pero a priori para cada individuo.

Vemos que la etología olvidada en los currículos cobra un valor no solo para entender a  los gansos y otras especies sino para comprendernos a nosotros mismos. Nuestra conducta está anclada en miles de años de evolución, pero el mundo cambió en apenas unos cientos. Y ese desfase es terreno fértil para la manipulación.

El trabajo experimental  de K Lorentz ,acerca de la impronta  o troquelado en aves como los gansos salvajes , es que interpretan lo primero , que se mueve en determinado ángulo de su entorno como su progenitor, es un patrón a medio camino entre las conductas innatas y las aprendidas.

Es un tipo de aprendizaje muy rápido que en sus experimentos mostro que  los gansos nacidos en su  laboratorio lo seguían en fila como si fuera su madre. Demostró que la impronta era irreversible y con función adaptativa: los gansos que lo habían seguido de pequeños seguían eligiéndolo incluso cuando podían ver a gansos. En aves como los gansos o los patos, este período sucede poco después de nacer.

En síntesis: Lorenz sostiene que en  los animales — no nos excluye— existen  predisposiciones innatas, con "programas instalados" listos para activarse ante ciertas señales del entorno, "estímulos clave", y cómo estos pueden ser fácilmente manipulados por lo que él denominó "súper-estímulos": versiones exageradas de los estímulos naturales que generan respuestas aún más intensas. No es una exageración metafórica:  Somos presa fácil de los súper-estímulos. No porque seamos tontos, sino porque nuestros sistemas de respuesta fueron diseñados para un mundo que ya no existe.

 

Diagrama

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Nico Tinbergen propuso una estructura simple y profunda a la vez: toda conducta puede entenderse desde cuatro niveles de análisis:  

1.-La causa inmediata (¿qué lo dispara ahora?) 2.- El desarrollo (¿cómo se forma en el individuo?) 3.-La función (¿para qué sirve?) 4.-- La historia evolutiva (¿de dónde viene?) Esos cuatro porqués, aplicados a una gaviota o a un humano, revelan mucho más que una descripción de la conducta: nos conectan con una biología profunda que aún guía nuestras decisiones… aunque a veces, como veremos, nos guíe por caminos errados.

N.Tinbergen hizo experimentos con aves: Si a una cria de gaviota se le muestra un pico artificial con manchas rojas más grandes que las de su madre real, la cría responde con más fuerza. Es decir, prefiere el estímulo falso al verdadero. No porque "lo piense", sino porque su sistema está diseñado para responder a ciertas formas, colores o patrones. Y cuando se le presenta una versión exagerada, su conducta se dispara aún más.

 

¿Por qué la etología no se estudia más, si es tan clave?

A pesar de su potencia explicativa, la etología está ausente de programas educativos formales, pero es aplicada —y muy bien entendida— por la industria, la publicidad y la tecnología. Las grandes plataformas y marcas  explotan los principios etológicos con precisión, saben qué estímulos clave activan nuestras respuestas más automáticas, qué colores, sonidos o movimientos captan la atención, cómo generar improntas desde la infancia con logos, marcas o ídolos. Utilizan súper-estímulos diseñados para ser irresistibles. Redes sociales, comida ultra procesada, entretenimiento, incluso ciertas formas de educación o política, no apelan a nuestra razón, sino a nuestros circuitos instintivos. Lo que Lorenz y Tinbergen descubrieron para gansos y gaviotas, hoy lo usa TikTok, McDonald’s y YouTube con nosotros. El drama no es que seamos animales; es que otros lo saben —y lo usan— mejor que nosotros mismos.

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