Epistemología: el núcleo
invisible
Cuando uno “no ve” lo que está ahí
Muchos docentes,
investigadores y profesionales viven dentro de la epistemología sin saberlo,
como quien respira sin conocer la fisiología pulmonar. Y, sin embargo —y esto
es lo que quiero reconocer aquí— la
epistemología es vital, no solo para la ciencia, sino para la vida
cotidiana, para el juicio práctico, para la toma de decisiones, para no
extraviarse en un mundo saturado de información y ruido.
EPISTEMOLOGIA ES LA CAJA DE HERRAMIENTAS INTELECTUALES
Intento hacer explícito
ese núcleo que siempre estuvo presente —aunque no siempre visible—, fui integrando
a Kant, Peirce, Popper, Vygotsky, Bateson, Nonaka y Takeuchi, sin desconocer
que cada uno merece una profundidad mayor y que detrás de ellos hay raíces
previas: Descartes, Hume y toda la tradición griega que inauguró las preguntas
por el conocer.
¿Qué es la epistemología y por qué importa?
La epistemología es el estudio del
conocimiento: qué cuenta como saber, cómo lo justificamos, cómo corregimos
errores, cómo evitamos engañarnos, cómo distinguimos evidencia de opinión, cómo
procesamos la incertidumbre. No es una disciplina lejana ni abstracta. Es el GPS
cognitivo que usamos cada día, aun sin nombrarlo.
Ejemplos
cotidianos
- Cuando decidimos si una noticia es confiable.
- Cuando elegimos un tratamiento médico frente a dos opiniones
divergentes.
- Cuando un docente evalúa si un alumno “realmente entendió”.
- Cuando alguien interpreta un gesto, una conversación o un silencio.
Todo eso es epistemología en acción,
aunque no se la nombre.
La necesidad de explicitar
Lo epistemológico no debe
darse por obvio. Los conceptos abstractos —como evidencia, inferencia,
modelo, teoría, validez o sesgo— no se incorporan por ósmosis. Hay que bajarlos
a la práctica, ejemplificarlos, mostrar cómo funcionan en la vida real, en
la ciencia, en la medicina, en la enseñanza. El docente tiene cuatro tareas
éticas: explicitar, facilitar, acompañar y animar. Esto busca corregir precisamente eso: volver
explícito lo que antes aparecía implícito. Cómo enseñar epistemología explícitamente
Un núcleo básico integrador de epistemología para pensar
No pretendo un manual, sino un núcleo conceptual operativo,
formado solo por unos autores cuya convergencia ilumina cómo pensamos,
aprendemos y corregimos errores. Cada uno merece un estudio profundo, pero aquí
funcionan como disparadores para un marco universitario y profesional. Y
además no son los únicos.
Kant: los lentes de la mente: No
conocemos las cosas tal cual son, sino a través de estructuras (espacio,
tiempo, causalidad, categorías).Ejemplo médico: la noción de causa es un
a priori clínico; sin ella, no habría diagnóstico posible.
Peirce: inferencia y comunidad de investigación: El conocimiento progresa por abducción, conjeturas que luego se
someten a la comunidad científica. Ejemplo científico: la hipótesis de Helicobacter
pylori surgió como una abducción disruptiva antes de ser verificada.
Popper: la crítica como motor: No
acumulamos certezas: eliminamos errores. Ejemplo médico: cambiar un
protocolo terapéutico cuando un ensayo clínico de mejor calidad refuta el
anterior.
Vygotsky: el conocimiento es social: Aprendemos
mediante mediación, lenguaje, signos, diálogo, zona de desarrollo
próximo. Ejemplo docente: explicar “modelo científico” con objetos, metáforas,
mapas conceptuales.
Bateson: los patrones que conectan: Pensar es
detectar relaciones, diferencias, contextos. Ejemplo ecológico y médico:
comprender una enfermedad no solo por la lesión, sino por el ecosistema
biopsicosocial donde emerge.
Nonaka y Takeuchi: conocimiento tácito y explícito: El saber profesional vive en la experiencia encarnada; se vuelve
útil cuando puede ser exteriorizado y compartido. Ejemplo en
medicina: cómo un cirujano transmite savoir-faire a un residente.
FORMAS DE PRACTICAR
Propuesta concreta mínima:
1. Mostrar conceptos por contraste
—Verdad vs. opinión
—Evidencia vs. anécdota
—Explicación vs. descripción
—Ruido vs. señal
2. Practicar razonamiento abductivo-bayesiano
—Dar escenarios y pedir la mejor hipótesis explicativa.
3. Trabajar con casos reales
—Hallazgos contradictorios
—Errores
—Enseñanza por dilemas
4. Modelar el pensamiento
—Mostrar cómo uno mismo revisa su razonamiento.
5. Enseñar a explicitar conocimiento tácito
—Preguntar: ¿Cómo supiste esto? ¿Qué viste que otros no vieron?
Hay más te espera
La epistemología como herramienta vital para
lo cotidiano
La epistemología no es
importante solo para el científico o el médico. Es vital en lo
cotidiano, incluso cuando no se la ve. Todos hacemos epistemología cuando:
elegimos en quién confiar, interpretamos una señal ambigua, detectamos un
engaño, tomamos una decisión bajo incertidumbre, evaluamos la coherencia de un
relato, priorizamos una acción, establecemos una meta y un criterio de éxito.
Aunque no
usemos palabras como “criterio de verdad”, “falsabilidad” o “abducción”, el
proceso subyacente es el mismo. La epistemología es invisible como los
cimientos de una casa: si están bien puestos, la casa se sostiene; si no, todo
se derrumba.
Conclusión:
lo invisible que sostiene lo visible
La
epistemología cumple la misma función que el aire, la respiración o el sistema
inmune cognitivo: está siempre ahí, pero solo advertimos su ausencia cuando
algo falla. Hacerla explícita no es un lujo intelectual, es una herramienta
cognitiva para sobrevivir, es una forma de cuidar nuestra manera de pensar.
Y la epistemología es, sobre todo, un modo de habitar el mundo
con menos ingenuidad y más lucidez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario