Chupetes y conceptos:
Molyneux, Meltzoff y Borges frente
al mito de la tabula rasa
El filósofo William Molyneux como parte de un
experimento mental le pregunta a J. Locke: ¿Un hombre ciego de nacimiento
aprende a diferenciar por tacto entre cubo y esfera, si recobra la vista y
sobre la mesa ve un cubo y una esfera?: ¿Antes de tocarlo sabría que es cada
una de las figuras? La mayoría incluido Locke dice que no, que es necesario
¨empalmar visión con tacto¨, que el ciego solo ¨viendo y tocando¨podría
relacionar. ¨ J. Locke creía como la mayoría que tendría que aprender a ver, tocando y viendo, descubriría que están
relacionadas. Pero el cerebro del recién nacido no es tabla rasa.
Venimos al mundo con una``máquina de conceptualizar``.
Tabla rasa
Nacemos con puentes sinestesicos, es decir una correspondencia
natural entre modalidades sensoriales Andrew
Meltzoff hizo un experimento sencillo,en
lugar de esfera y cubo utilizo dos chupetes, uno redondo y otro rugoso. Se le
dio a un bebe uno de los chupetes en la oscuridad y después de un tiempo, se colocó en la luz
los dos chupetes, él bebe mira más al que tuvo en la boca.
¨El experimento destrono un mito de más 300 años,
la experiencia táctil (oral) del bebe es
muy importante, pudo reconocer con la vista lo que solo ha *tocado* con
la boca¨.
El oftalmólogo Alberto Valvo hizo el experimento de
W. Moliyneux y comprobó que J. Locke
tenía razón; al ciego recuperado le era difícil comprender el mundo visual. Para
poder ¨ver¨ tuvo que empalmar con esfuerzo la experiencia visual con el mundo
conceptual que antes había construido solo con el tacto y el oído.
El experimento de Andrew Meltzoff es parte de una línea de investigación que
demuestra la existencia la capacidad de
transferir información de una modalidad sensorial a otra (como del tacto a la
visión). Este tipo de hallazgos desafió la vieja idea —derivada de filósofos
como John Locke o George Berkeley— de que nacemos como una tabula rasa y
que no podemos hacer asociaciones entre sentidos sin experiencia previa.
No fue el
único experimento Streri y Spelke (1988)
establecieron coordinación entre tacto manual y visión ,con un diseño en bebés
de 2 meses que recibían un objeto en la mano (fuera de la vista) y luego veían
dos objetos: el que habían tocado y otro diferente. Resultado: Preferían mirar el que habían
tocado, aunque nunca lo habían visto antes. Conclusión: La correspondencia
entre modalidades no solo se da con la boca, sino también con la mano
El cerebro tiene capacidad para establecer
correspondencia espontanea entre modalidades sensoriales,esta capacidad de establecer correspondencias espontaneas entre
modalidades sensoriales, se atrofia por
desuso durante los primero años. Los bebés nacen con una
forma de sinestesia transitoria Esto se
iría actualizando con el desarrollo del cerebro y la inhibición cortical. Lo que para un bebé es natural, espontáneo y veloz, para un adulto ciego
requiere reaprendizaje. La capacidad de establecer correspondencias
multisensoriales está ahí, pero puede dormirse, apagarse o necesitar
entrenamiento para volver a activarse.
La
génesis de los conceptos, quizás, comienza justo ahí: en la convergencia entre
sentidos, cuerpo y tiempo. Nacemos con
una máquina de conceptualizar, sí, pero esa máquina necesita equilibrio: entre
percepción y olvido, entre exactitud y síntesis, entre los sentidos y el
lenguaje. Así, quizás, aprendemos a vivir en un mundo que no solo vemos y
tocamos, sino también comprendemos.
La conceptualización requiere no solo integrar
sentidos, sino también generalizar , unir
cosas distintas bajo un mismo nombre. Dejar de lado diferencias irrelevantes y
enfocarse en lo común. Y eso requiere una operación esencial: olvidar
detalles.
Borges nos ofrece una imagen poderosa, Funes el
memorioso, el personaje que, tras un accidente, adquiere una memoria
perfecta. Funes no olvidaba nada. Recordaba cada hoja, cada instante, cada
matiz. También percibía el mundo sinestésicamente, en una especie de
hiperconciencia sensorial. Pero ese don era también su maldición: no podía
pensar. Porque pensar es generalizar , conceptualizar , abstraer y abstraer requiere olvidar.
Borges lo
dice con claridad: “ En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles,
casi inmediatos.” Funes estaba atrapado en un presente perpetuo y absoluto. Su
mundo era tan exacto que no podía tener ideas: no podía crear conceptos.
En síntesis: Lo que en Funes aparece como
disfunción, durante los primeros momentos de la vida es necesario como parte del potencial cognitivo que se
modela, se selecciona, se simplifica con el tiempo. El desarrollo cognitivo
“normal” bloquea parte de esa sinestesia original, en nombre de la eficiencia,
de la lógica verbal, de la atención selectiva. Pero algo queda. Y ese algo
—cuando se cultiva en artistas, poetas, músicos, científicos— puede dar lugar a
formas originales de pensar y hacer que muchas veces no comprendemos
claramente.
En resumen, no nacemos con conceptos, pero sí
con puentes y con la capacidad de conectar. Aprendemos a pensar por integración: de sentidos, de emociones,
de movimientos, de palabras. Comprender el mundo es, en última instancia, un
ejercicio de sinestesia selectiva: elegir qué sentidos cruzar, qué detalles
dejar, y qué olvidos nos permiten construir ideas.
Adenda:
Sinestesia Las personas sinestésicas experimentan de forma automática e involuntaria
la activación de una vía sensorial o cognitiva adicional en respuesta a
estímulos concretos, como persistencia y alteración cognitiva de algo normal los primeros meses . A veces generan
casos como el de Salomón Shereshevski, estudiado por A. Luria o Nacido
un día Azul, libro de Daniel Tammet con
una variedad de autismo para quien los miércoles son azules y mucho más.
Cinestesia o kinestesia es la capacidad de unir el cuerpo y la mente para lograr el
perfeccionamiento del desempeño físico. Comienza con el control de los
movimientos automáticos y voluntarios, avanza hacia el empleo del cuerpo de
manera altamente diferenciada y competente.
A Evaristo mi nieto durante la vida intrauterina ,porque se movía poco ,el
consejo fue hacerle escuchar una serie de ruidos. Durante la infancia no podía
escuchar esos ruidos sin sufrir
sobresaltos . Es solo un ejemplo, pero valido, de cierta actividad cognitiva ya
durante la vida intrauterina.
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