miércoles, junio 25, 2025

La abducción tiene calle: Tony, el ingeniero y el mito de la lógica pura

 

La abducción tiene calle: Tony, el ingeniero y el mito de la lógica pura


N.N. Talev nos regalo un experimento mental sencillo pero que nos revela la forma en que pensamos cotidianamente todo y todos la mayoría sin saber de qué manera lo hacemos: Imaginá que lanzás una moneda ¨imparcial¨ al aire. Sale cara. La volvés a lanzar. Otra vez, cara. Y así… 99 veces.

¿Qué probabilidad hay de que la número cien sea cruz?

John, ingeniero brillante y amante de las fórmulas, responde sin dudar:
—“50%. Cada lanzamiento es independiente.”

Tony el Gordo, intuitivo, viajado, con olfato callejero, levanta una ceja:
—“Después de 99 caras, ¨no me trago que sea imparcial¨. Para mí, cruz tiene menos del 1%.”

¿Quién tiene razón?

La sorpresa es que Tony tiene más razón que John. Y no por ser más culto o técnico, sino por algo mucho más elemental: piensa con calle, pero también con una lógica más profunda y distinta-

Tony, aunque no lo diga con estas palabras, está usando un trío inseparable que define el pensamiento útil en la vida real:

  • Primero, abduce: lanza una sospecha cuando los datos no cierran.
    “Esto no puede ser una moneda imparcial.”
  • Segundo, piensa como un bayesiano: actualiza su creencia ante la evidencia abrumadora de las 99 caras.
  • Y tercero, hace epistemología práctica: se pregunta si lo que damos por cierto (que la moneda es justa) tiene algún sentido real.

John, en cambio, se aferra al manual. Aplica una fórmula sin revisar el modelo. Su razonamiento es deductivo, impecable… pero sobre una premisa equivocada.

El conflicto no es entre lógica e intuición. Es entre dos maneras de entender qué significa pensar bien. Y en ese sentido, Tony no es solo callejero. Es, sin saberlo, más epistemólogo que el propio ingeniero.

Dos formas lógicas de pensar: con fórmulas o con calle

Lo que distingue a Tony y John no es el coeficiente intelectual, sino el tipo de lógica que usan. John aplica la lógica formal: limpia, precisa, aprendida en libros. Tony opera con lógica informal: ambigua, práctica, adquirida en la calle, en la vida, en la sospecha constante de que el modelo puede estar mal.

Ambas lógicas son valiosas, pero no sirven para lo mismo. Y en un mundo lleno de trampas, ruido y sorpresas, la lógica con calle suele ser más útil que la del pizarrón.

 Aunque no lo sepamos tenemos tres inferencias básicas :

  1. Abducción: la intuición inicial. “Esto no me cierra.” Es lo que hace Tony cuando huele que la moneda no es justa.
  2. Inducción: buscar patrones, verificar si esa hipótesis tiene sentido en otros casos.
  3. Deducción: proyectar consecuencias. Acá John es experto, pero parte de una premisa falsa.

El problema es que muchos, como John, empiezan por el final. Deducen sin haber sospechado. Calculan sin haber dudado.

Holmes y House: dos ejemplos de abducción que creían que deducían:

Sherlock Holmes y Gregory House, Se jactaban de deducir, cuando en realidad abducían con maestría. Veían detalles que nadie veía, sospechaban lo impensado, y solo después ajustaban sus diagnósticos.

Lo que hacían era lógica informal de altísima calidad, Evaluaban probabilidades previas sin mencionarlas. Pensaban como cerebros bayesianos antes de que eso tuviera nombre.
Creían que pensaban desde el final, pero siempre empezaban desde una abducción cargada de experiencia.

Esto no es de experimento ni de laboratorio vivimos actualizando creencias, sepamos o no, nos guste o no:

Pensar es revisar lo que creemos frente a nueva evidencia. Eso es el pensamiento bayesiano. Y eso es lo que hacemos —o deberíamos hacer— al: Cruzar una calle: ¿ese auto frena o acelera? Pedir en un restaurante: ¿esto me va a caer bien? Diagnosticar una enfermedad, defender un juicio, diseñar un puente, elegir una escuela…

Conclusión la lógica con calle, la lógica informal es una forma de supervivencia

Tony el Gordo no hizo un doctorado. Pero intuye bien. Sospecha, valora el detalle raro, escucha su escepticismo. John sabe calcular, pero si no revisa el modelo, puede errar con precisión milimétrica.

La lección del experimento mental de N.N. Talev ,creo ,es que la mayoría sabe tácitamente la importancia de la lógica informal ,que la vida no es una moneda justa. Y para vivir hay que aprender a pensar como pensamos la vida real.

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