Lo trivial, no es trivial
“Si
algo es trivial y universal, probablemente contiene una verdad profunda”.
Cacho nos pregunto acerca de lo
trivial, recordé ; *Las raíces triviales
de lo fundamental *, un ensayo de Jorge Wagensberg que nos propone que hagamos
un rastreo de trivialidades ocultas en las raíces de lo fundamental y de
aquellos conceptos que son necesarios para
trasformar lo simplemente verdadero, en algo que sea relevante, trascendente y útil. Me prometí releerlo y parafraseo sin autorización algunos
fragmentos del ensayo:
El término trivial suele arrastrar cierto desprecio. Se usa para
etiquetar lo superficial, lo que no merece discusión. Pero Wagensberg recupera
una doble acepción que resulta reveladora: Trivial es un adjetivo que puede sustantivarse con dos acepciones que concurren:
1.
Verdad autosuficiente: es
decir, proposiciones que no necesitan verificación externa porque se sostienen
lógicamente (como “un triángulo tiene tres lados”).
2.
Verdad intrascendente:
afirmaciones que, aunque verdaderas, parecen no decir nada nuevo ni importante
(“el fuego quema”).
Los sentidos son convergentes en lo que Kant denomina *juicios analíticos*, en los que el
predicado está contenido en el sujeto. Desde esa visión son juicios con
utilidad pedagógica pero que no agregan conocimiento. Sin
embargo —y acá empieza lo interesante— esas trivialidades pueden convertirse en
motores de transformación si sabemos interrogarlas.
Porque Wagensberg postula que las trivialidades intrascendentes
proporcionan el ¨esqueleto¨, la tarea es interrogar, preguntar y rellenarlo ese
esqueleto de conceptos apropiados con
los cuales ganan significación, y hacerlos regresar luego a lo cotidiano con el ropaje ¨trivial de
verdad autosuficiente¨. Esta es una de las formas de
avance de la ciencia, la de partir de
¨trivialidades intrascendentes ¨.
Todos sabemos que el agua moja,
que el rojo tiene rojez, que lo caliente
quema, que una manzana madura cae del árbol, etc., pero si nos quedamos en esas
¨trivialidades intrascendentes¨ u otras
por el estilo, adoptamos un realismo ingenuo y se nos terminó el problema. Pero
en el pensamiento debe ser curioso y de ser posible científico, y para ambos
las ¨trivialidades´ son un desafío para crear nuevos esquemas conceptuales e ir en profundidad. Newton no se comió la
manzana.
La ciencia entre tantas cosas creativas
secuestra palabras comunes, se apodera del esqueleto de las mismas, lo llena de
conceptos, y enriquecidas las devuelve a lo cotidiano. No todos nos percatamos
que palabras como: energía, información, evolución… al volver de ese imaginario viaje a las
raíces no volvieron a ser lo mismo. Solo un ejemplo, a partir de Darwin era antes
apenas sinónimo de cambio pasó a ser una estructura compleja con selección
natural, mutaciones y adaptaciones. El ropaje es el mismo, pero el contenido se
volvió radicalmente más profundo.
Apelemos a la recomendación de Wagensberg:
Revisar
el lenguaje con el que se va a observar,
investigar, experimentar, intuir, especular, soñar, reflexionar, comunicar,
utilizar, es primer reto del científico cuando se enfrenta a la compresión del
pedazo de su realidad… Recordar, que la ciencia a medida que avanza en su
comprensión de la realidad necesita más palabras, más esquemas conceptuales,
debe renovarlos, reinventar, redefinir conceptos y el sentido de las palabras
que representan tales conceptos…
Tres trivialidades: Circular, blindada y estadística:
Circular, los juicios analíticos de I. Kant son una manera
de garantizar la verdad. Una forma especial
el sujeto está en el predicado y el predicado en el sujeto, es una
trivialidad tautológica, imposible encontrar una verdad más férrea.
Blindada, incluye todas las alternativas posibles: ¨Ser no
Ser¨, es la más célebre.
Estadística, la ¨probabilidad¨
es sideralmente mayor a la de cualquier otra alternativa, un cuerpo solido
lanzado al agua o bien flota o se hunde.
Trivialidad,
lenguaje y educación
Lo que no se pregunta, no
se piensa. En educación —sea en ciencia, filosofía o arte— solemos despreciar lo
trivial como si fuese un residuo, pero bien pensado es semilla. Enseñar lo obvio sin
pensarlo es adiestramiento; interrogar lo obvio es formar pensamiento crítico. Una
pedagogía auténtica no teme las preguntas simples. Al contrario, las toma como
punto de partida.
La doble función de todo
concepto
Como
cierre, con Wagensberg y con Cacho debemos recordar que todo esquema conceptual
se mide por dos criterios fundamentales:
1. Cómo
organiza lo ya sabido: es decir, si permite encontrar orden, patrones, estructuras comunes.
2. Cómo
permite descubrir lo aún no sabido: si da lugar a nuevos vínculos, si amplía el
horizonte.
Lo
trivial, entonces, es la prueba de fuego. Porque si algo tan simple puede
reorganizar y expandir nuestro pensamiento, entonces lo fundamental no está
lejos: está justo en la base.
Epílogo:
filosofía de café
Cacho nos
regala además de su prosa y poesías ,preguntas aparentemente simples como:
¿Por qué el tiempo pasa tan rápido? ¿Por qué avión que aterriza no es
noticia? y muchas otras que requieren un
viaje conceptual en profundidad a la
búsqueda del esqueleto según lo expuesto y mirar lo habitual como si fuera
nuevo. Quizás el pensamiento más profundo sea, simplemente, el que mira lo
trivial , se detiene y profundiza. El que sospecha de lo evidente, el que no se
come la manzana ,el que se anima a
preguntarse y preguntar.
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