sábado, junio 07, 2025

Más allá del sí y del no:


 

Más allá del sí y del no:

Entre la lógica formal y las otras formas de pensar






La mayoría de nosotros nos dimos por enterados  de una materia que se llama Lógica y Teoría del conocimiento casi al terminar la secundaria, un déficit a superar. Durante siglos, los principios de la lógica formal han sido las columnas vertebrales del pensamiento racional. Son estructuras invisibles que sostienen nuestras afirmaciones  cotidianas y nuestras teorías más abstractas. En contextos donde se requiere claridad estructural —como en las matemáticas, la informática o la lógica proposicional— estos principios operan con una precisión quirúrgica , diría mi amigo cirujano.

Los cuatro pilares del pensamiento lógico clásico:

1.      Identidad: Toda cosa es idéntica a sí misma. “A es A.” Un juicio analítico es verdadero porque el predicado está implícito en el sujeto.

2.      No contradicción: Una proposición y su negación no pueden ser verdaderas al mismo tiempo y en el mismo sentido. No puedo afirmar “A es” y “A no es” simultáneamente.

3.      Tercero excluido: No hay término medio entre una proposición y su negación. O bien “A es”, o bien “A no es”. Una de las dos debe ser verdadera.

4.      Razón suficiente: Todo lo que es, tiene una razón para ser y no ser de otra manera.

Estos principios conforman un universo  ordenado y estable. Pero ¿qué ocurre cuando intentamos aplicar esta lógica a lo cambiante, lo ambiguo, lo autorreferencial o lo contradictorio? Debo reconocer al Profesor Iturriaga Gabancho su calidad docente. En el libro que nos recomendara de Vicente Fatone que aun conservo  leí y en oportunidades me llama para que lo lea ,me encontré con el tercero excluido que para mí es la puerta a una lógica distinta con

El problema de los  dos altares:

Imaginemos una isla con dos altares: el de la Verdad y el de la Falsedad. A alguien recién llegado le hacen una pregunta si responde con verdad es sacrificado en el altar de la Verdad; si responde con falsedad en el de la Falsedad. Una lógica perfecta, sin escapatoria.

Pero un día llega Hegel. Le preguntan:
—¿Dónde quieres ser sacrificado?
Y responde:
—En el altar de la Falsedad.

¨La diferencia es una sutileza¨ : ¿Y ahora? Si lo llevan al altar de la Falsedad, estaría diciendo la verdad, por lo tanto, debería ir al de la Verdad. Pero si lo llevan al de la Verdad, entonces mintió… y debería ir al de la Falsedad. El círculo se rompe. La lógica se enreda en su propio juego, Hegel se salva revela la dialéctica como mecanismo para ir más allá de los opuestos rígidos.

Más que una anécdota, este ejemplo muestra los límites de la lógica binaria ante situaciones que involucran autorreferencia, paradoja o transformación. No se trata de una trampa, sino de un cambio de perspectiva: lo que parece una contradicción puede ser la antesala de un nuevo nivel de comprensión.

Hegel y el pensamiento en movimiento

Para Hegel, la contradicción no es un defecto del pensamiento, sino su motor interno. La realidad no es un sistema estático de verdades absolutas, sino un proceso en el que lo afirmado y lo negado se atraviesan, se tensionan y se superan. Entre el ser y el no ser, Hegel introduce una tercera figura: el devenir.  Lo que la lógica clásica considera paradoja o error, la lógica dialéctica lo considera proceso de tesis-antítesis síntesis…La contradicción deja de ser algo a evitar para convertirse en el impulso mismo que mueve al pensamiento a superarse.

Otras lógicas para el mundo de hoy

Hoy sabemos que no hay una única lógica,  existe otras como la informal , bayesiana cuánticas y,… Cada una responde a diferentes necesidades: conjeturas hipótesis ,incertidumbre, contradicción, ambigüedad, cambio. La mente que sabe razonar no es la que se aferra a una sola forma, sino la que sabe cuándo y cómo usar cada lógica, como quien cambia de herramienta según el terreno. No se trata de abandonar la lógica formal —ni de “superarla”—, sino de integrarla en un sistema más amplio y flexible que es nuestro kit de sobrevida cognitivo.

Pensar es aprender aprender como cambiar  

Entre el sí y el no, entre el ser y el no ser, existe un espacio que la lógica clásica no puede habitar pero que la vida reclama. En ese umbral nace el pensamiento que no solo clasifica, sino que atraviesa, escucha, transforma. Pensar, en este siglo, ya no es solo aplicar reglas formales, sino saber cuándo detenerse ante una contradicción, cuándo habitarla y cuándo dejarse transformar por ella. Como diría Hegel, la contradicción no es el final del pensamiento, sino su principio.

 

 

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