¿Sabiduría de las multitudes, simposio o beber
juntos?
Cuando se pide
opiniones expertas, se debe pensar en la * independencia del error*, ya que el intercambio de información reduce el
valor de las observaciones o de las opiniones. Un ejemplo paradigmático fue el
fracaso de la sugerencia de los expertos a J. Kennedy para que invadiera Cuba.
En la tormenta de ideas clásica las opiniones de asesores son compartidas. Se
aprendió que lo mejor es fragmentar los grupos, una forma hibrida de tormenta
de ideas, donde cada grupo aporta privadamente lo suyo y luego informa al
equipo. El delirio¨ de las multitudes se produce cuando ciertos puntos
de vista se esparcen y contagian las
opiniones individuales, se forman las creencias y la multitud pierde lo que la
hacía valiosa, la diversidad, y se potencian así errores por exceso y por
defecto. El ¨principio del delirio¨; es el contagio, incluye, caza de brujas,
cruzadas, guerras, política… Las multitudes convergen fácilmente al delirio.
La
línea que separa la sabiduría colectiva de la locura son las buenas
conversaciones, M.
Montaigne dice que la buena conversación es la mejor forma de
desarrollar la libertad de pensamiento, los grupos deben ser pequeños, en la multitud no se conversa, se dispara
fuego verbal. La filosofía se hace según Platón en el ¨Banquete¨, el
*simposio*, es el contexto ideal para conversar. Las conversaciones en
pequeño número conservan el proceso de revisión y corrección de errores que se
resuelve con el intercambio, y además los pequeños números dan un grado de
independencia estadística impidiendo se forme un bloque monolítico de pensamiento.
Esta es la frontera entre la sabiduría y la locura de masas.
Algunos conceptos de
Montaigne del arte de conversar; no ofenderse con el
que piensa distinto, no hablar para convencer sino para disfrutar, dudar de uno
mismo, usar la conversación para juzgar las ideas propias, no confundir lo
bello con lo cierto, revisar los argumentos, distinguir ejemplos de generalizaciones,
reflexionar lo que aprendimos de los otros, conservar un pensamiento crítico…
El primero en hablar de sabiduría colectiva fue Francis
Galton. La historia que nos relata tuvo lugar 1906 en Inglaterra y su actor
principal fue un buey, los actores de reparto fueron ochocientas personas de
distintos niveles de educación, que hicieron cola para apostar previo pago de
un boleto, cuál era el peso del actor principal una vez sacrificado. El
premio era importante. Algunos
subestimaron, otros sobreestimaron el peso. Pero F. Galton que no era
apostador, utilizo estos datos y los ordeno en una campana de Gauss, calculo la
media y con esto obtuvo un valor que fue una libra menos que el peso real del
buey protagonista. El trabajo fue publicado en Nature, una revista prestigiosa. .
Aparecieron luego
muchos ejemplos con apariencias de entretenimiento inocente, como cuantos
caramelos hay en un frasco ofertas que genios que nos hacen llegar con
disfraces simples. Este problema es de cuantificación, la información es la
media, y el método estadístico es probabilidad frecuencial con ciertos
requisitos a cumplir. Pasarían
décadas para que la informática nos
permitiera a través del aporte de multitudes, hacernos participe de la sabiduría colectiva
Sus principios básicos: 1.-Importancia de la independencia del error 2.-El valor de la diversidad real 3.-El
volumen de la muestra, 4.- Las circunstancias adecuadas y 5.- Descentralización
y un método que las unifique. Respetar estos principios es imprescindible para
lograr el saber colectivo. Así, se nos hace más claro porque juntos,
independiente de los niveles intelectuales podemos llegar a saber más. Galton
es el creador y promotor de la eugenesia, esto lo dejo a criterio K.J.
Adenda
Sympinein (συμπίνειν): "syn" (junto con) y "pinein"
(beber), "beber juntos" o "beber
en compañía”. "El Banquete" de Platón, se aplica a la reunión social
donde los personajes se reúnen para cenar y discutir filosofía y abrir el
pensamiento … Los griegos cuando no, sabían la importancia de los pequeños
grupos y como decía
Montaigne la conversación en pequeños grupos ,no como campo de batalla,
sino donde las ideas crecen ,donde se ejerce
libertad de pensamiento, es donde radica la verdadera frontera entre
sabiduría y el delirio; el tamaño del grupo, el espíritu de la charla, el ánimo
de duda. (Con un
poco de vino, claro. Siempre ayuda).
No hay comentarios:
Publicar un comentario