Mi experiencia personal como
entrada a la representación: Desde pequeño me impresionaron los espejos. tendría
4 años y me pare en una vidriera a mirar la etiqueta de un limpiador llamado Relusol:
en ella un gato aparecía reflejado en una sartén reluciente. Aquella imagen me
enseñaba, sin saberlo, que los reflejos no son meras copias: tienen un poder
inquietante. Lo comprendí más tarde, leyendo sobre las llamadas “neuronas
espejo”, descubiertas por G. Rizzolatti, que muestran cómo la imitación y la
empatía están literalmente cableadas en nuestro cerebro. Por supuesto cuando
chico miraba juguetes a veces inalcanzables y, no solo puloil.
Cuando visitamos el
Prado yo había leído acerca de Velázquez,
con sus Meninas, quien ya había intuido este juego especular sin saber
nada de neuronas espejos: No solo miramos su pintura también somos mirados. Pero antes
de seguir una anécdota. Había un grupo con una señora creíamos que era una guía
y hacia preguntas al grupo, nos sentimos integrados y ,ante una pregunta Blanca
le contesto, la señora le dijo por favor deje que contesten los alumnos . Con
las disculpas de rigor seguimos mirando en silencio. Foucault analiza con
maestría Las Meninas en su libro Las
palabras y las cosas.
Foucault estudia cómo cada
época organiza el saber a partir de lo que él llama epistemes:
configuraciones históricas que determinan qué es pensable, visible y decible. En
la época clásica (siglos XVII–XVIII), según él, la representación es el
modo fundamental de conocimiento: conocer es representar, es decir, poner
delante lo real como en un espejo.
Las Meninas le sirve a Foucault como ejemplo privilegiado porque ahí la
representación se dobla sobre sí misma. El cuadro no solo representa a
la infanta, a las damas y al pintor: representa el acto mismo de representar
Velázquez pintando, el espejo con los reyes, el lugar del espectador…
Cuando Foucault habla de epistemología
de la representación, se refiere al modo histórico en que la
representación funcionó como fundamento del saber en la modernidad temprana. Velázquez,
con su cuadro, no solo pinta: hace visible el propio dispositivo de
representar. Por eso Las Meninas no es solo arte, sino un documento de
una época donde conocer, pintar y decir eran variaciones de un mismo gesto:
reflejar el mundo como imagen.
Qué implica “epistemología de la representación” No se refiere a un tratado formal, sino a la condición de posibilidad
del saber clásico: El mundo puede
ser captado como imagen. La relación sujeto–objeto se organiza como espejo y
reflejo. El lenguaje y el arte se alinean en este mismo régimen: describir,
ordenar, mostrar.
Difícilmente Velázquez
pensara en términos de “epistemología de la representación” como lo hace
Foucault siglos después. Su conciencia era más artística No podía prever
que en su gesto se anticipaba un problema mayor, el de la auto reflexividad
de los sistemas de signos, que siglos después resonaría en Foucault, en el
arte contemporáneo y hasta en la ciencia cognitiva.
A.Einstein decía que sus
procesos de pensamiento eran fundamentalmente visuales e intuitivos, no
verbales. Hablaba de “imágenes” y
“sensaciones musculares” internas, más que de palabras. Para él, el lenguaje
era un medio secundario: primero estaba la configuración imaginaria,
luego la traducción a fórmulas o frases.
S. Hawking decía: Las ecuaciones son necesarias para hacer cálculos,
pero son la parte mas aburrida de las matemáticas ,porque la mayoría de las
ideas interesantes, se presentan en imágenes o palabras.
Hace años un querido amigo
Miguel A. Dellamea me regalo un libro
¨Jugando con las imágenes ¨de F. Dagostini realmente en sintonía con lo que
mencione previamente.
Es imperativo mencionar el
aporte de J.J.Pozo que en su libro ¨Humana
Mente El mundo la conciencia y la carne¨ nos ofrece Tres monedas cognitivas : información
que debe entenderse en términos matemáticos ,como el número de opciones generadas a partir de una serie de variables
binarias sin contenido , representación y redescripcion cómo imagen matriz
, la central que organiza internamente y nos permite la tercera moneda; el conocimiento , el saber operar, el que aplicar en cada acción cualquiera sea su tipo. En otras
palabras: la imagen como matriz del pensar atraviesa la pintura barroca,
la epistemología moderna y la creatividad científica.
Epílogo
En Las Meninas Velázquez encarna en el arte. Foucault hace una
epistemología de la representación como condición histórica del saber. Einstein
y Hawking testimonian que, en la práctica científica ,incluso la ciencia más
abstracta nace de imágenes mentales antes de ser lenguaje o ecuación. Pozo: nos da el marco cognitivo actual: lo que importa no
es la memoria bruta, sino la capacidad de representar e integrar, es decir, de
organizar imágenes internas que se transforman en conocimiento. Y yo, al recordar aquel gato reflejado en una
sartén de Relusol, descubro que tal vez todo empezó ahí: una imagen trivial
que, sin saberlo, me enseñó a pensar en imágenes.
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