domingo, septiembre 07, 2025

¿Un líder nace o se hace?

 

 

 

¿Un líder nace o se hace?

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Cacho me envió un correo con una pregunta que parece sencilla, pero que abre un horizonte inmenso: ¿Un líder nace o se hace? Su mensaje incluía comentarios sobre rasgos de personalidad asociados al liderazgo —carisma, empatía, visión, capacidad de comunicación—. Al leerlo, me descubrí atrapado en una red de interrogantes donde el aprendizaje, inteligencia  y el liderazgo aparecían como núcleos centrales. Decidí entonces continuar esa búsqueda, hasta donde pudiera.

Maestro, líder, entrenador, mentor: En nuestra vida cotidiana usamos términos como maestro, líder, entrenador, tutor o mentor. Aunque las diferencias son reales, muchas veces son más de grado que de esencia. Todas estas figuras ofrecen, desde distintos ángulos, una visión particular de los problemas y de sus posibles soluciones, brindando herramientas a quienes acompañan. Más allá del nombre, la clave reside en generar la máxima sintonía humana que habilite cambios de estado y de comportamientos en quienes son guiados.

 “Un jefe hace las cosas correctamente; un líder hace lo correcto”

Warren Bennis:

Tipologías de liderazgo:

El liderazgo rara vez se presenta en formas “puras”. Existen distintos modelos, pero conviene recordar dos categorías propuestas por Bernard Bass (1985) y James MacGregor Burns (1978):

  • Liderazgo transaccional: Aclara responsabilidades, expectativas y tareas. Su aporte es necesario, pero limitado: se parece más a un supervisor que a un motor de cambio.
  • Liderazgo transformacional: Va más allá de la tarea inmediata. Inspira, motiva, estimula intelectualmente, y desafía métodos tradicionales. Promueve el crecimiento de las personas y construye una visión compartida.

Bass lo sintetizó en cuatro componentes:

1.      Influencia idealizada: respeto y confianza que movilizan esfuerzos extraordinarios.

2.      Consideración individualizada: atención personal, delegación, entrenamiento y retroalimentación.

3.      Estimulación intelectual: cuestionamiento creativo de lo establecido.

4.      Inspiración: visión optimista del futuro, comunicada con claridad y seguridad.

¿Se nace líder? : Hay personas que parecen tener, desde siempre, la capacidad de atraer seguidores y motivarlos casi sin explicación racional. Se trata de líderes “naturales”, con alta autoestima, habilidades comunicacionales (a veces más gestuales que verbales) y una confianza notable en sí mismos. Lo esencial es que logran provocar cambios en los demás, aun cuando sus contenidos no siempre sean profundos.

Este poder de influencia conecta con lo que algunos neurocientíficos, describen como la importancia del pensamiento social y la inteligencia interpersonal: la capacidad de inferir lo que otros sienten o desean, y de diseñar estrategias para influir en ellos.

Sin embargo, conviene recordar que liderazgo no equivale a bondad. La historia nos ofrece ejemplos tanto luminosos como siniestros. Basta recordar a Jim Jones, el carismático del Templo del Pueblo, que en 1978 condujo a un suicidio colectivo en Jonestown. Un ejemplo extremo de cómo el magnetismo sin ética puede convertirse en tragedia. Creo que ese tipo de personas deberían ser llamados ¨Malignos¨.

¿O se hace líder ? Otros líderes se forman a través de la experiencia. Cualidades iniciales —inteligencia, creatividad, iniciativa, visión sistémica, madurez emocional— pueden no bastar por sí solas, pero se consolidan con práctica, aprendizaje y compromiso ético.

John Maxwell subraya atributos como hacer que las cosas sucedan, ver oportunidades, compartir lo que saben e influir positivamente. Goffe y Jones, por su parte, remarcan la importancia del contexto: liderar exige sensibilidad para interpretar el entorno y autenticidad para actuar en él.

Charles de Gaulle resumía con crudeza: “El precio de ser líder es muy alto: autodisciplina constante, riesgos permanentes y una lucha interna incesante”.

Peter Senge, a quien tuvimos la oportunidad de escucharlo con mi amigo Piri Ginocchi y leer su libro ¨La quinta disciplina¨, fue más allá dice : el liderazgo auténtico surge de nuestro estado interior. Actuar desde la conciencia, los valores y los compromisos más profundos nos permite dejar de repetir patrones y abrir futuros emergentes. Como decía W. O’Brien: “El principal determinante del éxito de una intervención es el estado interior del interviniente”.

Nando Parrado estuvo también en esa conferencia y deja un ejemplo conmovedor de liderazgo forjado en la adversidad , sobreviviente de la tragedia de los Andes. Sin proponérselo, asumió a los 20 años la responsabilidad de salvar a su grupo. En condiciones extremas, priorizó la confianza, la amistad y la familia. Cuando le preguntaron por el coraje que demostró, respondió que lo que siempre sintió fue miedo, y que precisamente ese miedo lo ayudó a sobrevivir. Su testimonio nos recuerda que liderar no es ausencia de temor, sino decidir y actuar pese al miedo, comprometiendo al grupo entero en una visión de supervivencia compartida.

 

El liderazgo y la inteligencia

Para Howard Gardner los líderes tienen una inteligencia intra e interpersonal muy desarrollada, son buenos relatores y esto es lo que les permite cambiar mentalidades haciendo que los demás entre en resonancia con sus propuestas.

Por supuesto que los relatos siempre se encuentran con algún relato anterior, razón por lo que los nuevos relatos deberán ser muy poderosos para poder modificar el paisaje mental de los demás. Desde esta posición, las mentes no son un lugar de paz y tranquilidad sino casi siempre son  un verdadero campo de batalla entre nuestros presupuestos y los nuevos supuestos que se ponen a nuestra disposición.

Todo bien pero cómo hacer para poder apropiarnos de los cambios que nos proponen y que son parte de la tarea específica de todo líder que se precie de tal. En este sentido me parece oportuno citar la propuesta de flexibilización mental que nos propone H. Gardner y que se sintetizan en las siguientes palancas para el cambio de mentalidad cuyo punto de apoyo variara de acuerdo con el ámbito donde se las utilice: a) la razón, a) la investigación c) la resonancia, c) re-descripciones representacionales d) recursos y recompensas, e) los sucesos del mundo real, f) las resistencias.

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Los ámbitos donde se producen los cambios  pueden ser: a) una población heterogénea, ej.: líderes políticos b) un grupo homogéneo, ej.: lideres de un grupo de trabajo c) las obras científicas o artísticas d) cambios en los contextos de enseñanza formal e) formas intimas de cambio, en ambientes muy reducidos f) la propia mente la cual es la que más se resiste.

La tarea es encontrar la palanca apropiada para el ámbito apropiado, tengamos presente que realmente no somos resistentes a los cambios sino a cambiar nuestro mapa mental, y  que los líderes son en síntesis quienes contribuyen al cierre de la brecha entre lo que hacemos y podemos llegar a hacer. Recordar una vez más, que necesario no es igual a suficiente, y acordemos con mi nieto Evaristo cuando dice; abuelo, siempre hay algo más.

Diez lecciones breves

La historiadora Doris Kearns Goodwin sintetizó en diez lecciones el aprendizaje del liderazgo:

1.      El sentido de la oportunidad lo es casi todo.

2.      Todo es posible si compartes la gloria.

3.      La confianza perdida rara vez se recupera.

4.      Liderar es establecer conexiones.

5.      Se aprende de los errores.

6.      La confianza —en uno mismo y en otros— es crucial.

7.      La lealtad con los asociados es indispensable.

8.      La renovación surge de diversas fuentes.

9.      Los líderes descubren talentos.

10.    El lenguaje es la herramienta esencial: comunicar es liderar. La esencia del liderazgo es la comunicación y debemos empezar por inocular disciplina en el territorio donde pasamos más tiempo ,es decir en el terreno de las palabras.

 

CONCLUSION

Entonces, ¿Al final los líderes nacen o se hacen? Quizás la respuesta más honesta sea: ambas cosas. Algunos poseen un carisma natural, otros se forjan en la experiencia. Pero en todos los casos, el verdadero liderazgo exige ética, visión compartida, inteligencia intra e interpersonal y un estado interior capaz de sostener decisiones difíciles. El liderazgo es, en última instancia, menos un título que un proceso: la capacidad de convocar a otros a un proyecto común y de mantener viva la energía que impulsa a cruzar juntos la incertidumbre.

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