sábado, noviembre 29, 2025

 

SEMIOSIS, CONCIENCIA Y MÁQUINAS:

de Gödel a la Habitación China y el Cuarto de María



Cursando Semiología , muchos descubrimos algo decisivo: que antes que protocolos, algoritmos diagnósticos o manuales, existe una forma distinta de ver. No es casual que Hipócrates fuera recordado tanto por su medicina como por su capacidad de interpretar signos.

Semiología no era solo una asignatura: era la puerta de entrada a un tipo de inteligencia, perceptiva, fenomenológica. Me sentía detective porque diagnosticar implicaba descifrar un mundo de signos que jamás se presentaba en forma de datos puros.

Creía que semiología era una materia propia de la medicina , al profundizar en su intimidad me llamo la atención de que esta materia no fuera nuclear en otras carreras especialmente en Derecho y otras tantas donde la interpretación profunda de signos –lenguaje, gestos, intenciones, contextos, silencios– debería ocupar un lugar central.

Mucho tiempo después logre saber el porqué de esta ausencia , nos revela algo esencial: Hay saberes que operan bajo un paradigma sintáctico, como si todo  fuera una colección ordenada de reglas explícitas. Y hay otros que solo pueden existir si incorporan semántica, pragmática y sensibilidad. La vida misma y la medicina  pertenecen al segundo grupo.

…y en ese contraste –entre sintaxis y sentido– se realiza  el gran debate contemporáneo sobre la conciencia, la inteligencia artificial y la posibilidad real de una “IA fuerte”.

¨ Nunca ha estado en mi poder estudiar nada –matemática, metafísica, gravitación, termodinámica, óptica, química, anatomía comparada, astronomía, psicología, fonética, economía, historia de la ciencia, hombres y mujeres, vinos, meteorología, astrología-que no fuera considerado como un estudio semiótico.¨

Esto que pertenece a C.S. Peirce cuando lo leí por primera vez me pareció que su  ¨todo es signo¨ era una exageración , según su visión no existe experiencia sin signos. Ver, tocar, recordar, inferir: todo es un proceso triádico en el que algo (representamen) remite a un objeto mediante un interpretante. No hay pensamiento sin semiosis, no hay conocimiento que no esté encarnado en un acto interpretativo. No hay dato que no sea significado por alguien.

C. Morris en base a las relaciones triádicas que conforman el proceso semiótico , propone dividirlo en; semántica es decir la relación de los signos con la cosas utilizando reglas de designación y de verdad , la sintáctica es decir la relación de los signos con otros signos, con sus reglas de formación y transformación y la pragmática la cual implica la relación de los signos con la acción del que los interpreta y los usan.

La semántica presupone la sintaxis porque si las oraciones no están bien estructuradas nos dan otros significados y la pragmática presupone la semántica ya que solo podemos interpretar los signos si sabemos su significado

Todos los signos tienen necesariamente designado, es decir contenido y designar es precisamente expresar ese contenido y no necesariamente a su referente, pero el designar no es un proceso neutro, invariablemente le agregamos nuestras con-notaciones.

 


Creo que como estudiantes de medicina la semiología más que una materia .lo que se nos ofreció fue una forma privilegiada de acceso al modo mismo en que funciona la mente humana. Aun así, para no pocos era una materia a ¨pasar¨. El médico observa, infiere, anticipa, corrige y reinterpreta en un bucle continuo de signos donde la comprensión es, literalmente, un proceso semiótico vivido.

Hay semiólogos muy destacados que merecen mucho espacio. Me limitare a  lo dicho ,porque  necesita una aclaración acorde con su  importancia y frecuencia me refiero a la ilusión sintáctica , gran parte de la educación y el pensamiento moderno  tratan la realidad como una colección de reglas explícitas y ordenadas. Esto crea el espejismo de que copiar reglas equivale a entender.

Cuando decimos que “comprender es integrar cualidades sensibles que ningún protocolo puede convertir en semántica”, porque copiar reglas no equivale a entender, procesar información no equivale a interpretar sentido y calcular no equivale a tener experiencia. Los protocolos son necesarios pero insuficientes: estandarizan, ordenan, minimizan errores, pero no ven. La diferencia fundamental esta entre sentido y sintaxis.

Me pareció que  los Denken Experiment son  formas muy clara de entender diferencias muy importantes. Tomo en primer lugar   la Habitación China y luego el Cuarto de María

La habitación China que imagino John Searle para mostrar que un sistema puede manipular símbolos sin entenderlos. La habitación produce respuestas correctas en chino sin saber chino. Es competente, no consciente.
Opera reglas, no significados. Esto es exactamente lo que sucede con protocolos puramente sintácticos –en Medicina o en cualquier disciplina– cuando se los toma como sustituto de la comprensión.

Un estudiante que aprende normas sin comprender el tejido simbólico es, en cierto modo, un operador de una Habitación China. La enseñanza universitaria moderna está llena de ¨habitaciones chinas¨ silenciosas.

El Cuarto de María  creada por Frank Jackson describe a María, la neurocientífica que sabe todo sobre el color, pero nunca lo ha visto, su cuarto era en blanco y negro. Cuando por fin sale y ve el rojo, aprende algo nuevo que no estaba en la descripción científica. Ese “algo” no es un dato: es un qualia, una vivencia, la rojes del rojo es irreductible a la descripción científica No es información: es experiencia directa.

La semiología clínica vive exactamente de eso: del tono de voz del olor característico de una cetosis de la asimetría apenas perceptible de un rostro del ritmo emocional con el que un paciente narra su dolor María, encerrada en el cuarto, podría memorizar manuales enteros de Semiología, pero no sabría diagnosticar hasta tocar un pulso, oler un aliento, escuchar un silencio.  La experiencia sensible es irreducible a sintaxis.

Roger Penrose utiliza el teorema de Gödel para argumentar que el pensamiento humano no puede reducirse a un sistema formal completamente computable. Siempre podemos ver la verdad de proposiciones que ningún algoritmo puede demostrar desde dentro del propio sistema. Si la mente fuera una máquina sintáctica, estaría encerrada en sus propias reglas.

Pero comprender implica ver más allá: captar significados, reconocer patrones no codificados, intuir hipótesis, saltar fuera del sistema. Eso es exactamente lo que hace el médico ante un caso ambiguo: ve lo que el protocolo no previó. capta la excepción. infiere más allá de lo explícito. La semiosis es siempre interpretación creativa– rompe el cerco de la sintaxis.

Buena parte del sistema educativo moderno sigue atrapado en el paradigma sintáctico: reglas, procedimientos, normativas, algoritmos, protocolos…Pero la realidad social es semiótica. Los conflictos humanos son tejidos vivos de palabras, gestos, emociones, intenciones, contextos.


Un juez, un abogado, un mediador, un docente, un psicólogo, un programador, un funcionario público… todos trabajan sobre signos, no sobre datos. todo pensamiento es interpretación. Y sin semiología, no se enseña a interpretar. Por eso, sorprendentemente, Medicina es una de las pocas carreras donde la interpretación es curricularmente explícita. En la mayoría de las disciplinas, permanece implícita, subestimada o negada.

 

 IA fuerte: por qué aprender sintaxis no genera comprensión

Una IA que calcula, predice o clasifica no es, por eso, consciente. Puede ser una Habitación China perfeccionada, una María hiperenciclopédica o una máquina formal sin brechas gödelianas. Pero mientras solo manipule señales sin vivencia corporal, sin sentido pragmático y sin semiosis encarnada, seguirá siendo competente, pero no consciente predictiva, pero no interpretante eficiente, pero no comprensiva. La comprensión requiere signos vividos, no códigos procesados. Requiere un cuerpo, un mundo, una historia. Requiere semiosis.

Adenda

La de Padilla y Cossío fue una de las primeras colecciones organizadas de semiología médica en Argentina y quizá en el mundo hispano, y que ejerció una enorme influencia sobre la enseñanza médica.  Luego apacieron otras muy importantes como la de Esper y Mazzei. Cuando estudiaba medicina tuve la suerte de ser alumno  del profesor E. Mazzei , cuándo fui residente del italiano nos daba catedra el Profesor P. Cossio y compartíamos muchas clases con su hijo , al Profesor Esper tuve la oportunidad de invitarlo a que nos diera clases en Corrientes durante el Decanato de Emilio Bluvstein un gran profesional excelente persona y el Decano que posibilito la apertura a la comunidad de la Facultad de Medicina



Conclusión:

El regreso de la interpretación

El núcleo de propuesto puede resumirse así: Comprender es un acto semiótico que ninguna sintaxis puede replicar. Semiología no debería ser exclusiva de Medicina porque la vida misma es una práctica de interpretación. La Habitación China nos recuerda que operar símbolos no es entender. El Cuarto de María nos muestra que la experiencia cualitativa es insustituible.

Peirce nos enseña que todo es signo y que pensar es interpretar. Penrose y Gödel sugieren que la mente trasciende los sistemas puramente formales. La comprensión humana es una ciencia y un arte de los signos. Por eso, si alguna disciplina merece volver al centro de la educación universal, esa es la semiología: la llave que abre la puerta entre lo sensible, lo inteligible y lo humano.

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