SEMIOSIS, CONCIENCIA Y MÁQUINAS:
de Gödel a la Habitación China y
el Cuarto de María
Cursando Semiología , muchos
descubrimos algo decisivo: que antes que protocolos, algoritmos diagnósticos o
manuales, existe una forma distinta de ver. No es casual que Hipócrates
fuera recordado tanto por su medicina como por su capacidad de interpretar
signos.
Semiología no era solo una
asignatura: era la puerta de entrada a un tipo de inteligencia, perceptiva,
fenomenológica. Me sentía detective porque diagnosticar implicaba descifrar
un mundo de signos que jamás se presentaba en forma de datos puros.
Creía que semiología era una
materia propia de la medicina , al profundizar en su intimidad me llamo la
atención de que esta materia no fuera nuclear en otras carreras especialmente
en Derecho y otras tantas donde la interpretación profunda de signos –lenguaje,
gestos, intenciones, contextos, silencios– debería ocupar un lugar central.
Mucho tiempo después logre
saber el porqué de esta ausencia , nos revela algo esencial: Hay saberes que
operan bajo un paradigma sintáctico, como si todo fuera una colección ordenada de reglas
explícitas. Y hay otros que solo pueden existir si incorporan
semántica, pragmática y sensibilidad. La vida misma y la medicina pertenecen al segundo grupo.
…y en ese contraste –entre
sintaxis y sentido– se realiza el gran
debate contemporáneo sobre la conciencia, la inteligencia artificial y la
posibilidad real de una “IA fuerte”.
¨ Nunca ha estado
en mi poder estudiar nada –matemática, metafísica, gravitación, termodinámica, óptica, química, anatomía comparada,
astronomía, psicología, fonética,
economía, historia de la ciencia,
hombres y mujeres,
vinos, meteorología, astrología-que no fuera considerado como un estudio semiótico.¨
Esto que pertenece a C.S. Peirce cuando lo leí por primera vez me
pareció que su ¨todo es signo¨ era una
exageración , según su visión no existe experiencia sin signos. Ver,
tocar, recordar, inferir: todo es un proceso triádico en el que algo
(representamen) remite a un objeto mediante un interpretante. No hay
pensamiento sin semiosis, no hay conocimiento que no esté encarnado en un acto
interpretativo. No hay dato que no sea significado por alguien.
C. Morris
en base a las relaciones triádicas que conforman el proceso semiótico , propone dividirlo en; semántica es decir la relación de los signos con la cosas utilizando reglas de designación y de verdad
, la sintáctica es decir la relación
de los signos con otros signos,
con sus reglas de formación y transformación y la pragmática la cual implica
la relación de los signos con la acción del que
los interpreta y los usan.
La semántica presupone la sintaxis porque si las oraciones
no están bien estructuradas nos dan otros significados y la pragmática presupone la semántica ya que solo podemos interpretar los signos si sabemos su significado
Todos los signos tienen necesariamente designado, es decir contenido y designar es precisamente
expresar ese contenido y no necesariamente a su referente, pero el designar no es un proceso neutro,
invariablemente le agregamos nuestras con-notaciones.
Creo que como estudiantes de
medicina la semiología más que una materia .lo que se nos ofreció fue una forma
privilegiada de acceso al modo mismo en que funciona la mente humana. Aun así,
para no pocos era una materia a ¨pasar¨. El médico observa, infiere, anticipa,
corrige y reinterpreta en un bucle continuo de signos donde la comprensión es,
literalmente, un proceso semiótico vivido.
Hay semiólogos muy
destacados que merecen mucho espacio. Me limitare a lo dicho ,porque necesita una aclaración acorde con su importancia y frecuencia me refiero a la ilusión
sintáctica , gran parte de la educación y el pensamiento moderno tratan la realidad como una colección de
reglas explícitas y ordenadas. Esto crea el espejismo de que copiar reglas
equivale a entender.
Cuando decimos que “comprender es integrar cualidades sensibles que
ningún protocolo puede convertir en semántica”, porque copiar reglas no
equivale a entender, procesar información no equivale a interpretar sentido y calcular
no equivale a tener experiencia. Los protocolos son necesarios pero
insuficientes: estandarizan, ordenan, minimizan errores, pero no ven. La
diferencia fundamental esta entre sentido y sintaxis.
Me pareció que los Denken Experiment
son formas muy clara de entender
diferencias muy importantes. Tomo en primer lugar la Habitación China y luego el Cuarto de
María
La
habitación China que imagino John Searle para
mostrar que un sistema puede manipular símbolos sin entenderlos. La habitación
produce respuestas correctas en chino sin saber chino. Es competente, no
consciente.
Opera reglas, no significados. Esto es exactamente lo que sucede con protocolos
puramente sintácticos –en Medicina o en cualquier disciplina– cuando se los
toma como sustituto de la comprensión.
Un estudiante que aprende
normas sin comprender el tejido simbólico es, en cierto modo, un operador de una
Habitación China. La enseñanza universitaria moderna está llena de ¨habitaciones
chinas¨ silenciosas.
El Cuarto de María creada por Frank Jackson describe a María, la neurocientífica que sabe
todo sobre el color, pero nunca lo ha visto, su cuarto era en blanco y negro.
Cuando por fin sale y ve el rojo, aprende algo nuevo que no estaba en la
descripción científica. Ese “algo” no es un dato: es un qualia,
una vivencia, la rojes del rojo es irreductible
a la descripción científica No es
información: es experiencia directa.
La semiología clínica vive
exactamente de eso: del tono de voz del olor característico de una cetosis de
la asimetría apenas perceptible de un rostro del ritmo emocional con el que un
paciente narra su dolor María, encerrada en el cuarto, podría memorizar
manuales enteros de Semiología, pero no sabría diagnosticar hasta tocar un
pulso, oler un aliento, escuchar un silencio.
La experiencia sensible es irreducible a sintaxis.
Roger Penrose utiliza el
teorema de Gödel para argumentar que el pensamiento humano no puede reducirse a
un sistema formal completamente computable. Siempre podemos ver la verdad de
proposiciones que ningún algoritmo puede demostrar desde dentro del propio
sistema. Si la mente fuera una máquina sintáctica, estaría encerrada en sus
propias reglas.
Pero comprender implica ver
más allá: captar significados, reconocer patrones no codificados, intuir
hipótesis, saltar fuera del sistema. Eso es exactamente lo que hace el médico
ante un caso ambiguo: ve lo que el protocolo no previó. capta la excepción. infiere
más allá de lo explícito. La semiosis es siempre interpretación creativa– rompe
el cerco de la sintaxis.
Buena parte del sistema
educativo moderno sigue atrapado en el paradigma sintáctico: reglas, procedimientos,
normativas, algoritmos, protocolos…Pero la realidad social es semiótica. Los
conflictos humanos son tejidos vivos de palabras, gestos, emociones,
intenciones, contextos.
Un juez, un abogado, un mediador, un docente, un psicólogo, un programador, un
funcionario público… todos trabajan sobre signos, no sobre datos. todo
pensamiento es interpretación. Y sin semiología, no se enseña a interpretar.
Por eso, sorprendentemente, Medicina es una de las pocas carreras donde la
interpretación es curricularmente explícita. En la mayoría de las disciplinas,
permanece implícita, subestimada o negada.
IA fuerte: por qué aprender sintaxis no genera
comprensión
Una IA que calcula, predice
o clasifica no es, por eso, consciente. Puede ser una Habitación China
perfeccionada, una María hiperenciclopédica o una máquina formal sin brechas
gödelianas. Pero mientras solo manipule señales sin vivencia corporal, sin
sentido pragmático y sin semiosis encarnada, seguirá siendo competente, pero no
consciente predictiva, pero no interpretante eficiente, pero no comprensiva. La
comprensión requiere signos vividos, no códigos procesados. Requiere un cuerpo,
un mundo, una historia. Requiere semiosis.
Adenda
La de Padilla y Cossío fue una de las primeras colecciones organizadas
de semiología médica en Argentina y quizá en el mundo hispano, y que ejerció
una enorme influencia sobre la enseñanza médica. Luego apacieron otras muy importantes como la
de Esper y Mazzei. Cuando estudiaba medicina tuve la suerte de ser alumno del profesor E. Mazzei , cuándo fui residente
del italiano nos daba catedra el Profesor P. Cossio y compartíamos muchas
clases con su hijo , al Profesor Esper tuve la oportunidad de invitarlo a que
nos diera clases en Corrientes durante el Decanato de Emilio Bluvstein un gran
profesional excelente persona y el Decano que posibilito la apertura a la
comunidad de la Facultad de Medicina
Conclusión:
El regreso de la interpretación
El núcleo de propuesto puede
resumirse así: Comprender es un acto semiótico que ninguna sintaxis puede
replicar. Semiología no debería ser exclusiva de Medicina porque la vida
misma es una práctica de interpretación. La Habitación China nos
recuerda que operar símbolos no es entender. El Cuarto de María nos
muestra que la experiencia cualitativa es insustituible.
Peirce nos enseña que todo
es signo y que pensar es interpretar. Penrose y Gödel sugieren que la mente
trasciende los sistemas puramente formales. La comprensión humana es una
ciencia y un arte de los signos. Por eso, si alguna disciplina merece volver al
centro de la educación universal, esa es la semiología: la llave que abre la
puerta entre lo sensible, lo inteligible y lo humano.
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