sábado, noviembre 01, 2025

 

ERROR Y EQUIVOCACION

Imagen que contiene exterior, transporte, vehículo militar, firmar

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

 

El domingo de café 04 12 16,  Miguel nos preguntó: ¿El error es lo mismo que la equivocación? , le  dije que para mí había algunas diferencias, pero como no sabía concretamente en que consistían, asumí el compromiso de  buscarlas. En 5to año, en filosofía nos habían planteado interrogantes acerca de la verdad, el error, la ignorancia y sus diferencias, pero no recuerdo específicamente que se tratara algo acerca de las equivocaciones. Parecían asuntos menores, tropiezos pasajeros. Sin embargo, con los años uno descubre que en esas pequeñas desviaciones se esconden claves profundas sobre cómo aprendemos y pensamos

Encontré algo que me gusto,  las equivocaciones pueden deberse a muchos factores como ansiedad, apuro, falta de atención etc., pero no a una deficiencia en el contenido de verdad y es por lo tanto subsanable  mejorando nuestra aplicación.  La equivocación pertenece al terreno de la acción; el error, al del pensamiento.

En el error hay una grieta en la estructura de la idea. No basta con repetir el procedimiento con más cuidado: hay que revisar el mapa, es decir, el marco conceptual desde el cual pensamos.

Imaginemos que viajamos a una ciudad desconocida con un mapa en la mano . Si doblamos por la calle equivocada porque nos distrajimos o malinterpretamos un cartel, eso es una equivocación. El mapa está bien; falló la atención. Basta con retroceder y volver a mirar. Pero si el mapa mismo está mal trazado —si las calles que marca no existen, o el norte está invertido— entonces no importa cuán atentos estemos: seguiremos perdidos. Eso ya no es una equivocación, sino un error de conocimiento.

La metáfora del mapa resume bien nuestras vidas cognitivas. Las equivocaciones son desvíos momentáneos del camino, ajustes de marcha, recordatorios de que la atención también forma parte del conocimiento. Los errores, en cambio, nos obligan a rehacer el mapa completo: a repensar nuestras creencias, nuestros supuestos, nuestro modo de representar el mundo.

Ambos son necesarios. Sin equivocaciones, nos volveríamos rígidos y confiados; sin errores, jamás revisaríamos los límites de nuestra comprensión. Las equivocaciones nos permiten afinar lo que  hacen, los errores pueden ser motores que expanden el pensar.

Karl Popper decía que el conocimiento progresa por ensayo y error, no por acumulación de certezas. Y Charles Peirce nos recordaba que las “creencias fijadas” solo se modifican cuando la realidad las contradice. En ambos casos, el error es el motor del descubrimiento.  Podríamos decirlo así: Las equivocaciones son los baches del camino; los errores, los desvíos del mapa. En los primeros tropezamos; en los segundos, nos transformamos. Ver los peligros de los errores.

A veces confundimos ambas cosas: llamamos “equivocación” a un error profundo, para no aceptar que debemos repensar algo esencial. O creemos haber errado gravemente cuando en realidad solo nos apuramos al doblar la esquina. Distinguir entre ambos es parte del arte de pensar sin miedo. El error nos enseña a mirar distinto. La equivocación, a mirar mejor. Uno amplía el horizonte; la otra afina el foco.

Quizás el verdadero aprendizaje consista en ese ir y venir: tropezar, detenerse, revisar el mapa, volver a avanzar… cada vez un poco más lúcido.

 

Hay que tener en cuenta que cuando se pide opiniones en reuniones de expertos, no se debe dejar de pensar en la importancia de la  independencia del error, ya que el intercambio de información reduce el valor de las observaciones o de las opiniones. Esto en oportunidades es un  punto en contra de la tormenta de ideas clásica, donde las opiniones son compartidas y en favor de la forma hibrida donde primero cada uno aporta privadamente lo suyo y luego  informa al equipo.

Las ideas básicas; importancia de la independencia del error, el valor de la diversidad, el volumen de la muestra, de las circunstancias adecuadas y un método que las unifique, elementos para lograr el saber colectivo. Así, se nos hace más claro porque juntos, independiente de los niveles intelectuales podemos llegar a saber más. Deberíamos tener presente que  todo pensar puede comenzar con un paso en falso, y que a veces el único modo de encontrar el camino es perderse con inteligencia.

Adenda

Sí, Francis Bacon no solo  consideró a los errores como peligrosos, sino que creía que eran el principal obstáculo para el avance del conocimiento y la ciencia. Su obra principal, el Novum Organum, es esencialmente un manual para identificar y eliminar estos errores antes de que se pueda iniciar cualquier investigación seria.

Bacon los llama "ídolos" (del griego eidolon, imagen falsa o fantasma).

ÍDOLO

ORIGEN DEL ERROR

PELIGRO PRINCIPAL

1. Ídolos de la Tribu (Idola Tribus)

La naturaleza inherente del género humano.

Corrompen la experiencia: Llevan al sesgo de confirmación y a proyectar orden o finalidad donde no existen, distorsionando la realidad desde el inicio.

2. Ídolos de la Caverna (Idola Specus)

La naturaleza y la experiencia del individuo.

Generan subjetivismo: Encierran a la persona en sus prejuicios y hábitos, impidiendo la objetividad y la comunicación de la verdad.

3. Ídolos del Foro (Idola Fori)

El lenguaje y la comunicación social.

Causan disputas estériles: La ambigüedad de las palabras y los conceptos mal definidos controlan y confunden el entendimiento, llevando a interminables debates sin sentido.

4. Ídolos del Teatro (Idola Theatri)

Las doctrinas y sistemas filosóficos antiguos.

Perpetúan el error por autoridad: La sumisión acrítica a las teorías del pasado (como el aristotelismo) y a los sistemas dogmáticos impide la renovación del conocimiento a través de la experiencia.

 

Conclusión:

Como vimos los errores pueden ser motores de cambio  importantes se diferencian claramente de las equivocaciones  y  Bacon los considera  solo desde una óptica acotada ,como  un cuádruple azote que mantenía a la humanidad en la ignorancia, atendible para su época. Para él, eran más que simples equivocaciones; eran prejuicios profundamente arraigados que debían ser activamente "exorcizados" de la mente para liberar el intelecto y permitir el progreso científico, cuyo objetivo era "dominar la naturaleza" a través del conocimiento.

 

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