AGENTE,
AGUANTE
Somos agentes que operamos gracias a una copia
eferente que nos da sentido de autoría, y tenemos un margen de unos 100
milisegundos para ejercer un veto consciente sobre nuestras acciones. podríamos
decir metafóricamente que nuestra chapa, la que nos identifica como agentes
muestra cómo logo ¨100 milisegundos¨.
La credencial como sujetos
conscientes y responsables está inscrita en ese margen de unos 100 milisegundos
que tenemos para ejercer un ¨veto consciente sobre acciones¨ que ya han
comenzado a prepararse a nivel subconsciente. Esta idea está basada
inicialmente en experimentos de Benjamín Libet, que descubrió que hay una actividad cerebral subconsciente
(lo que él llamó "potencial de preparación") que se activa fracciones
de segundo antes de que una persona sea consciente de tomar una decisión. Esto
llevó a la famosa hipótesis de que las decisiones pueden ser determinadas a
nivel cerebral antes de que seamos conscientes de ellas ,dejándonos una capacidad
para vetar en esos 100 milisegundos.
La ¨copia eferente¨: Es una señal interna
que el cerebro genera cada vez que emite una orden —no solo motora, sino
también hacia sistemas sensoriales o autonómicos—, y que se envía a otras
regiones del cerebro para anticipar las consecuencias de esa acción.
Esta señal permite al sistema nervioso diferenciar
entre lo que es producido por uno mismo y lo que viene del entorno,
siendo esencial para
el sentido de agencia (“yo lo hago”) y para la construcción del sentido del yo
(“esto forma parte de mí”). Cumple un papel crucial , ya que proporciona al sistema nervioso una
predicción de las consecuencias de nuestras acciones, ayudándonos a distinguir
entre lo que hacemos nosotros y lo que sucede externamente. Es decir, permite
al cerebro distinguir entre estímulos autogenerados y externos ,mecanismo que
nos da la autoría, de ¨ser agentes de nuestros actos¨. La copia eferente nos da el "sentido de
propiedad" sobre nuestras acciones con el margen de veto de esos 100 ms que es nuestro "sello de agencia", la capacidad
última de decir "sí" o "no" antes de que se ejecute una
acción, es la ilusion de libre albedrio . Una pequeña ventana temporal en la
que podemos ejercer control consciente, aunque limitado.
Es una forma de concebir la ¨libertad
humana y la responsabilidad¨: no como control absoluto desde el inicio del
proceso, sino como una especie de supervisión final que permite el asentimiento
o la inhibición. La idea de que nuestra
"chapa de agentes" se limite a esos 100 milisegundos finales de veto
nos recuerda que gran parte de nuestra actividad mental y la preparación de
nuestras acciones ocurre por debajo del umbral de nuestra conciencia Y dentro
de esa ventana temporal aparentemente breve, reside nuestra capacidad de
intervención consciente, nuestra última palabra. Es en ese instante donde se
juega nuestra responsabilidad y, en cierto sentido, nuestra libertad.
La metáfora de los 100
milisegundos de nuestra "chapa de agentes" sintetiza hallazgos neurocientíficos
complejos y abre una reflexión profunda sobre la naturaleza de la conciencia,
la libertad y la responsabilidad. Es una imagen
que invita a seguir explorando .
Cacho cree en el destino,
pero íntimamente se inclina al compatibilismo que acorde con lo anterior acepta
que no somos completamente libres ni completamente determinados que
sintéticamente nos aclara que somos un sistema: que anticipa sus actos (copia
eferente), que experimenta autoría (agencia), y que puede intervenir justo
antes del punto de no retorno (veto). Que en un espacio minúsculo —esos 100-250
ms— se no habita quizás lo más genuino de nuestra libertad real, una visión
profundamente compatibilista del libre albedrío.
El compatibilismo en
síntesis sostiene que determinismo y
libre albedrío no se excluyen necesariamente, que podemos ser agentes libres dentro de un
sistema causal determinado, si tenemos cierto grado de control interno de
agencia (yo soy el que actúa). Una ventana de veto consciente (puedo no
hacerlo). Que no controlamos todos los impulsos,
pero sí podemos aceptar, modular o frenar algunos de ellos, a través de un
mecanismo biológico y temporalmente limitado.
Eso nos hace agentes con
responsabilidad práctica, aunque no seamos completamente libres en un sentido
metafísico. Esta visión nos posiciona como
compatibilistas naturales, no por ideología, sino porque el entendimiento del
cerebro y del tiempo interno del acto voluntario te lleva ahí. Sin excluir
ningún tipo de responsabilidad moral ,social ,legal porque si bien , no somos completamente libres de
todo determinismo porque nuestro cerebro está influenciado por genética,
entorno, historia personal, etc. ,somos capaces de ejercer un grado de control
consciente dentro de esos determinantes.
En síntesis: Cacho, como agentes compatibilistas, somos
responsables moral y legalmente de nuestras acciones en la medida en que tengamos
control sobre ellas. Esta concepción propone una forma alternativa y poderosa
de entender la libertad humana: no como control absoluto desde el inicio del
proceso, sino como una supervisión final . No elegimos todo lo que nos impulsa
a actuar, pero podemos decidir si actuar o no, si darle paso o frenarlo. En
este sentido, la metáfora de los "100 milisegundos" sintetiza hallazgos neurocientíficos complejos, al
tiempo que abre una profunda reflexión sobre la naturaleza de la conciencia, la
libertad y la responsabilidad. Este control está limitado, pero es real en los
momentos en que podemos ejercer el veto consciente o decidir actuar de acuerdo
con nuestros deseos y valores, incluso si esos deseos están parcialmente
determinados por factores más allá de nuestro control. Somos y queremos ser agentes,
aunque la chapa diga son solo 100
milisegundos, esa es nuestra libertad, la capacidad de vetar ,la ilusión
del libre albedrío . Y lo vale.
Adenda: Hace tiempo vi dos películas, recomendables,
que nos hacen ver en la ficción esto que la ciencia trata de hacernos entender:
una es “Los agentes del destino” La otra es "Minority
Report" . Los estudios de Libet y la idea de la capacidad de veto tienen
una gran relevancia en el análisis de "Minority Report" y "Los
Agentes del Destino". Ambos enfoques sugieren que, aunque el cerebro pueda
iniciar una acción de manera subconsciente, la conciencia humana puede
intervenir y elegir cambiar el curso de los eventos.
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