domingo, mayo 11, 2025

Imaginación, chismes y ficciones: el poder oculto del Homo sapiens

 

Imaginación, chismes y ficciones: el poder oculto del Homo sapiens



"Imagina que no hay paraíso, es sencillo si lo intentas..."


Miguel me recordó la canción de John Lennon que  así comienza y fue  una de las canciones más influyentes del siglo XX: "Imagine" .Su propuesta es radical: imaginar un mundo sin cielo ni infierno, sin religiones, sin países y sin propiedad privada. No como una utopía irreal, sino como un ejercicio de liberación mental frente a estructuras que, según él, alimentan el conflicto. La canción fue escuchada por millones de personas, pero pocos parecen haber internalizado realmente su mensaje. Esa es la sutileza poderosa de la buena música: puede sembrar ideas profundas sin necesidad de gritar , aunque  muchos  no se dan cuenta del propósito.

Pero en la vida cotidiana, decir que alguien es "muy imaginativo" suele tener un matiz peyorativo, como si la imaginación fuese un rasgo infantil o poco útil. Sin embargo, el historiador Yuval Noah Harari, en su libro Sapiens, reivindica justamente lo contrario: que fue la capacidad de imaginar la que permitió al Homo sapiens prosperar frente a especies físicamente superiores. Lejos de ser un simple recurso artístico o recreativo, la imaginación es una herramienta evolutiva.

Nuestros ancestros no solo imaginaron, sino que actuaron en consecuencia: imaginaron dioses, leyes, tribus, banderas, monedas. Así nació el mundo que hoy habitamos. Harari lo resume de forma provocadora: “Somos el único animal que puede creer en cosas que existen exclusivamente en nuestra imaginación: dioses, estados, dinero, derechos humanos, corporaciones…”.

Este poder de imaginar y compartir ficciones es inseparable del lenguaje. A diferencia de otros animales, nuestro lenguaje no solo advierte o describe lo inmediato. Los chimpancés pueden alertar sobre depredadores, o tal vez donde hay bananas ,pero no "chismorrean" sobre lo que ocurrirá si alguien rompe una norma o hace una promesa. Nosotros sí: Creamos realidades compartidas que se sostienen en historias, y las difundimos mediante chismes, rituales o leyes.

Aquí entra en juego un elemento subestimado, pero profundamente humano: el chisme. Harari lo destaca como una de las primeras funciones complejas del lenguaje. Chismear no es solo hablar de otros; es compartir información social, construir confianza grupal, establecer jerarquías y reforzar normas. En otras palabras: chismear es gobernar el imaginario colectivo.

Y el psicólogo y Nobel de Economía Daniel Kahneman, en Pensar rápido, pensar despacio, también pone el foco en estos momentos cotidianos. Comienza su libro llevándonos  al típico dispensador de agua en la oficina, ese punto de encuentro donde circulan opiniones y chismes.

Se pregunta:

 

¿Por qué nos interesan tanto los chismes?

Tal vez porque es más fácil identificar y etiquetar errores ajenos que reconocer los propios. Kahneman sugiere que el deseo de participar en un "chisme inteligente" puede motivarnos más hacia la autocrítica que muchos buenos propósitos de Año Nuevo.

 

Ficciones que nos guían:

Desde pequeños, jugamos con la imaginación y sabemos, en general, distinguir la fantasía de la realidad. Pero al crecer, muchas veces nos embarcamos en ficciones que no logramos separar de lo real. No siempre está mal. Al contrario: las ficciones compartidas son muchas veces lo que da sentido a nuestras vidas. ¿Qué sería de nuestras acciones sin una visión de futuro, sin ideales o sin propósitos?

Conclusión: Es justo reconocer el legado de Lennon. Su canción es una invitación a imaginar lo que creemos y lo que creamos  se entrelazan y es nuestra verdadera arma evolutiva. La capacidad  humana  de concebir y compartir ficciones, impulsada por el lenguaje y  articulada a través del chismorreo,  es el motor de nuestra evolución social, política y económica. La propuesta radical de "Imagine" nos desafía a examinar críticamente estas construcciones, invitándonos a  reconocer que nuestro mundo es, en gran medida, un producto de nuestra imaginación colectiva, lo cual abre la puerta a la posibilidad de reimaginarlo y, con ello, de construir un  futuro más prometedor.

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