viernes, mayo 02, 2025

EL GOZO INTELECTUAL Y LA FUNCION SOCIAL DEL PENSADOR


                                                                                            

El 28 de enero de 2014, a las 23:30, recibí una llamada de Daniel Cocco. Me hizo una pregunta tan sencilla como desafiante: “Para vos, ¿qué es un intelectual y cuál es su función social?”. Lo curioso es que, frecuentemente, aunque creemos tener  la respuesta a esta y otras preguntas, nos sorprende la dificultad de expresarnos  con claridad. Muchas veces suponemos  saber algo, pero al intentar  buscar las palabras adecuadas, comprendemos que lo tácito requiere ser explicitado para poder apropiarnos de lo que sea. Entonces recurrimos a  distintas fuentes, la historia es una de ellas.

El término “intelectual” proviene del latín "intellectualis," que se refiere a lo perteneciente al entendimiento. El intelectual es aquella persona que reflexiona críticamente sobre la realidad y busca influir en ella. Según una definición convencional, se trata de alguien que estudia y comunica ideas con cierta autoridad frente a la opinión pública. Pero esta definición técnica no alcanza a describir del todo su papel vital en la sociedad. Sin embargo, se usó de forma peyorativa en relación con el Caso Dreyfus en Francia a finales del siglo XIX y, aún puede usarse con un matiz despectivo para descalificar las opiniones de alguien tachándolo de "intelectualoide" o sugiriendo que sus ideas son poco prácticas o alejadas de la realidad.

Miguel, me decía que sentía una alegría especial al encontrar a alguien que compartiera su modo de pensar, o que lo orientara hacia un conocimiento nuevo. Esa experiencia, tan íntima y universal a la vez, es parte del “ser” del pensador. Hay un gozo particular en comprender o intuir algo. No es un simple entretenimiento: es una satisfacción profunda, porque comprender la realidad —o al menos creer que lo hacemos— es una necesidad de todo ser pensante. Me apropio de la idea del físico y divulgador Jorge Wagensberg, quien define el gozo intelectual como la culminación de un proceso  de conjunción que parte  ;  del estímulo y , continúa en la conversación, la comprensión y la intuición . Gozo que es la culminación de todo conocer.  

1.-El estímulo :

inicia el proceso como algo desordenado pero que nos permite pasar de la falta de interés particular en algo, a la de interesarnos por algo en especial. Esto puede surgir de manera espontánea o por la ayuda que aportan amigos o incluso por la ¨ayuda¨ no intencional de desconocidos.  

 

2.-La conversación:

Es negociar significados, con el ¨territorio¨ , con los signos que nos han ofertado los que nos precedieron cualquiera sea su origen y  que debemos hacer el esfuerzo de desentrañar, para poder negociar signos incluso con nosotros mismos, una conversación introspectiva que nos permite ubicarnos en el territorio, cambiar, reordenar o excluir significados. Conversar en síntesis es negociar significados. 

 

3.-Comprensión  y la intuición :

 

Comprender es caer en la mínima expresión de lo  máximo compartido ,en lo común entre lo diverso ,es decir en cierta esencia ,oculta o no en un bosque de matices. Existe dos formas de aumentar comprensión a) reduciendo el volumen de la esencia de lo común , de lo compartido b) ampliando su dominio de vigencia ,el número de casos que comparten una esencia.

Intuir es experimentar  un roce entre  dos estados de la mente ,una incertidumbre resulta y la incertidumbre por resolver ,un roce entre lo comprendido  y lo que se pretende comprender ,entre lo ocurrido y lo que aun ha de ocurrir… (Para una visión de la intuición desde  otra óptica, ver la propuesta de D. Kahneman).  

 

En síntesis, el  gozo intelectual  :  Motoriza todo  conocimiento en sentido amplio y el pensador, imbuido de ese gozo intelectual, tiene la responsabilidad inherente de compartir su comprensión y, estimular la reflexión  de este logro  de la selección natural y cultural. 

 

 

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