Visión de la
emergencia desde el solvente universal a la bicicleta
El hidrogeno, primer elemento de la tabla por ubicación y cantidad y el oxígeno, se unen para formar el agua. El hidrogeno como sabemos es de alta combustibilidad (recordemos lo que le paso al LZ 129 Hindenburg), y el oxígeno que es un comburente se unen en un sistema
¨aparentemente¨ simple, con relaciones espaciales muy particulares y de dicha
unión, emergen propiedades totalmente
diferentes.
Entre las propiedades emergentes del agua están la de apagar el fuego, a primera
vista tal vez la más paradójica, pero existen otras menos evidentes, pero no menos importantes, tales como la de con-
servar y permitir
la perdida de calor y la de ser el solvente universal.
Somos como el resto de los seres biológicos, casi solventes y estamos
vivos merced a la alta proporción de agua que tenemos.
Vemos que el todo como sostenía Aristóteles, es más que la suma de las partes,
la complejidad nos hace ver
que el oxígeno y el hidrogeno al unirse también han
perdido propiedades que tenían cuando estaban separados, razón por la que podemos
decir contradiciendo al ¨estagirita¨ y al principio lógico formal de no contradicción, que el todo puede también
ser menor que la suma de las partes. Una pequeña
muestra del pensamiento complejo lo que quedaría así; el
todo es más que la suma de las partes,
pero también menos que la suma de las partes.
Existen infinidades de
ejemplos de cómo algo aparentemente
simple encierra una complejidad que puede ser llevada a la superficie, me gusta agregar
el ejemplo de la bicicleta
por ser mi querida compañera
de la infancia y que aún lo sigue siendo, también pese a la digitalización para la mayoría
de los niños y no pocos adultos. Mi primera bicicleta fue un
regalo de mi tío Miguel Rubio cuando tenía 4 años.
De lo muy poco que sabía de
aquella bicicleta con ruedas laterales, hoy se algo más , tal que como algo
concreto pertenece al mundo uno de Popper, y que se basa en una serie de conceptos teóricos
por lo que avanza al mundo dos, el de las teorías , una conjunción de máquinas
simples como la rueda, la palanca, la cupla, el piñón ,el plato, etc.
Felizmente el uso habitual no requiere conocer su fundamentación teórica, lo cual si se vuelve una necesidad, cuando se la utiliza
para fines competitivos, como lo hace Pedrito Ginocchi. Como vemos la
simplicidad, aparente de nuestra bicicleta, se nos está transformando en algo cuya complejidad no es visualizada en primera instancia
y no será preocupación tampoco para la mayoría.
Pero Popper nos dice que hay además
un mundo tres, el de la
teoría de la teorías, una visión macro-teórica que nos posiciona en la teoría
general de sistemas, la cual incluye distintas teorías subsidiarias, solo recordare en esta oportunidad la de la cibernética.
Desde esta posición nuestras primeras pedaleadas tienen el poder de unificar nuestros tres mundos, donde la cibernética (información y el control en máquinas y animales) nos informa acerca de los grados de desviación con que nos desplazando y nos permite
las correcciones necesarias
para acercarnos al equilibrio.
Doy por descartado que antes de lograr la adaptación
previamente nos habremos dado seguramente una serie de sustos y golpes.
Somos en esos momentos
junto a la bicicleta una sola entidad, un sistema
complejo pero analizable como
ciclistas en equilibrio constante nos convertimos en un sistema dinámico que
procesa información, se autorregula y corrige sus desviaciones. Cada pedaleada
representa un acto de integración entre cuerpo, artefacto y entorno, en el que
se conjugan múltiples niveles de complejidad. Es en este acto aparentemente
sencillo donde convergen el mundo físico, el mundo teórico y la metateoría de
los sistemas adaptativos. Felizmente
estas abstracciones no son un impedimento para poder practicar un deporte de sacrificios como el ciclismo
o un agradable paseo.
Como vemos andar en bicicleta saca a la superficie que lo simple es
solo simplificado y la importancia de pensar desde la visión sistémica la complejidad y la cibernética, con el valor
agregado en esta oportunidad, la de la emergencia psicológica de poder remontarnos a la niñez y a la pretensión de que practicando ciclismo como rutina
física podremos recuperar años a la
vida y vida a los años. Siempre, a cualquier
edad, la actividad
física sin ser exagerada ni tan
pretenciosa con seguridad
nos brinda un mayor bienestar
En síntesis: Reflexionar sobre elementos tan familiares como el agua o la bicicleta
nos permite reconocer que la complejidad no es un atributo exclusivo de lo
técnico o lo abstracto. Por el contrario, está presente en los aspectos más
cotidianos de nuestra vida. Comprender estos fenómenos desde una perspectiva
sistémica, abierta a las emergencias, no solo afina nuestra percepción del
mundo, sino que nos invita a vivir con mayor conciencia, vitalidad y
profundidad.
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