viernes, octubre 31, 2025

 

Ser alfabetizado hoy: leer el mundo en la era de los algoritmos

“Leer no es caminar sobre las palabras, sino atravesarlas.”
— Paulo Freire

El alfabeto la Revolución Apacible

En el libro ¨El infinito en un Junco¨ de I.Valllejo, uno de sus capítulos se denomina; La revolución apacible del alfabeto. Es cierto que hoy se lee mucho, y que es muy raro encontrar una persona adulta que no sepa leer, vivimos en un mundo ¨alfabetizado¨. Hacen seis mil años aparecieron los primeros signos escritos en la Mesopotamia y también en otros lugares, su origen fue absolutamente practico; ¨primero las cuentas luego los cuentos¨, se aprendió el cálculo antes que las letras.

Al principio solo dibujos, pero se necesitaban muchos y eso dejaba poco espacio para la memoria, la solución fue sencilla y una de las mayores genialidades de nuestra historia, dejar  de dibujar cosas e ideas que son infinitas, para dibujar el sonidos de las palabras, y así a través de  simplificaciones llegaron las letras y combinándolas se logró la más perfecta partitura del lenguaje y la más duradera. Con  la invención del alfabeto se derribó muros y se abrió las puertas al conocimiento para que muchos accediéramos al pensamiento escrito. El origen del alfabeto se remonta a varias culturas que desarrollaron sistemas de escritura para comunicarse y registrar información. Lo finito para lo infinito.

Uno de los sistemas de escritura más influyentes en el desarrollo del alfabeto occidental es el alfabeto fenicio. Ellos crearon un sistema de escritura basado en signos o caracteres que representaban sonidos consonánticos sin vocales, era extremadamente eficiente para el comercio y la comunicación. Los griegos adaptaron el alfabeto fenicio en el siglo VIII a.C., le añadieron vocales  y desarrollaron el primer alfabeto griego, que constaba de 24 letras. Esto permitió una representación más precisa de los sonidos de la lengua griega y facilitó la lectura y la escritura. En síntesis, el alfabeto fenicio,  fue adoptado, adaptado y modificado por varias culturas a lo largo del tiempo. Cada adaptación y evolución, llevó al desarrollo de sistemas de escritura más efectiva y versátil, que finalmente condujeron a los alfabetos utilizados en todo el mundo en la actualidad.

J.Wagensberg con una visión integradora nos  dice, hoy los alfabetos son cuatro: a) Algo más de cien letras para la materia inerte, la tabla periódica, b) Veintisiete letras para el español c) Cuatro letras para la materia viva, d) Millones para describir paisajes.

Durante siglos, la alfabetización fue una frontera nítida: saber leer y escribir significaba poder ingresar al mundo de la cultura, la ley y la historia. Fue —como bien señala Irene Vallejo en El infinito en un junco— una revolución apacible, una conquista silenciosa que cambió para siempre la relación del ser humano con la palabra.


Sin embargo, hoy esa frontera se ha desplazado. Vivimos en sociedades formalmente alfabetizadas, pero paradójicamente más expuestas a la confusión, la manipulación y el ruido informativo. Ser alfabetizado en el siglo XXI no se reduce a conocer las letras del alfabeto, sino a saber orientarse en el laberinto del sentido.

Existen diverso estamentos muy claramente definidos:

Del alfabeto al algoritmo El alfabeto fue, en su momento, una tecnología del pensamiento. Permitió fijar la palabra, conservar la memoria y construir conocimiento acumulativo. Cada signo era un puente entre el sonido y la idea, entre el cuerpo y la mente. Hoy, la tecnología dominante ya no es la letra, sino el algoritmo. Y, como en toda revolución silenciosa, su influencia no siempre es visible: los algoritmos leen por nosotros, seleccionan lo que vemos, anticipan lo que deseamos. Así como en la antigüedad pocos sabían escribir y muchos dependían de los escribas, hoy muchos leen, pero pocos comprenden cómo se escriben los códigos que gobiernan la información. La nueva forma de analfabetismo no es la ausencia de lectura, sino la lectura dirigida.

 Alfabetización funcional y crítica: el mínimo y el umbral Saber leer y escribir textos sigue siendo fundamental. Pero la verdadera alfabetización comienza cuando comprendemos qué nos dice el texto y qué intenta hacernos creer. Leer críticamente es reconocer el tono, la intención, el sesgo. Es entender que todo texto —sea un poema, un tuit o un informe científico— es también un acto de poder. El pensamiento de Freire conserva toda su vigencia:

 “La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra”. Hoy deberíamos agregar: la lectura del sistema precede a la lectura de la pantalla.

La alfabetización crítica implica aprender a ver los hilos invisibles que mueven el discurso, los intereses detrás de la información y los mecanismos de persuasión que operan sobre la atención.

Alfabetización digital: sobrevivir al exceso Internet democratizó el acceso a la palabra, pero al precio de una sobreabundancia caótica. La información ya no escasea; lo que escasea es la atención y la capacidad de discernir. Ser alfabetizado digitalmente es saber navegar en ese océano sin naufragar. Significa desarrollar una conciencia de los entornos informativos y de cómo configuran nuestras percepciones. En este contexto, la lectura se vuelve un acto ecológico: seleccionar qué leer, qué creer y qué ignorar. Leer se transforma en una forma de higiene mental.

Alfabetización científica e informacional: leer la evidencia Otra dimensión esencial es la alfabetización científica: la capacidad de distinguir entre un hecho, una hipótesis y una opinión. En tiempos de desinformación viral, donde las emociones circulan más rápido que los datos, comprender cómo se construye la evidencia científica es una forma de defensa cognitiva. Ser alfabetizado científicamente no significa ser científico, sino entender cómo piensa la ciencia: por conjeturas, refutaciones y revisiones. En ese sentido, el pensamiento de Popper o Peirce sigue siendo clave: aprender a convivir con la duda, a corregir nuestras creencias, a pensar en términos de probabilidad y no de dogma.

 

Alfabetización cognitiva: La alfabetización más profunda es la del propio pensamiento.
Implica reconocer nuestros sesgos, emociones y límites cognitivos. Saber cómo se genera una creencia, cómo se refuerza un prejuicio, cómo opera la atención. En la era de la inteligencia artificial, esta alfabetización se vuelve vital: quien no conoce su mente será leído y precedido por los algoritmos mejor que por sí mismo.

Leer el mundo hoy requiere también leerse a uno mismo: entender cómo percibimos, cómo inferimos y cómo nos equivocamos. Esa metacognición es la nueva frontera de la libertad.

 

De la letra al sentido La alfabetización del futuro no se medirá por la capacidad de leer textos, sino por la capacidad de construir sentido. Ser alfabetizado hoy es poder dialogar con la complejidad sin reducirla a consignas. Es poder pensar con otros, escribir con criterio, y no perder la brújula ética en un mundo saturado de estímulos. En definitiva, ser alfabetizado en el siglo XXI es un acto de resistencia: resistir la manipulación, la simplificación y la indiferencia. Es continuar, con otros medios, la vieja revolución apacible que comenzó cuando el ser humano aprendió a dejar huella en el junco, en el papel y ahora, en el código.

 

Epílogo:

El nuevo alfabeto no está hecho solo de letras, sino de gestos cognitivos: atención, duda, empatía, discernimiento. La verdadera alfabetización del futuro será la capacidad de mantener la mente despierta en medio del ruido.

jueves, octubre 30, 2025

 

TARDE DE CAFÉ CON EMOCIONES

Diagrama, Forma, Círculo

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Al salir de lo de Marta 29 10 25 Miguel nos dijo, ¨hubo un torbellino de ideas¨. En realidad, se trataron  muchos temas que sin embargo tenían un hilo de conexión.  En un momento sonó el celular de Carlos un gallo que alarma al más precavido vino bien porque todo giró  acerca de las emociones y, lo del gallo fue oportuno.

Recordamos a U Eco y su libro El Nombre de la Rosa , que en un pasaje se habla de la risa como peligrosa , Miguel tomo la risa como disparador y  nos hizo una pregunta muy simplificada , ¨no simple¨  “¿Río porque estoy feliz o estoy feliz porque río?”

Las opiniones fueron diversas y  me llevo a Candace Pert y las moléculas  de las emociones, lo que pregunto  es una paradoja de causalidad invertida, con raíces  filosóficas como científicas. Hace décadas el querido y recordado Oscar nos había comentado el poner un lápiz en la comisura produce una sonrisa que ¨da felicidad¨. Hay estudios donde sostener una sonrisa durante unos minutos aumenta el estado de ánimo positivo, aunque haya sido inducida artificialmente.

Esto tiene que ver con  William James (filósofo y psicólogo estadounidense) y Carl Lange (fisiólogo danés) quienes propusieron, a fines del siglo XIX, la teoría James–Lange de la emoción. Según ellos, no lloramos porque estamos tristes, sino que estamos tristes porque lloramos. Es decir: que desde esta visión primero ocurre la reacción corporal, y luego la mente interpreta esa reacción como emoción.

Un ejemplo más explicito; Veo una serpiente. Mi cuerpo reacciona: aumento del pulso, tensión muscular. Siento miedo al notar mi propio estado corporal.

Pero en términos neurofisiológicos: Hoy sabemos que la relación es bidireccional. El cerebro y el cuerpo forman un circuito de retroalimentación constante. Las expresiones faciales y los gestos corporales pueden modular la emoción (como mostró Paul Ekman al estudiar las microexpresiones).

La pregunta de Miguel también puede leerse como una paradoja del orden del ser y el aparecer. ¿La alegría “produce” la risa o la risa “revela” la alegría? Quizás ambas cosas sean verdaderas al mismo tiempo: la risa es la forma visible de la alegría, y la alegría es la forma invisible de la risa. La emoción y su expresión se co-crean. El ser (felicidad) y el aparecer (risa) se engendran mutuamente. La emoción interior y su expresión corporal no están en relación causal lineal, sino en relación circular. Cada una da sentido y existencia a la otra.

Candace Pert, es una neurocientífica fundamental para entender la unidad cuerpo-mente desde la bioquímica de las emociones. Descubrió que las emociones no están sólo en el cerebro, sino que se distribuyen químicamente por todo el cuerpo a través de péptidos y receptores (por ejemplo, endorfinas, encefalinas, neuropéptidos). Su idea central fue que cada emoción es un patrón bioquímico que circula y conecta el cerebro, el sistema inmune y el sistema endocrino.

“Las emociones son la manifestación física de la conciencia.”
—Candace Pert, Molecules of Emotion (1997)

Así, el cuerpo piensa y siente: no como metáfora, sino literalmente, mediante comunicación molecular.

La risa y la felicidad como ciclo químico

Cuando reímos, nuestro cuerpo libera endorfinas, dopamina y oxitocina, sustancias que generan bienestar, reducen el estrés y aumentan la sensación de conexión. Por eso, la acción de reír puede inducir felicidad, aunque la causa original no haya sido una emoción previa. Esto coincide con James–Lange, pero Pert aporta la base molecular: la risa no sólo expresa la emoción, la produce químicamente, donde el cuerpo y mente son un mismo circuito donde no hay una dirección única (de la mente al cuerpo o del cuerpo a la mente) sino  un sistema de retroalimentación continua: Los pensamientos generan péptidos. Los péptidos influyen en las emociones. Las emociones modifican los pensamientos.

En ese sentido, río porque estoy feliz y estoy feliz porque río son dos mitades del mismo bucle: la experiencia emocional se autogenera entre el gesto, la química y la conciencia.

 

La visión integradora

La  pregunta de Miguel desde Pert, no tiene que resolverse eligiendo un lado. Más bien se transforma en una tautología viva: La emoción y su expresión son un mismo proceso que se pliega sobre sí mismo, como una sonrisa que se reconoce en el espejo del cuerpo. El aporte de Pert va más allá de la fisiología: es una revolución epistemológica.


Hasta entonces, el pensamiento occidental había separado el cuerpo de la mente, el sentimiento de la razón. Pert mostró que esa frontera es artificial: el cuerpo también piensa, y la mente también se encarna. Cada célula, decía, tiene receptores que “escuchan” el estado emocional del organismo. Las emociones son, en su visión, el puente entre lo físico y lo consciente, el idioma que traduce moléculas en experiencia. Así, la risa no es un mero reflejo muscular: es un acto cognitivo, una forma de inteligencia corporal. Cuando reímos, el cuerpo realiza una afirmación silenciosa: “Estoy vivo, estoy aquí, y puedo transformar mi química en alegría”.

¿Río porque estoy feliz o estoy feliz porque río?, desde Candace Pert tiene  una respuesta clara: ambas cosas son verdad al mismo tiempo. El cuerpo y la mente forman un circuito cerrado, un bucle de retroalimentación donde cada gesto modifica al otro. Pensar una emoción la refuerza. Actuar una emoción la despierta. Sentir una emoción la encarna. Por eso la risa puede nacer sin motivo y, sin embargo, volverse motivo en sí misma. La acción corporal desencadena la química, y la química, la conciencia. Pert llamaba a esto la danza de las moléculas, y en esa danza cada sonrisa es un paso que el cuerpo da hacia su propio equilibrio.

 

 Epílogo: la sonrisa como conocimiento

Hay un tipo de sabiduría que no pasa por el pensamiento lógico sino por el tono del cuerpo, la respiración, la mirada. Reír no solo cambia el ánimo: reconecta los sistemas que nos constituyen.
Una carcajada es una forma de conocimiento: un instante en el que el cuerpo y la mente se reconocen como un solo ser. Quizás, al final, la risa sea la más simple de las tautologías vivientes: Río porque estoy feliz, y estoy feliz porque río. El cuerpo y la mente son dos modos de decir la misma verdad.

miércoles, octubre 29, 2025

 

El nexo del avance científico es una conjunción ; cerebro bayesiano ,abducción y epistemología

 

 

Imagen en blanco y negro de un hombre

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.     Imagen en blanco y negro de un hombre con barba y bigote

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                                                       T. Bayes                                                                              C.S. Peirce

 

 

La inferencia bayesiana es considerada; "a la teoría de la probabilidad lo que el teorema de Pitágoras es a la geometría, ya me parecía.

 

La abducción es  una de las claves más importantes del pensamiento peirceano , central no sólo para su filosofía de la ciencia, sino para toda su obra, cooperación lógica en la que se imbrican razón, imaginación e instinto y que pone de manifiesto una concepción de la racionalidad humana como eminentemente creativa.

 

1.-Generación de hipótesis creativas: se avanza a partir de explicaciones innovadoras, lo que es posible gracias al razonamiento abductivo.

 

2.-Validación probabilística: Las hipótesis se evalúan con modelos formales (frecuentemente bayesianos) que miden su ajuste a los datos observados.

 

3-Reflexión epistemológica: La filosofía de la ciencia examina si los métodos y las inferencias son confiables, objetivos y coherentes con el objetivo de alcanzar la verdad.

 

La abducción, introducida por Charles Sanders Peirce,  consiste en inferir la mejor explicación posible para un conjunto de datos o fenómenos observados. Busca y crea hipótesis plausibles que expliquen lo que se percibe. Es fundamental en contextos de incertidumbre, donde las observaciones requieren interpretación y las explicaciones iniciales deben ser revisadas a medida que surge nueva información, en un proceso análogo a la actualización bayesiana.

 

El cerebro bayesiano es un sistema que opera según principios de probabilidad, específicamente el teorema de Bayes ,el cual propone que el cerebro combina evidencias con conocimientos previos  para hacer inferencias. Este enfoque probabilístico refleja cómo  se actualizan creencias en función de nuevas evidencias, un proceso central para la toma de decisiones, la percepción y el aprendizaje.

 

La epistemología es la rama de la filosofía que estudia el conocimiento: cómo lo adquirimos, justificamos y validamos. Explora cuestiones sobre la relación entre creencias, verdad y evidencia.

 

En síntesis, la abducción y el cerebro bayesiano son herramientas prácticas para navegar un mundo incierto, mientras que la epistemología aborda los fundamentos filosóficos de esta tarea. En esta tarea  el cerebro bayesiano ofrece una descripción matemática de cómo procesamos inferencias, la abducción explica cómo creamos hipótesis iniciales y la epistemología nos proporciona el marco teórico para comprender y evaluar estos procesos en términos de generación y validación del conocimiento…

 

 

martes, octubre 28, 2025

 

¿LA RISA ES PELIGROSA?

 



Día del niño, Blanca me dice, que  lindo es ver y escuchar riendo a los chicos en el quincho. Esa frase sencilla me quedó resonando. Hay algo en la risa infantil que desarma cualquier intento de solemnidad. Es espontánea, contagiosa, y parece no tener tiempo. Quizás porque en los niños la risa todavía no se ha domesticado.

Cacho días atrás me había hablado de la sonrisa y me llevo a buscar su importancia y características. Encontré que algunos adelantados ya se habían planteado la diferencia entre aquellas que son las auténticas y las simuladas, que como sabemos ocurre en ciertas situaciones y con ciertos personajes.

Distinguir entre una sonrisa auténtica y una simulada puede ser un desafío. G. Duchenne investigador  francés  postula que; la sonrisa involucra la contracción de los músculos cigomático mayor y menor cerca de la boca, los cuales elevan la comisura de los labios, y el músculo orbicular cerca de los ojos, cuya contracción eleva las mejillas y arrugas alrededor de los ojos.

Los simuladores no tienen patas de gallo la sonrisa auténtica moviliza tanto los músculos de la boca como los del contorno de los ojos. En cambio, las fingidas se quedan en la superficie del rostro: los labios obedecen, pero los ojos callan.

La risa verdadera, entonces es el cuerpo diciendo la verdad sin pedir permiso al intelecto. Y si la sonrisa es la semilla, la risa es su estallido: una sonrisa con voz, una explosión del espíritu. Pero no siempre fue bienvenida.Pero la risa como sonrisa a alto volumen, en una época  era peligrosa.

 

Guillermo de Ockham | PDF | Filosofía cristiana | Edades mediasdownload

 

U. Eco ¨En el nombre de la Rosa¨,  Guillermo de Basckerville, Guillermo (por Ockham) y Burgos el bibliotecario ciego (por J.L. Borges) identifica al asesino serial de la abadía. Dice que, en un ensayo de Aristóteles, que nunca leeremos, habla del Universo revolucionario de la risa, y  en los finales del Nombre de la Rosa, el monje asesino, explica, alardeando de inteligente por qué los escritos aristotélicos de la risa son peligrosos y deben ser destruidos:

¨Elevan la risa al arte, la convierte en tema de filosofía y de pérfida teología. Libera al aldeano del miedo al diablo, porque en la fiesta de los tontos, el diablo parece pobre y tonto, y por lo tanto controlable¨.

La risa, para Bergson, no es solo un reflejo emocional, sino un fenómeno profundamente social. Reímos, dice, no en soledad, sino en compañía: la risa requiere un cierto distanciamiento afectivo, una mirada colectiva que corrige suavemente las desviaciones del comportamiento humano. Por eso, el humor actúa como un mecanismo de ajuste: nos advierte que hemos caído en la rigidez del hábito, en la literalidad o en la torpeza del automatismo. Allí donde la vida se hace mecánica, la risa introduce nuevamente el soplo vital, la imprevisibilidad y la inteligencia. Podría decirse, en ese sentido, que reír es una forma de pensamiento en movimiento. Un gesto del espíritu que se niega a fosilizarse. La risa, al desarmar lo rígido, nos devuelve a la plasticidad original de la vida. Nos recuerda que la existencia —como el pensamiento— sólo se sostiene si sigue fluyendo.

 

Milan Kundera  dice  la risa deslegitima el poder, porque  alude a algo más que a un gesto emocional: alude a una ruptura simbólica. La risa es peligrosa porque no puede ser controlada del todo; ¨es una grieta en el lenguaje de lo serio, del orden ”. Por eso los regímenes autoritarios, como muestra Umberto Eco en El nombre de la rosa— temen la risa: porque reír es pensar sin permiso.

 

La risa en síntesis puede ser;  saludable , en situaciones serias una ofensa , una burla y  falta de empatía y también cruel, la cual se ejerce “desde arriba”, no contra el poder, sino como poder , burla, humillación,  risa que degrada y  refuerza jerarquías.

 

https://i0.wp.com/sonria.com/wp-content/uploads/2016/02/ein-1.jpg?resize=605%2C281&ssl=1https://i0.wp.com/www.sonria.com/wp-content/uploads/2016/02/38f.jpg?resize=1080%2C721La Gioconda - Wikipedia, la enciclopedia libre

                                                     Genio                                      Travesura                                    Trascendencia

 

Adenda

Burgos : “La risa libera al villano del miedo. El hombre que se ríe no teme a Dios.”
Guillermo: “Pero a veces sólo riendo puede el hombre acercarse a la verdad.”
Burgos : “No hay nada en la risa que merezca el perdón. Cristo no rio.”
Guillermo: “Tal vez no lo sabemos. Tal vez la risa sea un don de Dios para soportar el peso de la razón.”

En ese contrapunto, U.Eco muestra dos modos de entender el saber:

·        Burgos, símbolo del dogma, el miedo y el control del conocimiento.

·        Guillermo, símbolo del pensamiento libre, la duda y la búsqueda empírica de la verdad.

Finalmente, Burgos destruye el libro y la biblioteca con él, prefiriendo el fuego antes que permitir que el saber y la risa se difundan.

 

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