LA REBELION DE ATLAS
Atlas (en la entrada del Rockefeller
Center)
Ayn Rand fue sometida a cirugía
por cáncer de pulmón en 1974 luego de décadas de fumar mucho. En 1976, dejó de
escribir en su periódico y, a pesar de sus objeciones iniciales, le permitió a
Evva Pryor, una trabajadora social de la oficina de su abogado, que la
inscribiese en la Seguridad Social y Medicare. Ayn Rand murió en 1982. Está
enterrada junto a su marido en el cementerio de Valhalla (Estado de Nueva York).
Miguel me envió un mail el
27 05 16 para que dedicara unos minutos a un video de Gloria Álvarez nominado;
´¨Populismo
versus República¨, ella se define a sí misma de ideología libertaria. Considera al populismo como una manera en la que el gobernante de
turno hace uso del pueblo con
distintas artimañas con el único fin de apoderase del poder.
Me motivo a releer, ¨La
Rebelión de Atlas¨ de Ayn Rand sobre la filosofía objetivista, (regalo de José María mi consuegro) de esa fuente se
nutrió Gloria Álvarez. En La rebelión de Atlas se describe la decadencia atribuida al excesivo
intervencionismo del gobierno. Divide a la sociedad norteamericana en:1.-
«Saqueadores» , la clase política y los
cultos religiosos, que piensan que
toda actividad económica debe estar regulada y sometida a una fuerte imposición fiscal. y 2.- «No saqueadores»,
emprendedores, capitanes de empresa, e intelectuales que piensan que la
solución es lo contrario.
Se van produciendo auto desapariciones de no saqueadores, el líder es un
personaje llamado John Galt, filósofo y científico, auto refugiado en las Montañas
Rocosas, junto a él se van refugiando otros ¨no
saqueadores¨, los modernos Atlas.
Están hartos del sistema cada vez más opresivo del intervencionismo
estatal que coarta las libertades y
frena el motor del mundo. Se deciden
luego dejar el auto destierro y marchar encabezados por el dólar, símbolo que Galt ha elegido estandarte de su particular
rebelión, que intenta mostrar que toda política restrictiva acabaría destruyendo el país y a sus individuos.
Consideran que
el único sistema social que erradica de las relaciones humanas la fuerza física
es el capitalismo de laissez-faire (libre comercio), sistema basado en el
reconocimiento de los derechos individuales, y protege a los hombres de
aquellos que incitan el uso de la fuerza física.
Leonord Peikoff doctor en filosofía fue el
colaborador más estimado por Ayn Rand y nos legó frasecitas sutiles como esta:
La salud no es un derecho,
no es un caso de teoría noble pero mala en la práctica, sino que es malvada en
la teoría y mala en la práctica.
A. Rand ¨pescada¨ por el Medicare, en su final, según reza la frase del principio. En suma, La rebelión de Atlas es un gran relato,
pero no un manual de política. Ilumina un ángulo —el peligro de los excesos
de control estatal—, pero oscurece otros —el peligro de la desigualdad, la
fragilidad humana, la importancia del lazo social. Lo interesante es leerla
como metáfora y discutirla críticamente, no asumirla como dogma.
De pasada haciendo un comentario
de la situación actual, sin tinte partidario Sergio me dijo; gracias a Dios yo no soy político ,le recordé lo que dijo el
estagirita hace ,más de dos mil años, Luego la conversación siguió con lo que
se considera el ¨paralelo critico entre Ayn Rand y Ernesto Laclau¨: dos
pensadores que parecen moverse en planetas opuestos, pero que responden según su óptica a la misma pregunta
central:
¿Qué mantiene unida a la sociedad y qué la
destruye?
Para Rand el héroe es el individuo creador,
racional, autónomo, casi autosuficiente y a colectividad es vista como un
lastre. La grandeza surge cuando se deja al individuo libre de ataduras. Para Laclau el sujeto político no existe
en soledad: siempre se constituye con relación al otro, a través de
discursos y demandas que lo integran en una identidad colectiva. Cree que el
individuo aislado es una ficción; la fuerza surge de la construcción de un
“pueblo”.
Para Rand toda forma de comunidad organizada corre el riesgo de convertirse en opresora. El estado es un sospechoso porque siempre quiere imponer cargas sobre quienes producen. : Para Lacau la comunidad no es un hecho natural, sino una construcción política. El populismo, lejos de ser un engaño o demagogia, es el mecanismo por el cual los marginados encuentran un “nosotros” frente a un “ellos”., para Rand, el populismo es saqueo. Para Laclau, el populismo es inclusión. El pueblo se construye en oposición a una élite o poder que lo excluye. Coincidencia curiosa: ambos necesitan un antagonista claro para que su relato funcione.Para Rand, el único sistema justo es el capitalismo laissez-faire, porque recompensa el mérito y elimina la coerción. La redistribución equivale a violencia contra el individuo. Para Laclau, el mercado no genera por sí solo cohesión ni justicia. Lo político es lo que redistribuye y construye igualdad simbólica entre sujetos.
Choque: Rand ve en el mercado la libertad; Laclau
ve en lo político la verdadera libertad.
Ambos reflejan extremos de un
dilema actual: ¿Debemos proteger al individuo creador de los excesos del
Estado ? ¿O debemos proteger al pueblo de la exclusión y la desigualdad
generada por el mercado ? Quizás la respuesta no esté en elegir uno u
otro, sino en reconocer que toda sociedad necesita un equilibrio entre
creatividad individual y cohesión colectiva. Si se asfixia al individuo,
muere la innovación; si se disuelve el lazo social, muere la comunidad.
La política como cemento social Las sociedades humanas no se sostienen solo con
leyes, mercados o creencias: necesitan un cemento invisible que dé coherencia
al conjunto. Ese cemento se llama política. La política no es
simplemente el arte de gobernar, ni la disputa por cargos o presupuestos. Es la
capacidad de producir vínculos entre personas distintas, de articular
intereses que no coinciden y de generar un horizonte común donde el individuo
pueda desplegar su vida sin quedar aislado.
Ayn Rand vio en la política un
disolvente: un poder que, al intervenir, destruye la libertad creadora del
individuo. Su utopía era un mundo en el que la sociedad se sostiene gracias al
respeto absoluto de derechos individuales y al libre intercambio. El cemento,
para ella, no era político, sino moral: la ética del egoísmo racional.
Ernesto Laclau, en cambio, entendió que la
política es el único verdadero cemento social. Allí donde hay demandas
dispersas, la política crea cadenas de equivalencia y produce un “pueblo”. Sin
política, no hay identidad colectiva ni proyecto común: solo fragmentos.
Ambos
tenían razón y a la vez estaban ciegos a la mitad del cuadro. Sin política, el
mercado degenera en dominio de los fuertes sobre los débiles. Sin libertad
individual, la política degenera en imposición y culto al líder.
Un
ejemplo a favor a recordar de los tantos
no tan felices: El New Deal en Estados Unidos (década de 1930)En plena
Gran Depresión, el mercado se había desplomado y millones de ciudadanos estaban
en la miseria. Si se hubiese seguido la lógica de Ayn Rand —dejar que los
“Atlas” se reconstruyan solos— probablemente la fragmentación social se habría
profundizado. El New Deal de Franklin D. Roosevelt no abolió la
iniciativa privada, pero la sostuvo con programas de empleo, seguridad social y
regulaciones. Fue un cemento político: creó un “nosotros” que permitió a
la sociedad estadounidense sobrevivir a la crisis y sentar bases para la
prosperidad de posguerra.
Conclusión
La
política es realmente el cemento social porque articula lo común sin sofocar
lo singular, ni tan débil que se deshaga en competencia feroz, ni tan
rígido que sea autoritarismo. La
socialdemocracia, en esencia, busca ser la síntesis práctica que Rand y
Laclau ven como irreconciliable, ejemplificado por los países nórdicos se basa
en el diálogo tripartito: Estado (Gobierno): Regula y
redistribuye. Capital (Empresarios): Genera la riqueza. Trabajo
(Sindicatos): Asegura así una distribución justa. La democracia se
convierte en el mecanismo principal para resolver el dilema, donde la política
es el espacio en que se decide cuánto se protege al individuo y cuánto
se invierte en el colectivo.
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