La
cartografía interior
El cerebro dibuja el mundo que habitamos ,porque mapear el mundo es, al
mismo tiempo, mapear nuestros propios límites.
¿Pero
cómo se construyen los mapas? Somos
cartógrafos innatos. Desde que nacemos llevamos en nosotros una “plaqueta de
serie”: una base neurológica preparada para elaborar mapas del mundo. La
experiencia va cargando esa placa mediante los sentidos, que actúan como
canales de ingreso de señales externas e internas.
Las señales que provienen del exterior
conforman la exterocepción, pero no son las únicas que llegan a nuestro
tablero de control. Otras, invisibles pero decisivas, surgen del interior
del cuerpo: la interocepción, que nos informa del estado de nuestros
órganos, y la propiocepción, que nos dice dónde estamos, cómo nos
movemos, qué extensión ocupa nuestro cuerpo en el espacio.
Fue Charles Sherrington, hacia 1890, quien
descubrió estas “puertas ocultas” que sostienen nuestra relación silenciosa con
el propio cuerpo. Las señales se
integran en nuestro tablero de comando. Es fácil imaginar el desastre que
nos espera si se nos cierran todas las ¨puertas¨ a las señales externas . Sin embargo, no es tan fácil imaginar que pasaría cuando
no recibimos las señales que nos llegan por las puertas normalmente ocultas.
Oliver Sacks, neurólogo,
quien pareciera tener un imán para los casos raros, relata en su libro ¨El
hombre que Confundió a su Mujer con un Sombrero¨ que es un verdadero catálogo de alteraciones
sensoriales con capítulos con subtítulos tan llamativos como el mismísimo
título del libro, el caso de ¨La
dama descarnada¨ , una paciente, Cristina, que perdió la propiocepcion, uno de los
sentidos que nos da la posición corporal
junto a la visión y los órganos del equilibrio.
Si tenemos todas las
puertas abiertas y las señales en armonía estamos en condiciones de realizar
nuestros mapas, los cuales como vimos están destinados a captar
fundamentalmente las diferencias y no lo absoluto. Las señales (energía)
impresionan a los receptores sensoriales en un determinado umbral y se
transformaran luego en sensaciones y percepciones que son integradas y
almacenadas en nuestro sistema nervioso.
Esta historia revela algo
esencial: los mapas no son metáforas, sino arquitecturas neuronales.
Cuando las señales fluyen y
se integran, el cerebro construye pero que
no son copias del mundo, sino versiones dinámicas personales de energía sensorial, memoria y sentido. El
cerebro no registra lo absoluto, sino las diferencias. Percibir es
detectar contrastes, y esos contrastes están moldeados por los límites de
nuestra especie, nuestra cultura y nuestra sociedad.
En su
libro la Estructura de la Magia , Richard Bandler denomina ¨tejido de la realidad¨ a un modelo que
ubica en el centro a las creencias, las cuales son la
expresión de generalizaciones de nuestras experiencias y que funcionan como el nexo funcional entre nuestros valores y nuestros estados internos, generando en conjunto nuestras expectativas, es decir aquellas
consecuencias anticipadas que pueden motorizar o frenar nuestras acciones.
“Así como las células
del hipocampo trazan un mapa espacial del entorno, el lenguaje traza un mapa
simbólico de la experiencia. Ambos son sistemas de representación que
transforman señales en sentido.”
En el
¨tejido de la realidad¨ el lenguaje tiene una doble función de comunicación;
a) Comunicación interior que
utilizamos para representarnos internamente el mundo exterior, a través de
pensar, razonar, fantasear, etc. lo cual está a cargo de nuestra estructura
profunda y b) Comunicación con
el exterior a cargo de la estructura
superficial que nos permite que nos relacionemos los unos con los otros.
Esta
visión determinante del lenguaje tiene como vimos raíces profundas y recibió el
aporte de la gramática chomskiana (generativa y transformacional), la cual
considera a la estructura profunda
como el soporte del significado de lo que decimos y a la estructura superficial
como la manera de expresamos ante las
mismas cosas mediante la generalización, la eliminación y la
distorsión.
Esto hace posible entender que Mapear el mundo es, al mismo tiempo, mapear nuestros propios límites y
que.;
…Las
lenguas se diferencian exclusivamente en su estructura superficial….
N Chomsky
¿En
qué consiste el metamodelo?
Un metamodelo del
metalenguaje consiste básicamente en ; ¨Patrones de preguntas utilizados para
recuperar lo que alguien posee en su estructura profunda, partiendo de lo que
expresa a través de la estructura superficial¨.
Sirve de base para que
cada uno se tome el trabajo personal de ir a desentrañar su propia estructura
profunda. Así, con esta ¨sencillez¨, en un ir y venir de lo
profundo a la superficial y viceversa, vamos generando, modificando nuestro
cartografiado, donde el metamodelo es la herramienta apropiada para conocernos
o tratar de conocer otros modelos, una forma valida de aproximación ¨a la
¨realidad¨ y saber cuál es nuestro lugar en el mundo y poder actuar en
consecuencia.
¿Cuál es la explicación de que si damos un
mismo texto a un grupo de 20 existen interpretaciones distintas? Esa es una
pregunta de Miguel: Podríamos
responder que es porque somos distintos. Pero, en profundidad, la respuesta es
otra: cada uno lee desde su propio mapa. Cada interpretación revela una
estructura profunda, un modelo interno del mundo construido por años de
vivencias, aprendizajes y emociones.
La PNL nos recuerda que comprender esa
diversidad de mapas no es un obstáculo, sino una oportunidad: cuanto más
conscientes somos de nuestros modelos, más libertad tenemos para elegir cómo
mirar y cómo actuar.
Preguntar
es un acto de libertad. Es la forma más humana de orientarnos en el territorio
incierto de la realidad. Es, en definitiva, redibujar el mapa que somos.
Conclusion
Es imposible
saber qué lugar ocupamos en el mundo si no nos vemos a nosotros mismos y a
nuestros semejantes participando de un sistema mayor, visión
ecológico-sistémica cuya ausencia justifica no solo los problemas educativos
,sino el incremento del daño que sufre Gaia.
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