El
mundo está lleno de elefantes rosa
Nuestra mente esta preprogramada para
aceptar lo que le llegue; primero creemos y si dudamos lo hacemos después, tiene sentido evolutivo aceptar sin
cuestionar de inmediato ,muy útil para la supervivencia en un mundo donde el
exceso de escepticismo retrasaría decisiones críticas. Es como si el cerebro viera un test verdadero / falso, y la ¨respuesta por defecto¨ (opción por defecto)
siempre es verdadera.
Desde la visión
de Kahneman, nuestro "sistema 1" rápido, automático acepta sin
cuestionar, mientras que el "sistema 2" lento, analítico solo
interviene si detecta una anomalía ( salvo si no sabe o es haragán). En esta línea de pensamiento el psicólogo Danile Gilbert dice que para
poder procesar algo el cerebro tiene que creer, aunque sea un instante, y nos recuerda que para B. Spinoza comprender
algo es automáticamente asumido como verdadero, y que la falsedad es un proceso
posterior y más costoso.
El ejemplo del elefante rosa ilustra que nuestro pensamiento rápido procesa
imágenes y conceptos sin aplicar de inmediato filtros de veracidad. Luego, como
es el pensamiento lento toma el control para evaluar si lo percibido es real o
no. Esto concuerda con hallazgos en neurociencia sobre cómo la corteza
prefrontal asociada al razonamiento y la inhibición de respuestas automáticas se
activa después del procesamiento inicial de información.
Si alguien nos dice un elefante rosa, sabemos que no existe, pero durante ¨un instante¨,
vemos un elefante rosa, en otras palabras, hemos tenido que creer que existe, sesgo de credulidad inicial. En este caso el proceso de negación es sencillo, aun así,
el cerebro debe procesar más que si nos dijeran elefante gris, la información contra factual exige comprobar y refutar.
En la
ficción, personajes como Sherlock Holmes y el Dr. House no parten de la
deducción pura, sino que su método es fundamentalmente abductivo. Como explicó
Charles Peirce, la abducción no es infalible; es un razonamiento probabilístico
que formula hipótesis plausibles basadas en la mejor explicación disponible.
El
proceso de inferencia sigue tres pasos:
1. Abducción: Genera conjeturas a partir de
datos incompletos.
2. Inducción: Identifica patrones y establece
generalizaciones.
3. Deducción: Extrae consecuencias necesarias
a partir de premisas establecidas.
Se colige
que la abducción es crucial en la investigación científica y en la toma de
decisiones. No se trata de esperar a tener toda la información antes de generar
una hipótesis, sino de formularla intuitivamente y someterla a prueba.
Una buena abducción debe estar bien informada y apoyarse en la analogía, no
solo en términos de similitud, sino también de diferencias y particularidades.
Peirce la
definía como el razonamiento del efecto a la causa, pensamiento en reversa. Esta inferencia fue tratada por Aristóteles quien
nos decía hace milenios. No es posible hacer abducciones adecuadas sin el adecuado
manejo de la analogía, no sólo en lo que tiene de semejanza y de común o
universal, sino en lo que tiene de diferencia y de particular.
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