domingo, febrero 02, 2025

MONEDAS DEL CONOCIMIENTO

 

Poner orden en el monedero plagiando a J.J.Pozo

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La primera moneda es la información, entendida en términos matemáticos como el número de opciones generadas a partir de una serie de variables binarias de naturaleza puramente estadística, carente de contenido y significado .Debemos tener en cuenta sin embargo que en la práctica la información y el conocimiento son considerados como sinónimos. Que la semántica no nos haga una mala pasada.

La segunda moneda es la representación, es decir la codificación en un sistema  de memoria de la información y el uso de la misma como sustituto del suceso que se nos ha presentado. Nuestros sentidos son los canales de ingreso y de elaboración, pero en nuestra  intimidad  algunas sensaciones son priorizadas sirviendo de puerta de entrada a las otras, para luego tomar una ruta compartida y  transformarse en percepciones en nuestra intimidad más profunda.

Las señales independientemente de la priorización que podemos darles, llegan en distintos tiempos a los centros, allí nuestro cerebro espera y construye, dándonos la idea de que nuestra  percepción es en tiempo real cuando en realidad nuestra conciencia es posdictora. Posdiccion  un término acuñado por D.M. Eagleman y T.J.Sejnowoski expresa la acción del cerebro que implica recoger las señales de los  sucesos para luego decidirse por una percepción en una ventana temporal y ofertarnos sin que nos percatemos, una interpretación retrospectiva de lo que ha  ocurrido. ¿Vivimos en el pasado?

Este como se comprenderá fácilmente es un proceso siempre complejo, pero debemos aceptar que  es por medio del mismo  que “modelamos nuestra realidad”, realidad que está sujeta a los límites que nos impone nuestra especie, nuestra cultura y nuestras individualidades.  El proceso tiene además distintos filtros lingüísticos tales como la generalización, la distorsión y la eliminación, los cuales pueden empobrecer o enriquecer los modelos de realidad que desarrollemos.

El lenguaje asume así, desde esta perspectiva, una funcionalidad instrumental del pensamiento  o  tal vez el pensamiento sea el instrumento del lenguaje, o lo que sería mejor aún, que ambos compartan la responsabilidad por igual. Un temita abierto a la discusión, pero teniendo en cuenta que el lenguaje, el pensamiento, y la comunicación son de arranque, un menaje a trois indisoluble.  

Todas nuestras representaciones tienen formato y contenido, este último es la idea básica, la semántica del mensaje, y el formato puede y debe adquirir diferentes ropajes o tal vez varios a la vez. Una cosa es segura, cuando más lindo o llamativo sea el ropaje, mejor recordaremos el modelo. ¿No experimentamos acaso esto cotidianamente?

La tercera moneda es el conocimiento,  integración de las monedas anteriores en una dinámica que nos permitirá afirmar positiva o negativamente las propuestas que podamos hacer. En síntesis, esto implica una actitud proposicional respecto a las representaciones.

Los conocimientos, así en plural, son los que nos permiten decir que somos ¨capaces¨ en una determinada área o disciplina, evidenciando que disponemos de los recursos, de las habilidades y de las cualidades personales que pueden ser reconocidas mediante su comparación con determinados estándares preestablecidos. Poder  bajar a la práctica nuestras capacidades hará que se nos reconozca como seres competentes.

Desde este posicionamiento es fácil comprender que para poder desempeñarnos competentemente será necesario poner orden en el monedero, lo cual implica saber que podemos tener información, sin representación y representación sin conocimiento y que este último, es el resultado de un proceso integrador previo a la acción.

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