Puentes entre Antifragilidad, Resiliencia Generativa y Epigenética
Desarrollar
nuevos conceptos o un nuevo ropaje a conceptos conocidos es un desafío. Nassin N. Taleb hace años les dio nueva significación a los
cisnes, denominado "Cisnes
Negros" a eventos altamente improbables de gran impacto, que cuando ocurren son explicados como si
hubieran sido previsibles. Estos "cisnes negros¨ pueden ser positivos;
descubrimientos científicos, avances tecnológicos, etc. O ¨cisnes negros¨ negativos, cuando sus consecuencias lo son.
Existe una íntima relación entre los
"Cisnes Negros", la inducción y la alegoría del "Pavo de
Russell"
N.Taleb nos
propone un nuevo concepto el de "antifrágil", al referirse a cosas
que se benefician con la adversidad o al caos, mejorando y creciendo en
respuesta a la incertidumbre y el
desorden, generando opciones Para comprender el concepto de antifrágil, es útil
contrastarlo con los términos más comunes como "frágil”,
"robusto". No encontré un antónimo de frágil salvo este aporte de
Taleb.
Frágil es vulnerable Se rompe
o se debilita fácilmente en condiciones adversas. Algo robusto puede
soportar el estrés o la presión capaz de
mantener su integridad en condiciones adversas. Algo antifrágil resiste el estrés, la presión y mejora como
resultado de enfrentarse a ellos.
Talev
resemantiza y nos ilustra antifragil con ejemplos de sistemas que prosperan con
el desorden y la incertidumbre Sugiere que, en un mundo impredecible e
incierto, la adaptabilidad y la capacidad de beneficiarse de los eventos
inesperados, es más valioso que ser resiliente o robusto. Ser antifrágil
implica aprender, adaptarse y crecer a
partir de de lo inesperado. Nos propone una serie de triadas con los conceptos
de frágil-robusto-antifrágil que pone a disposición en su libro, reconociendo que son términos relativos,
porque dependiendo del contexto algo puede ser robusto pero frágil o resistente
pero frágil. N. Taleb visto desde su vertiente filosófica-epistemológica siempre
aporta para el dialogo y es útil, aun
cuando acordemos o no.
Martina días atrás me ayudaba a recuperar mi correo y me preguntó acerca
de resiliencia , había leído varios autores pero me prometí revisar la conexión de la misma con las neurociencias de
un libro ¨Los patitos feos y los cisnes negros¨ de J. Grané y A.Forés leo de ellos un
aporte de R. Davidson acerca de los cuatro descubrimientos que apoyan la visión neuro emocional: la neuroplasticidad
,la epigenética ,las vías de bidireccionales cuerpo-cerebro y la base biológica
de la bondad, conductas altruistas y compasión como el punto más controvertido.
Y tres avances neurológicos ,neurogénesis, conectividad sináptica y funciones
ejecutivas del cerebro.
De la propuesta
de cuatro descubrimientos según R. Davidson me apropie del El poder de la mente. La epigenética como el puente natural que nos muestra
que la información no está solo en el ADN, sino en cómo se lee, regula y
modifica según el entorno. El estrés, la nutrición, el afecto y la
adversidad pueden modular la expresión genética, incluso heredarse. Esto
está en sintonía con la antifragilidad donde cierto nivel de presión, lejos
de ser solo destructivo, puede “activar” potenciales latentes. Pero también
con la resiliencia generativa donde el
entorno emocional deja huellas reales en el cuerpo, el cerebro, en generaciones.
La epigenética se define como las *modificaciones
estables en la expresión de los genes* que no alteran la secuencia del ADN y que son
hereditarias . La
palabra clave es *expresión* ,los genes no cambian, pero su expresión , el epigenoma sí . Genoma
es el abecedario del material genético y el epigenoma es toda la regulación de
ese genoma.
Los ¨sistemas antifrágiles¨ según Taleb son los que
benefician de las crisis, prosperan y crecen al verse expuestos a la volatilidad,
al azar, al desorden, a los estresores, que les encanta
la aventura, el riesgo, la incertidumbre, son más que resiliencia
y robustez.
Los conceptos de antifragilidad (Taleb) y resiliencia
generativa de Forés y Grané se solapan en varios puntos, pero no son
equivalentes.
Comparten una intuición central: no basta con resistir los golpes como
la resiliencia clásica, hay que crecer con ellos. Sin embargo, su
origen, marco conceptual y grado de radicalidad son distintos: Talev insiste en
que la antifragilidad no es ni robustez ni mera recuperación, es un sistema que
mejora gracias a lo impredecible, el caos o la presión.
Forés y Grané por su parte se refieren a la aparición en el marco
de la educación emocional y la psicología positiva, como la capacidad de las personas o
comunidades para transformar positivamente la adversidad, no solo
sobrellevarla. Incorporan a Taleb, pero lo traducen a un lenguaje más
educativo, emocional y organizacional.
Si bien se solapan, la antifragilidad es más
sistémica, estructural, incluso provocadora Taleb dice: “Hazte amigo del caos”.
La resiliencia generativa es más relacional, formativa, vinculada a
procesos de crecimiento interno y colectivo, humanizan y hacen aplicable
a la vida cotidiana, la educación y la psicología. Toma lo mejor de la
antifragilidad, sin el tono beligerante de Taleb.
Antifragilidad, resiliencia generativa y epigenética,
son tres conceptos que, aunque provienen de ámbitos distintos convergen
sorprendentemente en una idea central: la capacidad de transformación positiva
ante la adversidad.
Adenda:
El genoma es lo que somos ;
el epigenoma,
lo que realmente
llegamos a ser, según nuestra historia, ambiente, nutrición, estrés, vínculos y
hasta experiencias tempranas. La epigenética es el resultado de esta
lectura activa, cambiante y, muchas veces, determinante.
Metáfora sintética:
Genoma
= el libro completo.
Epigenoma
= la forma en que se lee ese libro.
Epigenética
= el resultado de esa lectura: qué genes se activan o se silencian.
Herencia
epigenética = l marcas que dejamos en margen... ¡y que pueden pasar a nuestros
hijos!
La metilación actúa como una anotación en el
margen del ADN que le dice a la célula qué genes debe ignorar y cuáles puede
leer. Hay otras anotaciones al margen, modificaciones de
histonas y ARN reguladores: “plumas” que escriben la lectura.
Conclusión
El genoma es el libro de la vida,
la epigenética es cómo lo leemos bajo presión. La resiliencia generativa es
cómo ese relato se vuelve experiencia compartida. Y la antifragilidad es cómo
diseñamos nuestras estructuras para que, lejos de quebrarse, crezcan con la adversidad.
Talev nos
invita a rediseñar sistemas; Forés y Grané, a cuidar personas. La epigenética
nos recuerda que ambas dimensiones —estructural y humana— se tocan en lo más
íntimo: la vida misma