Pensamiento complejo
La
palabra complejidad no tiene una herencia noble, ni filosófica, ni científica,
ni epistemológica, sufre una tara semántica. Está en el vocabulario común como
advertencia al entendimiento, pero en ciencia es la capacidad de
interconectar distintas dimensiones de lo real.
Ante la emergencia de hechos
u objetos multidimensionales, interactivos y con componentes aleatorios o
azarosos, estamos obligados a una estrategia de pensamiento no reductiva ni
totalizante, sino reflexiva para
entender la realidad multidimensional e interactiva. Lo simple no
existe, solo lo simplificado
La dialógica es la
capacidad de integrar y articular elementos que son contradictorios o
aparentemente opuestos en un mismo marco de comprensión. La dialógica permite
comprender cómo estos elementos pueden coexistir y contribuir a una realidad
más rica y compleja. Por ejemplo, en el pensamiento complejo, se reconoce que
el orden y el desorden, la estabilidad y el cambio, la unidad y la diversidad,
son aspectos que coexisten y que se influyen mutuamente. En dialógica la recontextualización
significa una apertura del marco, no una ruptura,
sino un movimiento que puede revelar conexiones invisibles como aporte a
la complejidad. Tal vez te ocurrió
La recursividad es el proceso en el cual los elementos de un
sistema interactúan de manera tal que el resultado de estas interacciones
influye de nuevo en esos mismos elementos, creando un ciclo continuo y
dinámico. En lugar de ver las causas y efectos como lineales y unidireccionales,
la recursividad enfatiza cómo las acciones y reacciones dentro de un sistema interactúan creando un ciclo continuo y dinámico, modificando el propio sistema.
La
hologramia se refiere a la
idea de que cada parte de un sistema complejo contiene, de alguna manera, la
totalidad del sistema al que pertenece. Esta noción se inspira en el concepto
de un holograma, donde cada fragmento de una imagen holográfica contiene la
información completa de la imagen original, aunque en una forma menos
detallada.
Conviene aquí hacer una
distinción importante: complejo no es lo mismo que complicado. Lo
complicado es aquello que tiene muchas partes, pero puede desarmarse,
analizarse por separado y volver a armarse como un mecanismo. Si se sabe
hacerlo. En cambio, lo complejo involucra interacciones múltiples, relaciones
que cambian a medida que se observan, y efectos impredecibles. Lo
complicado puede resolverse; lo complejo, solo comprenderse, parcialmente.
En el lenguaje cotidiano, a veces se dice “sos
muy complejo” o “lo estás complicando”, cuando en realidad se está señalando
una ¨dificultad de expresión o de comprensión¨. Pero la complejidad no surge
por falta de claridad, sino por la naturaleza misma del objeto o del fenómeno
que se intenta pensar.
¿Pero
qué es lo complejo? Es aquello que
no puede resumirse en una palabra maestra,
que no puede retrotraerse a una ley, que no puede reducirse a una idea
simple. Es una palabra problema y no una palabra solución. Se trata de
un pensamiento capaz de dialogar con lo real, aspirando a lo multidimensional,
sabiendo que el conocimiento completo es imposible, reconoce la Incompletitud y
la incertidumbre, animado de una tensión permanente entre la aspiración del
saber no dividido, no reduccionista, y
el reconocimiento de lo inacabado e incompleto.
En síntesis lo complejo
presenta al mundo como una gran red , como
un sistema inclusor de distintas ramas del conocimiento que entrelazan
y relacionan todos sus componentes, atendiendo a cuestiones tan profundas como la vida, los
problemas sociales y el futuro de la especie humana, y en los últimos tiempos
ha cobrado mucha importancia en el ámbito de la educación y las relaciones interpersonales
representando el proceso de formación que nos vuelve aptos para integrarnos en
la sociedad de una forma activa y productiva.
Conclusión
Morin es heredero crítico de
Hegel y de la cibernética: no descarta. Pero al rechazar la "razón universal"
y la "superación final teleológica" de Hegel, abre la puerta a un
futuro no predeterminado, sino moldeado por la interacción continua y por
eventos imprevistos. Esto resuena fuertemente con la naturaleza impredecible de
los sistemas complejos.
Y su crítica a la
"ilusión de control estable y predictivo" de la cibernética es
crucial. Si bien la cibernética ofreció valiosas ideas sobre los sistemas, una
dependencia excesiva de su poder predictivo puede llevar a una visión rígida y,
en última instancia, engañosa de la realidad.
El énfasis de Morin en el desorden, la incertidumbre y
la autotransformación como partes inherentes del conocimiento proporciona
un marco más realista y robusto para comprender el mundo. Su propuesta es de
una epistemología abierta, transdisciplinaria y viva que abraza
el "caos fecundo" y la "emergencia de la novedad",
reconociendo que la verdadera comprensión a menudo surge de la interacción de
diversas perspectivas y la aceptación de la imprevisibilidad inherente.
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