REUNION DE PATAFISICOS
Patafísica, ciencia que regula las excepciones; “ciencia de las
soluciones imaginarias”.
Alfred Jarry
En una habitual reunión de
café, Cacho comentó sus sensaciones,
percepciones, e imágenes, dijo que se veía pasar y dialogaba con
fantasmas, muy onírico, salvo que ¨hoy¨
estaba totalmente ¨lucido¨.
Esto
y lo que vendría, me llevo a ¨Anatomía del disperso Aprendiz de patafísico¨, de
V. Abensushan ;
¨un
filósofo sin sistema; que cree, como Pascal, que "puesto que no se puede
ser universal y saber todo lo que se puede saber acerca de todo, hay que saber
un poco de todo. Porque es mucho más hermoso saber algo de todo, que saberlo
todo de una cosa; esta universalidad es
hermosa. La fatalidad hermana al filósofo y al disperso, condenados a la
parcialidad de sus certidumbres; sólo que el primero se empeña en ordenar la
desmelenada cabellera de la realidad para soportarla mejor, el disperso opera
siguiendo las mismas reglas del caos, sin tratar de atenuar en absoluto su
inextricable maraña. La diferencia es de método: uno desea escapar a la
arbitrariedad de la existencia, imponiéndose timones rigurosos; el otro que hay
más sabiduría en dejarse arrastrar por las olas que en luchar contra ellas…
La patafísica es sin duda
adecuada para transgredir lo establecido “un
elogio a la curiosidad”, que nos devuelve a la génesis de la ciencia, al
motor del saber obturado por metodologías y modas académicas.
Cacho es el mentor sabe
muy bien de todo esto. Los patafísicos han creado una manera de pensar que
incorpora el humor, una forma de
sabiduría y medio de supervivencia en un mundo amenazador.
Carlos para no quedarse
atrás, salto preguntando qué paso con
los dinosaurios.
Cada uno aventuro una teoría, incluso la de
que hoy son aves, apelando, a que la evolución y la selección
natural encuentran soluciones antes de
que aparezcan los problemas. ¿?
Releí acerca de los
meteoritos cuyos cráteres alcanzan trescientos kilómetros de diámetro, el de
Chicxulub aporto ciento cincuenta kilómetros, está ubicado en las costas de
Yucatán, probablemente fue el responsable de la extinción, dejándonos la
oportunidad prosperar y ser los insapiens los depredadores.
Nuevo salto, Miguel nos preguntó
si uno tiene un fosforo y una caja, al friccionar, a quien pertenece la llama.
Salte a la mente Ortega y Gasset por
aquello de ¨ Yo soy yo y mi circunstancia, si no la salvo no me salvo…¨ nuestro
ser y nuestra identidad están inextricablemente ligados a las condiciones y
contextos que nos rodean.
Me
comprometí ni bien llegara a casa mirar mi caja de fósforos, uno de los
inventos más importantes que se hace notar siempre. Soy de la época de los ranchera. El sueco
G.E. Basch en 1844, sustituyo fósforo
blanco por fósforo
rojo, y separo los
componentes; la cabeza es
azufre y clorato potásico, la superficie de frote es vidrio en
polvo, cola, ¨fósforo rojo¨ y sulfuro de antimonio. Con el calor de la fricción, el fósforo rojo se convierte en fósforo blanco, y
comienza la combustión. Me hizo acordar de aquellos petardos que preparábamos
con tuercas y tornillos, clorato de potasio y azufre, de manera inocente y
peligrosa.
Estos saltos, sin
nada que en apariencia los ligara, me aseguro
de que estaba realmente en nuestra querida convención de patafísicos ,laboratorio
secreto donde se investiga lo absurdo con cara seria.
¨…porque ella acaba con los
pensamientos únicos que pretenden ofrecerle a la vida una linealidad coherente.
La patafísica es continuidad, creación y
destrucción de las formas, por el azar y la risa; aceptación sin vergüenza de
nuestro lado grotesco… las únicas devociones que deben ser tomadas seriamente
son la disonancia, el absurdo, lo particular, lo lúdico y la risa.
Porque
como diría Julio Cortázar enormísimo patafísico, “lo serio y lo no serio son
lo mismo”. La desmitificación del conocimiento, la entrega total a los
poderes de la imaginación, la voluntad lúdica, la curiosidad son pilares fundamentales de la patafísica.
Muchos personajes fueron, son y serán
patafisicos, nosotros los somos.
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